La verdad que esta frase ha sido pura inspiración. Esta mañana, mientras miraba algún que otro blog de moda y decoración que sigo últimamente (y es que mientras me tomo el café mañanero me gusta darme el caprichillo de bloguear un poco) la frase me vino a la cabeza, súbitamente: lo esencial no se ve. He estado rumiando la idea todo el día y ahora que saco un ratito me gustaría plasmarla por escrito. Pienso que la apariencia y la belleza exterior obviamente ayudan, y son positivas. Pero no pueden hacer nada si no hay un buen fondo.
Se nos habla de la importancia de tener un estilo personal adecuado, que nos haga sentir seguras, maravillosas, cómodas, sexies y con ganas de comernos el mundo. Soy una fiel seguidora del reality "tu estilo a juicio" en Divinity, y como tal, soy consciente de que la apariencia importa más de lo que algunos pueden creer, pues influye en la opinión que causamos en los demás, y esto influye en nuestra vida: en si nos cogen o nos rechazan para un trabajo, en el trato diario, en las amistades que podemos conocer... Y si hablamos de las bodas, pues lo mismo: un entorno bonito y agradable, una novia vestida, maquillada y peinada con estilo propio y no siendo un clon de otras cien novias iguales, un menú de platos buenísimos y bien presentados, todas esas cosas son positivas, y aportan carácter, y convierten una boda convencional (tradicional: iglesia, velo, restaurante, 200 invitados...) en una boda "convencional pero diferente". Que sí, sí a la buena apariencia y sí a las bodas personalizadas.
Pero... aún teniendo todas estas cosas en cuenta... hay una parte que se nos escapa por mucho que nos pongamos guapas y estilosas o por mucho que creemos una boda decorada con todo el buen gusto del mundo. Porque lo verdaderamente importante, es invisible a los ojos. No se ve, así que no tiene nada que ver con el estilismo. Creedme, hablo en primera persona, con experiencia propia.
Hay eventos en los que he acudido muy guapa y no me lo he pasado bien. Veo las fotos, me veo ahí, joven y hermosa, pero soy incapaz de ver las fotos con una amplia sonrisa porque no guardo recuerdos especialmente positivos de ese día. Y si miro más atentamente las fotos, veo ese mismo brillo triste en mi mirada.
Hay cosas de mi boda que fueron preciosas. Y originales. Al menos, a la gente le gustaron mucho. Pero en cuanto a mí... yo no estaba ahí al cien por cien. Y eso era lo esencial. Lo demás era secundario. Importante, pero secundario. Y no se puede dejar que lo secundario cumpla el papel de lo esencial.
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Y lo esencial también requiere de tiempo, de reflexión.
¿Y... qué es lo esencial...? Pues básicamente, todo lo que guardamos dentro, todo lo que es inmaterial en nuestro mundo y lo que nos da o nos quita la alegría de vivir. Ni poseer todos los objetos más bellos del mundo, ni los mejores estilistas, ni realizar la boda más hermosa jamás contada, tienen el poder de alejar esa sombra que parece perseguirnos desde siempre. Ni tampoco tienen el poder de hacernos personas más generosas y amorosas. Ni tienen el poder de darnos un marido que nos quiera y nos respete, y al que nosotras tratemos de la misma manera. Ni tienen el poder de otorgarnos una familia que sea fuente de cariño y bienestar.
Bajo la apariencia de una vida exitosa y brillante, a veces sólo hay cenizas. Y si no, que me expliquen los suicidios de gente famosa que, en apariencia, lo tenía todo. Hasta una fachada de persona activa y feliz. Y cuántas veces hemos oído o nos hemos dicho eso de: "tengo un trabajo, una familia, una casa que me gusta, un coche precioso, un estilo personal logrado con los años, amigos que me aprecian, hasta un blog con miles de seguidores pero... me falta algo. No debería sentirme desafortunada y sin embargo, a veces, me siento así". Porque todo esto es importante, pero repito, no puede suplantar el papel de lo verdaderamente esencial. Lo que tenemos dentro (experiencias, deseos, anhelos, alegrías, tristezas) nos ocupemos o no de ello; y la calidad humana conque nos relacionamos con los demás y ellos con nosotros, que poco entiende de apariencias.
Y después de un post ¡más filosófico de lo que nunca hubiera esperado! (es lo que me encanta de este blog ahora mismo, que hay días en que me sorprendo a mí misma y me digo: ¿pero yo quería hablar de eso?), sólo un consejillo más que revolotea por mi cabeza ahora mismo: para alcanzar lo esencial, lo primero que uno debe intentar es conocerse a sí mismo. Del todo. Con sus luces y sus sombras. Conocer su historia y el por qué de sus virtudes, y más importante aún, el por qué de sus limitaciones.
Si estás a punto de dar un gran paso de compromiso activo hacia tu pareja (eso excluye a las que se casan "porque toca", lo siento), no se puede pasar por alto esta revisión de lo esencial. Porque la boda, incluso la más bonita, pasará; pero la persona se quedará a tu lado, en el mejor de los casos muchos años, para toda la vida. Y conocernos nosotros, y a nuestras parejas, y conocer los puntos fuertes y débiles de nuestra relación, debería ser un ejercicio obligado antes del matrimonio. Seguro que si el estado pusiera un test obligatorio antes de que dos personas se casaran o vivieran juntas, seguiría habiendo divorcios y separaciones, pero menos, seguro!
Y esto también es lo esencial de una boda: el abrazo emocionado de los que quieres via |
Y ahora sí: ¡¡me pongo de nuevo a trabajarrrrrrr!! ;-)
Hija que bien escribes!!! Ya sabes que me encanta tu estilo y como te vuelcas en cada post. Es muy importante lo que dices en este y mas para las que nos casamos proximamente pero a conciencia no "porque toca" como tu dices...
ResponderEliminarwww.mipequenodiariodeboda.blogspot.com
AMÉN, no puedo estar más de acuerdo contigo.
ResponderEliminarConocí a mi marido a través de Internet, y eso hizo que descubriera antes mi interior que el exterior, después de eso, los clichés que dicta la sociedad -afortunadamente- no sirvieron para nada.
Me siento la mujer más afortunada de la tierra, por mis amigos, mi familia, y mi marido, que llegó para ser la guinda del pastel de mi existencia.
Preciosa tu reflexión de hoy...
Un beso enorme,
M.
PD: Recibiste mi mail? (a modo informativo, y sin obligaciones, of course ;-))
Iba a poner "amén", pero ya me lo han quitado! ;)
ResponderEliminarEs curioso cómo ciertas cosas nos han dejado igual de marcadas...
Precioso. Sigue así. Un beso
Tienes mucha razón, hay que cuidar el interior y hacer las cosas que nos hagan sentir bien con nosotras mismas, no importa el dinero está claro que ayuda pero no da la felicidad, como bien dices hay personas famosas muy ricas que no son felices están enganchadas a las drogas y demás.
ResponderEliminarLo más importante y en lo que hay que fijarse es en como es la persona, todo lo demás no importa.
Besitos!!!
ideasparatuboda.net
Mis chicas!! Gracias por comentar.
ResponderEliminarMipequeñodiario, me alegro que no te cases "porque toca" ya verás que no es lo mismo.
M. tú eres "pura esencia", sabía que entenderías este post a la perfección.
Peripecia, suscribo lo que dices porque mis sensaciones de la boda fueron asombrosamente parecidas a las tuyas. Tendremos que hacer una "resarcida" conjunta XD
Silvia (¡te has cambiado el nombre, te has puesto el tuyo!), tú lo has dicho.
Besos a todas. Tendré que escribir algún otro post sobre el autodescubrimiento porque es algo en lo que últimamente estoy pensando mucho, mucho.