Ilusión

Hace un año, yo era una novia ilusionada que organizaba su boda y empezó a escribir un blog.

Sabía que empecé el blog a finales de agosto del año pasado, pero lo que no recordaba bien es que antes de esto, yo había escrito mis primeras anotaciones y sueños en mi agenda de bodas, un cuadernito precioso que compré el mes de abril de ese mismo año, cuando nos prometimos.

Ahí empecé a registrar mis primeras preferencias, en cuanto a alianzas, restaurantes, vestidos, decoracción y otros accesorios. Y comencé lo que llamé "el diario de boda" para que yo y mi novio escribiéramos nuestras impresiones conforme se acercaba la fecha (la verdad que yo escribí mucho más que él, pero también tengo parte de sus pensamientos). Esas primeras palabras, ese deseo de boda que empezaba a nacer en mí, esas ganas de hacer una boda todo lo diferente posible dentro de lo convencional resumen el espíritu conque comencé este blog.

Pero antes que ese deseo se materializase, pasé tooodo el verano buceando por la red en busca de inspiración, ¡horas y horas! Para mí no cabía actividad más urgente ni más importante. De hecho, he tenido que postergar hasta ahora (hasta después de la boda) algún proyecto personal de cierta envergadura, porque aunque mi intención era empezar entonces, me vi arrollada por esta avalancha maravillosa de sentimientos y ganas de hacer cosas para construir mi boda perfecta. Y todo lo demás pasó a un segundo plano.

Mi ilusión fue creciendo, creciendo, casi sin proponérmelo. Hoy leo esas palabras y me embarga la ternura, precisamente porque las había olvidado. Sabía que me había ilusionado con mi boda desde principios del otoño, pero no recordaba cuánto. No recordaba cuánta emoción ponía en el día, cuántas horas pasaba soñando e inventando, cuánto amor, cuántos sueños, cuánto cariño, cuántos anhelos de una vida mejor, qué dulce vanidad de novia me ensanchaba el pecho cuando me imaginaba con mi vestido (porque cuando elegí el vestido, pasé toda la noche sin poder dormir, de lo nerviosa que estaba...). Cuánta excitación por imaginarme que iba a ser la mujer más feliz, guapa y enamorada del mundo ese día... En fin, ha sido tanta la ILUSIÓN, con mayúsculas, que creo que no le hago justicia a mi etapa de planificadora de mi boda si recuerdo los momentos malos, o los últimos días.

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Me he ilusionado hasta las lágrimas. He tenido la vitalidad por las nubes. Cuando por las tardes salía de compras bodiles (por decir algo, porque compraba todo lo que se me antojaba) me daban ganas de saltar por el camino, como una niña que va al parque a jugar. La sonrisa me acompañaba casi a todas horas. Me llamaban por teléfono para preguntarme cositas de la boda y era la mujer más feliz del mundo. Escribía en foros y en mi blog sin remedio. He sido una romántica empedernida durante unos meses, he creído en los cuentos de hadas. Imaginarme casada con mi novio era "lo más" que podía haber, ningún otro proyecto personal o laboral podía brillar con más fuerza que esto. Luego llegó el día de mi boda y... hay cosas que no tendrían que haber ocurrido, por un lado (cosas que no fueron mi culpa) y por otro lado, ahora sé que tendría que haberme pasado la tarde y la noche bailando y disfrutando con mis amigos, no estar de un lado para otro tratando que todo saliese bien, y eliminando tensiones donde las había. Pero eso fue así y ya no puede cambiarse.

En fin... que la primera sensación que he tenido al leer estas palabras exultantes de mi "diario de bodas" ha sido cierta tristeza, porque las cosas no salieron como planeé. Quizás porque mis expectativas estaban en las nubes (mi ilusión estaba por las nubes, más allá, así que mis expectativas también). Pero ahora, vuelvo a leerlas y lo que siento también es alegría, y agradecimiento. Esa ilusión la viví, fue real. Esa ilusión estaba en mí, dentro de mí, no era algo ajeno. Poco importaba entonces cuál fuera el final, cuando estaba a ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos meses de casada, era una mujer que veía el mundo a través de un cristal rosa, y lo sabía.
Me digo que esa ilusión no se ha podido perder, no del todo. Igual que queda la alegría después de haber pasado una buena temporada, en algún sitio aguardarán todos esos sentimientos de emoción vividos.

Ahora sólo debo reencontrarme con esa ilusión. No tanto para revivir los momentos que ya pasaron, como para dar un poquito de luz a mi vida actual. Dirigir esta ilusión hacia nuevos objetivos, nuevas metas... Si hubo una época de mi vida en que pude ver el mundo de color de rosa, y sentir ganas de bailar cuando iba por la calle, esa facultad tiene que seguir residiendo en mí, no ha podido esfumarse, tiene que estar ahí, en alguna parte... Creo que ha sido un regalo maravilloso descubrir esto en un día como hoy.

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A todas las futuras novias que hayáis podido caer por casualidad en estas páginas: no perdáis la ilusión. Aunque tengáis problemas durante los preparativos, aunque no salga todo como esperais, aunque exista alguna que otra persona que os quiera aguar la fiesta... mantened intacta vuestra ilusión (y escribid sobre ello, pues los recuerdos a veces son frágiles, pero las palabras escritas siempre permanecen). Cuando una es novia, es tremendamente fácil excitarse, ¡aprovechadlo! Es fácil estar en las nubes, sentirnos preciosas y especiales, sentir una avalancha de amor, ¡aprovechaos de esta facilidad!

Porque lo cierto es que la ilusión no depende del desenlace final, que aún no conocemos, ni siquiera de las adversidades externas. La ilusión está dentro de una misma. Y vivirla profundamente, y acordarse de ello después, es uno de los regalos más bonitos que organizar una boda os puede dar.

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P.D. No esperaba ni de lejos escribir hoy un post así. No después de mis últimas ideas y reflexiones. Pero todo esto ha surgido cuando he cogido y he hojeado, por azar (¿o no ha sido por azar?) mi cuaderno de boda que está en la misma estantería que los libros con los que estoy trabajando. Y ha sido leer todas estas palabras de novia ilusionada y escribir esta mañana, bien temprano. Pensaba publicar este post la semana que viene, al estilo "cumple-blog". Pero he cambiado de idea y he decidido hacerlo ahora, aunque no tenga mucho que ver con el post anterior, en parte porque hoy es un día significativo (siempre lo son los primeros aniversarios ¿no?), y quiero hacernos a mí y a mi pareja este pequeño homenaje.