miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lista de bodas en bodas.net

Me había registrado en bodas.net porque gracias a esta página encontré el restaurante donde voy a celebrar el banquete y otros datos como músicos y autobuses. (Si aún no habéis acudido a esta página, os la recomiendo vivamente; te encontrarás hasta los pequeños proveedores de tu provincia)

Pero no había aprovechado sus otras funciones como: creación de web de boda, de grupos, presupuestador u organización de la boda.  Pues bueno, como el presupuesto ya lo teníamos hecho, y el blog ya estaba comenzando, decidí meterme en el apartado en que especifican todos los preparativos de la boda (la lista de tareas de bodas.net), a echar un vistazo, a ver si mi novio y yo habíamos pasado un detalle por alto.



Nada más entrar en la lista de tareas a través de mi cuenta ¡horror! veo el mensaje de: te faltan 133 tareas por completar. ¿¡Quée!? pienso, ¿¡ciento treinta y tres tareas!? ¿Tanto lleva una boda? Casi sin respiración, porque yo había hecho una lista de tareas mucho más reducida, empiezo a leer dicha lista y, afortunadamente, empiezo a tachar muchas cosas, en plan: "ok, esto ya lo tengo"

Y sí... al final, de las 130 tareas elimino cerca de treinta y me quedo con 105 tareas que he de completar para mi boda, de las cuales habré hecho unas cuarenta (¡cuarenta cosas!). Parece una exageración ¿no? Hacer más de cien tareas para una boda. Pero en realidad, es que se describen muy detalladamente los pasos que hay que ir dando hasta la boda, en plan: hacerse una idea de las alizanzas, mirar alianzas, elegir las que os gustan, encargarlas de nuestro tamaño, grabarlas, y comprar algo para llevarlas. En mi caso, había englobado todo esto en una etiqueta que llamé: "alianzas".




Así que sí, chicas, en realidad hay que dar cien pasitos antes de llegar al gran día, pero no os apuréis porque algunos son tan gratificantes para nosotras como: mirar el estilo que te gusta de vestido por Internet, mirar zapatos, pensar diferentes peinados, id mirando tendencias en ramos de novia, relajarse antes del gran día o hacerse un tratamiento de belleza.

La lista de bodas.net es la más detallada del mundo mundial en cuanto a bodas. Si tenéis un carácter tranquilo y no os agobiáis porque os esperen más de cien cosas que hacer, ingresad en la página e id mirando (y tachando) esta gran lista. Es materialmente imposible que falte algo :)  y todo está muy muy bien detallado.

Por el momento, y a 5 meses, tengo 42 de 103 tareas realizadas. No está mal... ¿verdad?

Imágenes: productos de The vintage wedding list

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cinco meses...

Cinco meses para el gran día. Pero mi perspectiva conforme se acerca, va cambiando ligeramente: ya no pienso tanto en la boda, como en lo que vendrá después. Supongo que es inevitable: al principio todo lo que piensas es en un día magnífico, tú guapísima con tu vestido y tu velo y todo el mundo alegre y feliz en una gran fiesta en vuestro honor. O en honor del amor, como se quiera decir.


Pero ahora... y conforme se va acercando la fecha, es inevitable sentir un cierto revuelo en el estómago al pensar en lo que significará ser marido y mujer. Porque para nosotros las cosas serán muy distintas.

No vivimos juntos, ni hemos vivido nunca. No sé si tras nuestra boda viviremos juntos de lunes a viernes o sigamos separados por circunstancias laborales, como hasta ahora, pero lo que sí será cierto es que ya tendremos nuestra casita para los fines de semana, o en la ciudad donde trabajo yo o donde trabaja él. Hasta ahora, ambos estamos compartiendo el piso con otros compañeros, tenemos auténtica vida de solteros y aunque deseamos fervientemente cambiar esta situación y tener nuestro nido para nosotros solos, a veces es inevitable un momento de duda. ¿Saldrá bien? ¿Echaré de menos mi independencia? ¿Sentiré nostalgia de mi antiguo hogar?

via Style me pretty

Con nuestras familias, las cosas ya cambiarán radicalmente. Para nuestros respectivos padres, que no son especialmente antiguos, hay una gran diferencia entre ser novios y estar casados, y eso ambos lo sabemos. Ninguna de nuestras familias nos ha juntado y nos ha dicho: que sepas, que cuando estéis casados, va a pasar esto y lo otro, os vamos a considerar diferentes de este modo. Pero lo sabemos. Para la gente joven, y más si viven juntos, la diferencia entre ser marido y mujer o ser novios es muy sutil, pero no para la gente más mayor, al menos de nuestro entorno. Y en honor a la verdad, interiormente no considero del mismo modo a mis amigas casadas que a las que son novias hace varios años. Incluso aunque vivan juntos...

Estar casado, tanto para mí como para mis familiares y amigos con los que más comparto el tiempo, significa algo. No es un asunto trivial, o sutil.

Y para nosotros, que ni siquiera hacemos vida diaria juntos, y que cuando vamos a casa de nuestros padres tampoco lo estamos, estar casados significará todo. Será un gran cambio, y eso lo sé. A partir de entonces habrá pocas comidas familiares cada uno por su lado, mi habitación ya no sólo será mía, y cuando llegue el viernes no "huiremos" a casa de nuestros padres, sino a la nuestra, dondequiera que esté. Y es que ya no seremos dos novios, sino una familia.

Y así quiero que sea: que seamos una familia. El núcleo familiar principal ya no serán nuestros padres y hermanos sino nuestro esposo/esposa. Si eso no son cambios...

Y sí, faltan cinco meses que a veces quiero que pasen muy rápidos y otras que pasen muy lentos para degustar estos últimos momentos. Por un lado, porque los ratitos de preparación de la boda que, salvo circunstancias excepcionales (como mi "negociación" con mis padres) son muy dulces y entretenidos (¡¡creo que los voy a echar de menos!!). Y por otro lado, porque son nuestros últimos momentos como solteros con familias distintas.

¿Echaré esto último de menos...?

sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Menos es más?

Cuando se habla de bodas in, de bodas especiales, de bodas con mucho sentimiento, en la mayoría de los casos se refiere a celebraciones íntimas con pocos invitados, donde se puede dejar volar la imaginación hasta límites insospechados (por ejemplo, llevarte a todos los invitados a París, o a una isla griega para el evento, o incluso celebrarla en un barco).





The sweetest occasion

Las celebraciones íntimas son hermosas y mágicas, pero... ¿siempre?

Bueno, yo aquí quiero romper una lanza en favor de las bodas con más de doscientos invitados (tampoco quinientos, que no somos la Casa Real). ¿Es que las bodas numerosas no son especiales, personalizadas o divertidas? En muchas ocasiones menos es más, pero pensando en mi caso particular... estoy orgullosa de que más no sea menos. Y os cuento.

Mi boda (bueno nuestra boda, que luego mi chico me regaña porque hablo en singular, y es cierto que la boda es de ambos) no es pequeña. Calculo que seremos finalmente entre 250 y 300 invitados, contando abstenciones. Desde luego, si no ponemos límites a nuestros padres (y a nosotros mismos) la boda bien nos podría haber llegado a los cuatrocientos, o cuatrocientos y pico... Una exageración, ya. Creo que por este motivo el número final que pensamos tener me parece más que aceptable. Pero no sólo por eso: realmente esos doscientos y muchos invitados están relativamente "filtrados", son la gente que tenemos verdadera ilusión que esté en nuestra boda, o que queremos que acompañe a nuestros padres y hermanos (que ellos también merecen disfrutar y estar rodeados de sus más allegados, aunque no sean íntimos nuestros).

No sé si será que tengo cierto afán de protagonismo inconsciente (jijiji), o que realmente no me importa ser el centro de atención de X personas. He hecho alguna que otra conferencia en público y, aunque al principio es un poco cortante, al final te acabas acostumbrando a las miradas. Así que el hecho de estar rodeada de bastante gente el día de mi boda creo que no me va a cohibir, es más lo encuentro bastante divertido. Será una gran alegría para mí entrar a la iglesia y ver lleno hasta el último banco... O mirar y remirar modelitos de las invitadas, que serán muchas y variadas, durante la comida e intercambiar halagos... O estar en la barra libre y hablar con unos y con otros sin repetir invitados ¡porque habrá tantos!


via


Es decir, creo que las bodas numerosas también tienen un encanto especial, sobre todo si eres una persona extrovertida y que habitúa a estar en contacto con gente de muy distinto tipo, como es mi caso. Aparte de eso... calculo que en nuestra boda habrá más de cien personas con edades entre los 18 y los 30 años, lo que significa un ambiente festivo muy muy divertido... ¡¡al fin y al cabo, somos jóvenes, y nos gusta estar rodeados de nuestro cuadrillón de amigos!!

Y realmente, en cuanto a amigos, hemos invitado realmente a los que tienen ilusión por venir. Son tantos porque tanto mi novio como yo hemos cambiado de ambientes varias veces en la vida, por el trabajo y por los estudios, así que juntaremos:

- A los amigos del pueblo de toda la vida, con sus parejas, muchos de ellos compañeros de bodas por uno y otro lado.
- A los mejores amigos de nuestra etapa de estudiantes con los que, afortunadamente (y sobre todo en mi caso) coincidimos bastante.
- A los compañeros de trabajo más íntimos (nada de invitar a toda la empresa, si muchos estarán encantados de no recibir "la multa" de la boda)
- En mi caso, a mis antiguos compañeros de trabajo, que fueron tan buenos e hicimos una pandilla tan "guay" que nada me hace más ilusión que estén en mi día B.
- A nuestros primos y primas jóvenes; ya que tenemos familias tan prolíficas que hay personas numerosas de toda la horquilla de edades.
- A los amigos más íntimos de nuestros respectivos hermanos y hermanas. La verdad, ya que van a estar pringando en nuestro día (I'm sorry, necesito relegar en las chicas para un montón de cosas), al menos que estén verdaderamente "en su salsa" durante toda la boda. Sorprendentemente, a veces este tipo de gente resulta estar más ilusionada que personas más cercanas.



Así que, desde aquí, defiendo con alegría esas bodas numerosas llenas de gente joven y cercana. Porque una boda grande no tiene que ser impersonal, al contrario: tener muchos invitados también demuestra simplemente que hay mucha gente importante en tu vida, por unas razones o por otras. Lo verdaderamente importante es invitar a todos con cariño, reduciendo los formalismos y compromisos al mínimo, y mentalizarse en tener energía para atender a todos con una sonrisa, al menos un ratito (puesto que si te dá pereza tener un detalle con cada una de las personas de tu boda, entonces no las invites).

¿Y el resto de las chicas, qué pensáis?

viernes, 25 de noviembre de 2011

Consejo para futuras casaderas: haz un presupuesto

Si mi mejor amiga se casara mañana y me dijera: dame sólo consejo, el más importante, para organizar la boda con mi novio, yo le contestaría:

-Seguro, pero voy a darte dos ;)

El primero: personaliza tu boda. Es decir, si tienes tiempo, ganas e ilusión (y aunque no los tengas), no caigas en una boda en serie, personalizadla, añadid vuestros gustos, vuestro sello personal; y todo esto no es sinónimo de más dinero, sino de más "quebraderos de cabeza". Pero qué dulces son esos quebraderos de cabeza cuando se hacen con ilusión y cariño. Que la pre-boda también será un bonito recuerdo.

y el segundo: antes de empezar a organizar cosas, haced un presupuesto.

Antes de pensar si la boda será en un restaurante u otro, en el vestido, en las invitaciones o en el viaje de novios, haced un presupuesto, los dos. Mi novio (ejem, prometido) y yo tuvimos la gran idea de hacer un presupuesto muy simple y muy sencillo antes de empezar a organizar nada de nada. Hicimos grandes categorías (ej: gastos en invitaciones, decoración, viaje de novios, restaurante, extras, etc.) y para cada una de ellas, asignamos un prespupuesto medio (lo que más o menos pensábamos gastar, a priori, sin preguntar precios) y un presupuesto máximo (por si algo que nos gustaba era más caro que la media, pero sin rebasar este límite).

Chicas, en serio, no sabéis la de discusiones que nos hemos ahorrado con esto. Una vez que delimitáis el rango de precios en el que va a estar cada detalle de la boda, todo es mucho más sencillo, tanto a la hora de buscar como a la hora de decidir.



¿Qué quieres una orquesta, un fotógrafo, un detalle muy especial el día de tu boda? Perfecto, ¿su precio entra en el rango que pusistéis al principio? Si es que sí, no hay más que hablar; aunque uno de los dos prefiera ser ahorrativo en todo, el otro puede legitimar su "pequeño capricho", así que si no excede el presupuesto... OK. ¿Que se sale del límite máximo fijado? En ese caso... es mejor cambiar de idea para que no suban los gastos más de lo previsto.

Sencillo pero efectivo.

Al final, el presupuesto es una herramienta para organizarse y consensuar opiniones. Ningún miembro de la pareja debería tener nada que objetar si previamente se hizo un presupuesto en que ambas partes estaban de acuerdo.

Un último consejillo: poned el presupuesto, si podéis permitíroslo, un poquito al alza, da mucho gustito ver cómo al final se acaba ahorrando en ciertas cosas...
:)


jueves, 24 de noviembre de 2011

Tartas, tartas, tartas (part three)

He hablado de las tartas aquí y aquí. Pero ¿es sólo una idea más que pongo por el blog, para que quede bonito o para mí significa algo más?

What about cakes and me...?



Desde luego, y conociéndome, seguro que de niña más que soñar con "la boda de mis sueños" soñaría con "la tarta de mis sueños", que madre mía lo que me ha gustado el dulce siempre... Pues sí, desde chiquitita mi comida favorita eran los pasteles cremosos y los bombones de chocolate, pero no sólo entonces. Recuerdo esas tardes cuando paseaba por la ciudad en la que viví durante mi etapa de universidad, cuyo centro está repleto de pastelerías artesanas, en que me paraba casi diariamente en cualquier escaparate para "comerme de vista" los dulces que ahí estaban expuestos. La verdad es que rara vez pasaba de ahí: alguna vez entraba al local y me daba el capricho de comparme un pastelito de frutas, pero generalmente me bastaba con mirar, e imaginar.




Ahora, casi diez años después, he de reconocer que mi adicción al azúcar ha disminuido considerablemente, ya no suelo comer tantos dulces, y mucho menos tartas (a excepción de cumpleaños y esas cosas, claro está). Lo que aún no he dejado de hacer, y sigue siendo una costumbre para mí, es pararme como una boba frente al cristal de esas cafeterías que exponen tartas y pasteles de todo tipo. Me gusta observarlas, imaginar su sabor y me he dicho bastantes veces: "dentro de poco, una tarde que tenga libre, vendré a tomar un café con uno de estos pastelillos". Pero las que estén dentro de la vorágine de la vida moderna saben que ese momento rara vez llega, que siempre tenemos miles de cosas que hacer... Y así, he ido postergando mi extático momento dulce, diciendo que iré un día, u otro, u otro.




Así que, después de todas estas reflexiones de media tarde, me digo que para mí elegir una tarta glaseada para la boda, pudiera ser en parte un pequeño homenaje que le hago a la pequeñaja que habita en mí. Ésa que lo hubiera flipado si en medio de una fiesta le hubieran sacado una tarta como estas. Y también a esa adulta (bueno, veintiocho años, no es tanto) que aún se para frente al cristal de todas las pastelerías simplemente a comer con los ojos.

¿No es esto razón suficiente?

Bon appetit!



Todas estas tartas fabulosas están sacadas de aquí

Zapatos de novia de Pour la Victoire

No sé qué estaba buscando exactamente en google (probablemente "zapatos de novia de color") pero... los vi y me enamoré de ellos.



¡También en rojo, y en negro!





Investigando un poco descubrí que esta marca americana de momento sólo vende por la web (¡¡lástima!!) pero los precios son muy competitivos y además ¡están de rebajas! Actualmente la mayoría de los modelos se venden por un precio en torno a 100 $ (¿no lo veis barato, para ser de novia?), y son muy pero que muy originales. Y parecen cómodos. Lo cual, para mí, es una de las características fundamentales que debería tener un zapato de novia.

Aunque mi modelo favorito son los peet toes, particularmente no me resultan tan cómodos como los que tienen una hebilla que recoge el pie. ¿Qué os parecen estos zapatos? Yo creo que están deseando conocerme:



Y quien quiera llevar algo azul, quizás a juego con el ramo... ¡tachán!


Arent't they spectacular...?

Otros modelos para novia:

Modelo Giada
Modelo Hollyn, en azul claro

Modelo Hollyn, en nude
Para otras ocasiones:


Modelo Portia, en varios colores

Modelo Ivette
Modelo Irina, en varios colores


Como contrapunto, sólo decir que al no poder probártelos, y que las tallas están en el sistema sajón (no nuestros números 37, 38, 39... de aquí) no me arriesgaría a pedirlos, a no ser que definitivamente no encuentre nada en ninguna de las tiendas de Madrid.

En fin, si alguien ha pedido algo de esta marca, o tiene pensado hacerlo, que nos cuente al resto de las chicas la experiencia. Por mi parte, cada vez veo más claro que no quiero el típico zapato blanco de novia, a pesar de que hay algunos increíblemente bonitos, simplemente porque quiero darles un uso posterior. O eso, o me compro unos zapatos blancos de segunda mano y así hago honor a la tradición de "algo viejo". Pero tener unos zapatos blancos relucientes guardados en el armario y usados sólo una vez... pues no.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Intromisiones de los padres en la boda ¿hasta dónde?

Mi post de hoy es menos positivo que de costumbre, y desde luego, está alejado del glamour y el diseño o decoración de las bodas.

Trata sobre nuestros padres (los de los novios) ¿hasta dónde tienen que aportar su "granito de arena" para la organización de la boda"

Esta claro que una boda es fundamentalmente de la pareja, pero también es cierto que vivimos en sociedad y que, en mayor o menor medida, estamos sujetos a lazos familiares. En nuestro caso, nuestra familia se ha "opuesto ligeramente" en ocasiones a cosas como el lugar de la celebración, la fecha, el tipo de menú, lo que queríamos gastarnos, o nuestra elección de la música de la boda. Para esas cosas, nosotros lo teníamos claro: la boda es nuestra, y como tal, somos los que tenemos que decidir este tipo de cosas.

Y de hecho, aunque al principio hubo ligeros enfrentamientos por este hecho, todo finalmente ha quedado solventado de forma agradable. Es más, que ahora nuestros padres están encantados con todo lo que vamos haciendo... (si es que a veces a los padres les cuesta asimilar cosas "un poco novedosas").

Pero en cuanto al tema de los invitados, toda esta polémica aún no se ha resuelto... ¿hasta dónde deben involucrarse los padres? ¿Hay que invitar a todos los tíos y primos de nuestros progenitores? ¿A cuántos de sus amigos? ¿A nadie, sólo a nuestra familia directa? ¿Merece la pena causar un conflicto familiar en un pueblo por no invitar a este o cual primo aunque no lo conocemos casi nada? Ufff... pues ahí estamos.


Este punto nos está costando bastante a mi novio y a mí, incluso diría que nos está desgastando... Después de largas conversaciones con nuestras familias, todos habíamos acordado una lista final de invitados. Por mi parte y la de mi novio, no hemos puesto problema a invitar a parientes y amigos de nuestros padres, entendemos que la boda les hace ilusión y queremos que estén a gusto con sus invitados ellos también. Pero una cosa es invitar a los familiares conque tus padres tienen relación aunque tú los hayas visto tres veces en tu vida (hasta aquí, ok) y otra muy distinta invitar a los familiares con los que tus padres no tienen relación y a los que pretenden enviar la invitación de tu boda "por no quedar mal", pero que en el fondo no quieren que vengan (palabras textuales: les damos la invitación por protocolo, si sabemos que no van a venir, y no nos importa). En este punto nosotros no habíamos querido ceder.

Pero... hace un rato me llaman mis padres y me piden un nuevo cambio...  Parece ser que se impone los criterios sociales de "invitar a todo el mundo" suponiendo que el 50% de los invitados decidirá no ir (suponiendo, vaya si aparecen). Lo peor es que ya tenemos las invitaciones en envío... Y aparte, que no me apetece cambiar a última hora la lista de invitados de mi-nuestra boda.


La verdad, siempre he pensado que prefiero transigir en algunas cosas para no causar dramas en la familia, pero hay ocasiones en que me dan ganas de escaparme a solas con mi novio y casarnos a escondidas, rápido y sencillo. No obstante, sé que al final me arrepentiría...

Pues eso, escribo este post en parte para desahogarme y en parte para repetirme a mí misma el "mantra principal" de la organización de bodas:
     que la boda es nuestra,
     que podemos ceder hasta cierto punto a ciertos deseos de nuestra familia,
     y que aceptamos sugerencias o consejos, incluso ciertas peticiones, pero...
       NO IMPOSICIONES.

Bueno, ya veremos cómo se va solucionando el tema invitados, ¿alguien más ha tenido problemas con este tipo de cosas, o somos los únicos en el universo?

martes, 22 de noviembre de 2011

Canon de Pachelbel


Para la entrada de la novia
     Para el momento previo a los votos
          De música de fondo en el momento de los mismos.
               O una vez acabados éstos.
                    O en el momento en que los invitados se acercan a felicitar a los novios.


El canon de Pachelbel es una de esas canciones clásicas, atemporales, regias y románticas que será conocida "de oídas" por la mayoría de los asistentes. Escuchadla y opinad: ¡por mi parte no me es posible encuadrar esta canción fuera de una boda!


lunes, 21 de noviembre de 2011

Tartas, tartas, tartas (part two)

Si has elegido para tu boda una de esas "super tartas" glaseadas (como salen en los programas de  Divinity, posiblemente querrás que ocupe un lugar vistoso, y que se vea durante todo el banquete.

 
Una presentación como esta a mí me gusta mucho; la tarta con su correspondiente figura en lo alto, velas, flores... Y como detalle original y entrañable, fotos antiguas familiares, en una de ellas parecen apreciarse ¡los padres en el momento de su boda!. Este tipo de montajes realmente no cuestan dinero (¿quién no tiene velas, jarrones, y marcos bonitos con fotos antiguas en casa?), pero lo difícil en este caso es hacerlos y que quede así de bonitos... Y por otro lado, ¿quién los hace? ¿Los novios, una amiga de los mismos, el restaurante?

 
Otra opción que está ahora muy de moda es una mesas de dulces (o candy bar, o sweet bar), que llevan utilizándose frecuentemente y desde hace años en las bodas sajonas, pero no son tan comunes aquí.


Original en blanco y rojo. Green wedding shoes



Como podéis ver, muchas de estas mesas de dulces tienen un diseño muy cuidado. Yo diría que es tan importante lo "apetecibles" que sean los dulces, como la forma en que estén dispuestos.

Una alternativa para aquéllos que gusten más de lo salado (o de las bebidas refrescantes), es mezclar junto a los ingredientes dulces, algunos snacks o bebidas refrescantes:



Project wedding

El "momento corte"

Suena la música. Se apagan las luces. Y todos los invitados giran sus cabezas para ver a la pareja nupcial. Creo que es un momento no es apto para tímidos :) Entonces se acerca el maitre, entrega el cuchillo, la espada o cualquier otro objeto que tenga un mínimo filo y... ya sabéis el resto. ¿Demasiado tradicional? En mi opinión, es una de esas tradiciones que, como pueden personalizarse completamente (la música que va a sonar, la forma de cortar la tarta, si se apagan o no las luces), yo no quitaría. Se puede hacer más divertido, más dulce, más transgresor... Pero el momento corte de la tarta casi siempre agrada a los invitados ¿y que sería un banquete de bodas sin él?

Me ha encantado este beso, es "tan normal" (via)

domingo, 20 de noviembre de 2011

En un día como hoy, me gustaría ser periodista

20N, elecciones en España. Yo hoy no trabajo, puedo estar tranquilamente en casa viendo llover, salir un ratito a votar, y volver para tomar un café junto al ordenador. Pero me acuerdo de toda esa gente que hoy, como otros domingos y festivos, está trabajando: trabajadores en la hosteleria (bares, restaurantes, hoteles), personal sanitario (médicos, farmacéuticos), servicios de limpieza y hoy muy muy especialmente... los periodistas.

Ellos no tienen otra opción que currar para cubrir este evento. Seguramente muchos de ellos se estarán quejando de no poder pasar el día de hoy tranquilamente con sus familias, pero yo debo admitir secretamente que en parte me encantaría sentir esa "emoción" de compartir con colegas de profesión un día importante en la historia de un país, como son las elecciones.

En un día como hoy, y en muchos otros días en que las personas parece que dejamos a un lado nuestros individualismos (necesarios, por otra parte) y nos sentimos parte de una misma sociedad, donde pasan cosas que a la mayoría nos interesan, me gustaría ser periodista.


via

Cuando en alguna ocasión he estado junto a un grupo de periodistas, me ha fascinado esa complicidad que desprenden, y que resulta de pasar tantas horas juntos, y de numerosas vivencias compartidas, seguramente algunas de ellas muy intensas.

Así que hoy... hoy dejo un poquito de fantasear con mi boda, y fantaseo con ser periodista en las elecciones nacionales: deambular durante el día por los colegios electorales, preguntar con pasión la participación, comer un bocata y una coca-cola junto a mis compis, y estar junto a las mesas electorales cuando cuentan el resultado, para después transmitir la "gran noticia" junto a otros compañeros. Y al final, irnos a tomar una copita como resultado del trabajo bien hecho.

¿No suena genial y excitante...?

Y por cierto, y como nota final, si el día de vuestra boda hay elecciones, no os olvidéis de ir a votar :D

sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Y si llueve?

El día ha amanecido cubierto por unas nubes espesas, de color gris, que amenazan lluvia. Y a mí me parece un día deliciosamente otoñal... Estoy en pijama en casa, y no hay nada que me produzca más placer ahora mismo que pensar en vagabundear por la red, ver pelis y tomarme un chocolate calentito... Pero... ¿¡y si amanece así el día de mi boda!?

Creo que en el insconsciente de todas la cabecitas de novia se encuentra este mismo temor, y también esta misma súplica "que no llueva, por favor, que no llueva, que no llueva...".

¿Pero y si llueve?



Me caso un día de finales de abril en el que puede pasar de todo: o hacer un hermoso día de primavera o caer el diluvio universal. Mi mayor inconveniente respecto a la lluvia es que no podremos aprovechar el fantástico jardín del restaurante donde vamos a servir el cocktail. Prácticamente escogimos ese sitio porque tiene unos alrededores preciosos, que estarán en su esplendor para la fecha de nuestra boda. ¿Y si llueve? Pues todo deberá desarrollarse dentro del recinto, lo cual no es tan mágico.

¿Y las fotos? Pues las de exteriores, obviamente, tendrán que realizarse bajo techo.

Y los invitados, tendrán que lidiar con la molestia de ir saltando charcos. (Y yo con mi largo vestido de novia no me quiero ni imaginar, ay...)

Y así un largo etcétera, es cierto que la lluvia tiene bastantes inconvenientes, y todas nosotras pagaríamos por un hermoso día de sol. Pero lo cierto es que el tiempo no puede predecirse. Puedo dedicar todo mi empeño e interés a confeccionar un menú de boda agradable, a ir guapa, a elegir la mejor música y los detalles para invitados con el máximo cariño. Pero la naturaleza no se puede controlar. Así que al final, que llueva, es una cuestión de suerte. No hay más.

¿Y entonces, qué pasa si llueve? Pues la verdad, ahora mismo miro feliz hacia la ventana y estoy pensando que no vale la pena amargarse por un asunto así. ¿Si llueve? Pues todo podrá solucionarse: el cocktail se cambia de sitio, los invitados que lleven paraguas, yo me compro uno blanco súper bonito y me busco un "mayordomito" que haga el favor de cubrirme todo el rato (sí, como la princesa Letizia) y que toda la boda se realice al resguardo, con la sensación de tranquilidad y relajación que la lluvia conlleva. En realidad, ahora mismo lo pienso y tampoco es tan grave. Al menos es mucho menos grave que amargarse los poco más de cinco meses restantes hasta la boda. Y definitivamente, es mejor que llueva y tomárselo con actitud zen a guardar la preocupación durante todo el día de la boda, y que éste acabe y descubrir que no lo has saboreado.

Por tanto a partir de ahora, no quiero desperdiciar un minuto de mi tiempo de pre-novia en pensar en esta posibilidad, porque lo cierto es que... me da igual.


Boda bajo la lluvia. En Flashflavor.com
Me viene a la mente una de mis imágenes favoritas del cine, de la película "Cantando bajo la lluvia" . Es aquella en que los protagonistas están en la puerta despidiéndose ("goodbye Kathy, see you tomorrow; Goodbye Don") y fuera llueve a cántaros. Kathy le dice a Don:
- Cuídate esa garganta, ahora eres una gran estrella ¿recuerdas? Esta lluvia de California es hoy más fuerte que de costumbre.
Y Don mira para arriba tan tranquilo y luego le contesta, con una cara arrebatadora de felicidad:
-¿De veras? Para mí todo es luminoso y el sol brilla por todas partes.

(arrrrgggghhh... me derrito....)

Luego se besan, y él solo de vuelta a casa comienza a cantar y a bailar.




Y es que cuando vi esta escena por primera vez, y ya tenía veintidós añitos, me eché a llorar de la emoción (aclaro, el momento en que vi la peli fue muy emotivo porque me estaba despidiendo de mis compañeras en la última noche que pasamos juntas en el piso). Que por cierto, qué "peazo" de artista Gene Kelly; canta genial, baila genial, y tiene una expresividad que me vuelve loca, sobre todo en esa escena final con el guardia.

No me canso de ver este clip una y otra vez... lo estoy escuchando ahora mismo y ¿os podéis creer que estoy sonriendo y con los ojos húmedos a la vez?

Así que... que si llueve, que no será tan grave: cantaremos y bailaremos bajo la lluvia.




¡Feliz sábado!

jueves, 17 de noviembre de 2011

Tartas, tartas, tartas (part one)

Ya que ayer rocé el tema del dulce, he pensado que hoy era oportuno seguir con la que ha sido mi idea casi desde el principio que empecé a organizar la boda... ¡¡la tarta!!

Me encantan los postres, pero no cualquier tipo de postres. No me gustan demasiado "bizcochados", ni tampoco demasiado dulces, ni con demasiada nata o demasiado chocolate. Un postre, sobre todo después de una comida taaaaaan copiosa como la de una boda, debería ser elegante, con el toque justo de dulce y visualmente atractivo.

Algo como esto, por ejemplo...

 

Pero un asunto aparte es la tarta nupcial. Adoro el momento tarta en las bodas, y en esas bodas modernas en las que no se saca la tarta de repente ni se parte con la típica musica romántica de fondo, confieso que siento que me falta algo a la hora del postre... En aquella ocasión (en la boda moderna me refiero) me quedé mirando para todos los lados cuando los camareros me trajeron el postre y pregunté tímidamente: ¿pero entonces, los novios no van a cortar la tarta? ¿no se van a apagar las luces ni nada...? ;-)



Me gusta el "momento tarta" porque implica un poco una ruptura con el desarrollo normal del banquete. Implica pararse un poco, y mirar a los novios, que son al fin y al cabo los que nos han convocado. Y es como el comienzo de un segundo banquete dentro del primero: el postre inaugura el momento del café, la copa de sidra o champagne, el chupito y las felicitaciones a los novios. Y aparte de esto... pues que me parece un momento íntimo y bonito, no sé. Vale que es un poco cursi cortar el pastel con el cuchillito y casi todas las luces apagadas (y una canción romántica de Mariah Carey o Luis Miguel de fondo), pero al fin y al cabo una va a una boda a ver cursilerías, amor y todo eso ¿no? ;)

Así que como tantas otras cosas en la boda, el momento tarta yo no lo descuidaría. Me gustan especialmente las tartas glaseadas, que ahora se llevan mucho y las hacen en cualquier pastelería (yo no sé si en todos los restaurantes). Si las tartas son grandes, generalmente ponen un par de pisos de bizcocho y el resto "de mentira" (es decir, por dentro va de corcho y solamente el glaseado de fuera es comestible). Obviamente son más caras cuanto mayores sean y cuantos más materiales "de verdad" hayan utilizado en su elaboración, pero creo que realmente no es un coste que sea inasumible en una boda, ni mucho menos.

Las opciones de tartas glaseadas son infinitas. Aquí pongo de muestra unas cuantas que he encontrado por la red, pero realmente el buscador de google o en cualquier blog de bodas encontraréis miles de ejemplos. O en el catálogo de cualquier pastelería.








Otras cuestiones:

No olvides de coronar el piso más alto con vuestra figura de novios.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...