sábado, 24 de septiembre de 2011

El placer de delegar y dejar hacer

A mí me encanta ocuparme de todos los detalles de mi boda, hasta los que a otros les parecerían nimios (por ejemplo, elegir el repertorio musical de la ceremonia, personalizar los nombres de las mesas o comprar ciertas lámparas de luz para iluminar el patio del restaurante al anochecer), pero es cierto que a veces hay que delegar, y es un gustazo.


larryrray.tumblr.com/


Por ejemplo, el viaje de novios. Sé lo que quiero: playa, relax, lujo, arena blanca y olas finísimas, comida deliciosa, actividades turísticas para hacer por la tarde (con calma, sin ninguna prisa), entorno romántico y sensual y buena relación calidad-precio. Desde luego que la opción que siempre nos hemos planteado mi novio y yo es ir a la agencia de viajes de nuestro pueblo y dejar que sean ellos los que propongan. Tenemos un destino en mente: Canarias. Para algunos puede parecer típico, pero las parejas que han ido allí nos han comentado que no tiene nada que envidiar al Caribe. Y está mucho más cerca. Eso sí, en cuanto a rutas y hoteles... yo pido por esta boquita y que ellos se encarguen de buscarlo y ofrecérmelo. Quiero delegar y dejar hacer...

O el piso donde mi futuro marido y yo vamos a vivir. Ya he hablado con una chica muy maja de una inmobiliaria y le he dicho que tome nota ya de mi número de teléfono y un par de meses antes de la boda me llame para enseñarnos lo que nos interesa. Le he dado nuestras condiciones de precio, de ubicación, de habitaciones; que ella me busque, hable con los caseros, se asegure de las condiciones y nosotros directamente a ver el piso. Dos meses antes de la boda voy a tener mucho en qué pensar, y si alguien me da este pequeño trámite un poco más avanzado, pues mejor.

Y bueno, eso en cuanto a los preparativos. Pero justo el día de la boda también será necesario delegar en los demás muchas cosas: quien le paga al grupo ceremonial (yo voy a estar besuqueando a todos, imposible) a la orquesta, quién reparte el arroz a la salida de la iglesia, quien hace esas sorpresitas que estoy guardando para mi banquete pero que seguro que yo no voy a tener tiempo de dar, quien reparte los cigarros (sí, nosotros somos pequeños fumadores, aunque ya no se estile). En fin, que personalizar la boda y "currárselo" pensando uno mismo todos los detalles no está reñido con delegar en ciertas cosas, y que te den resueltas algunas opciones.

En algunas cosas, qué gran placer no gastar el tiempo en buscar y contrastar todas las opciones disponibles, sino simplemente: elegir una de ellas.

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, las novias que quieren acaparar todo al final se agobian tanto que terminan delegando... Yo pedí a mi familia que me ayudara en muchas de las cosas de logística, por ejemplo, el dinero se lo dejé a mi hermano y él se encargo de hacer los pagos, y dos semanas antes de la boda mi madre y yo estuvimos en mil y un historias para dejar todo a punto
    www.labodadelanovia.com

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  2. Sí, yo ya tengo una "pequeña lista" con nombres y apellidos de las cosas que me tienen que hacer, sí o sí ;) Yo, la verdad, estaría encantada de ayudar a cualquier amiga o familiar con estos trámites...
    Miss Chloé

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