jueves, 1 de noviembre de 2012

De qué sirve una boda de ensueño si...

a los pocos meses, o al año, o a los dos años, o cuando sea, los marido-mujer que iban a ser eternos, ponen un punto y final a su relación.

Veréis, creo que desde que me casé vivo con este miedo, y supongo que a muchas de las recién casadas os pasará lo mismo. Cuando una ve las estadísticas de divorcio que hay en nuestro país (y ojo, quiero aclarar antes de nada que estoy mucho más de acuerdo con una separación que con atraparse en una relación muerta y tediosa) aparte de desanimarse un poco, se pregunta: ¿estoy segura de querer celebrar una boda? ¿estoy segura de querer prometerme amor eterno con decenas o cientos de personas presentes, con vestido blanco y banquete, con música y flores? Creo que si tienes un blog público, la presión aún es mayor: ¿estoy segura de querer compartir los preparativos de mi boda, mes a mes, y mi fantástico día B, y mi luna de miel, y mis preciosas reflexiones de recién casados, para luego dar la fría noticia meses después de que todo ha acabado?

Como os decía, las estadísticas para las parejas recién casadas no son nada halagüeñas (creo que las separaciones tras el matrimonio andan en un 70%), y seguro que todos hemos conocido relaciones que parecían maravillosas y duraderas y que no han terminado bien (que si quien se queda con el piso, que si has causado dolor a mí y a mi familia, que qué pasa con los niños, que no puedo creer que con lo que hemos luchado esto se acabe, etc. etc). De hecho, y que levante la mano la primera a la que no le ha pasado, mucha gente cuando le cuentas que te casas reacciona con un cínico: "¿sííii? ¿estáis seguros? Pero si hoy en día todo el mundo se divorcia... ¿para qué queréis montar ese circo?" Es una respuesta cínica, sí, pero tristemente real. Y tiene parte de razón: ¿no es acaso exagerado todo lo que "se monta" con la boda, para que luego el matrimonio no dure ni siquiera un año?




Hablaba de todo esto con mi marido durante el fin de semana, poniendo el ejemplo de personas que habían estado uno y dos años organizando la boda (cosa que a mí me parece una exageración, con 10 meses es MÁS que suficiente) y luego el matrimonio les había durado menos. Vale que es igualmente doloroso, o incluso más, romper una relación tras cinco o diez o veinte años de casados, pero a mí particularmente me parece incluso más paradójico el primer caso: el que el matrimonio, por los motivos que sean, no supere el tiempo que hemos dedicado a preparar "su celebración de comienzo". Creo que ha de ser infinitamente doloroso y decepcionante que, recién colocadas las fotos de la boda, guardados el vídeo y los últimos regalos, o mientras aún estamos terminando de amueblar nuestro piso y acostumbrándonos a la idea de decir "mi marido" o "mi mujer" y no "mi novi@", proclamar a los cuatro vientos y ante nosotros mismos: se acabó.

Cuando me han comentado la noticia de una separación de estas tan tempranas, admito que tiendo a pensar también en estos asuntos tan (aparentemente) pueriles: joer, ¿y qué harán con el reportaje de boda, tirarlo? Con lo bonitas que son las fotos y el fotógrafo tan maravilloso que las hizo. ¿Y el vestido de novia, venderlo? ¿Y la casa, qué harán con ella si aún no la han acabado de amueblar? ¿Y el reportaje post-boda propuesto, anularlo? Las personas con las que hablo me dicen: "eso son tonterías, después del "palo" de la separación, en lo que menos se debe pensar es en estos detalles", y seguramente tienen razón. Pero es que estos "detalles" también serán pequeñas decisiones o situaciones que los novios deberán enfrentar: tirar o repartir las cosas de la boda (y pensar en ese dinero ya desperdiciado), decir a todos aquéllos conocidos que se encontrarán a los pocos meses, y que les darán enhorabuena por su reciente enlace, que se han separado (imaginaros las caras), vender o alquilar el piso, guardar los recuerdos de pareja, cancelar cualquier plan bodil que pudiera quedar, etc. etc. Creo que si aún no se tienen hijos, puede ser más fácil el hacer "borrón y cuenta nueva" sobre todo en lo relativo a la boda, pero ahora mismo me viene a la mente un caso en que la mujer se quedó embarazada al muy poquito tiempo de la boda y cuando el niño tenía menos de seis meses, se separaron. En ese caso... ¿qué haces, por ejemplo, con el album y las fotos de la boda? ¿Lo guardas para que el niño vea a sus padres juntos vestidos de novios? ¿Te pones a llorar cada vez que lo ves? ¿Se lo tiras al marido por la ventana para abrirle la cabeza? ¿Y si resulta que guardabas el velo de novia para dejarlo a una amiga, una hermana o a tu futura hija en su camino al altar? ¿Lo sigues dando con la misma ilusión sabiendo que a ti te trae tan malos recuerdos?



Vale, seguramente estéis leyendo esto y penséis que es una estupidez hablar y dar importancia a este tipo de detalles, pero yo no puedo evitarlo. Cuando se ponen tantas esperanzas y tanta ilusión en un día, creyéndonos que es la antesala de un amor eterno o por lo menos duradero, y antes de que hayamos perdido por completo el sabor de este día rompemos los votos que nos hicimos, ¿no es una razón añadida para estar más tristes o decepcionadas de la ya triste situación? Y las personas de alrededor que son conscientes de estas situaciones, lamentablemente cada vez más frecuentes ¿no sentirán más reticencia de casarse, de hacer público su compromiso, pensando en que de qué sirve una boda si los resultados son en muchos casos tan negativos?

Quizás... deberíamos casarnos con más convicción de la que lo hacemos, pensando que NO lo hacemos por costumbre, por aburrimiento o por que si no "seremos bichos raros y los demás pensarán que no estamos bien como pareja". Quizás... deberíamos dedicar mucho menos tiempo a preparar la boda (que al fin y al cabo, sólo es un día, y realmente no es tan importante que las flores, o el peinado, o la manicura, o los zapatos, sean los de una princesa) y mucho más tiempo a cuestionarnos nuestra relación.

Quizás... deberíamos pensar mucho menos en una boda de ensueño y mucho más en un matrimonio de ensueño.


Quizás... deberíamos ser, en todo, menos fantasiosas y más realistas, admitir que hay dificultades, que en una relación hay que trabajar, ceder y poner de nuestra parte, que la convivencia no es siempre un camino de rosas (pero tampoco de espinas), y que nuestra pareja es como es y el hecho de haber firmado un papel o haber celebrado una fiesta maravillosa no van a hacerla distinta o mejor.

Quizás... deberíamos ser todos un poquito más sinceros y auténticos y menos exhibicionistas. Que admitamos lo bueno y lo malo de nuestras vidas, que veamos el lado rosa y el lado gris, que no vendamos humo ("mi boda fue maravillosa, mi vida es maravillosa, mi pareja es perfecta, somos megafelices, no tengo dificultades en la vida, me llevo genial con mis padres y resto de mis familiares"). Porque a veces estas palabras insinceras arrastran a otras personas a la creencia infantil de que el mundo es perfecto, de que "con cosas bonitas" se solucionan los problemas, que es mejor taparse los ojos y vivir en el mundo de fantasía. Claro, esto va muy bien hasta que un día una situación complicada (ej, una separación), te hace aterrizar con los dos pies en la realidad.

Creo que no se trata de se idealistas o pesimistas sino de ser realistas. Y ser sinceros con nosotros y nuestros sentimientos. Y si una relación es difícil, no pensar que por pasarse un año y medio planeando un día "de cuento de hadas", todo se va a solucionar.

Y ahora que lo pienso... la verdad es que ser sincero sería también admitir ante todo el mundo que nuestra relación no ha funcionado. Y si eso implica separarse a los cuatro meses de casados, pues hacerlo, a pesar de lo que otros puedan decir.

Porque quisiera dejar claro que no he escrito este post con ánimo de criticar a esas personas que vivieron una boda de ensueño y antes de que despertaran del todo descubrieron que el sueño había terminado. De hecho, he escrito que a mí me ha dado mucho miedo que esto sucediera, no sólo después de la boda sino antes, y no me veo en una situación de superioridad respecto a las personas a las que les ha pasado. Y creo que cuando esta situación ocurre, hay que echarle valentía y seguir para adelante, e importarte un pimiento la opinión de los demás. Sin embargo, me gustaría que todas las que preparan su boda se paren un momento a preguntarse estas cuestiones: no tengo el fotógrafo de mis sueños pero ¿es tan relevante? No sé si he elegido el vestido que me va a hacer sentir como una princesa pero ¿acaso importa demasiado? Llevo días dándole vueltas al menú/invitaciones/arreglos, etc, ¿va a haber una consecuencia realmente importante de no elegir "lo mejor"?

Ahora mismo si pienso en qué ha sido lo mejor de mi boda, diría dos cosas: la primera, haber contado con la ilusión de la gente que me ha ayudado a prepararla o que ha asistido a la misma (recuerdo perfectamente las caras de alegría o de ilusión conque me cruzaba con mis amigos, familiares y conocidos). Y la segunda mejor cosa de mi boda, que en realidad sería la primera es: que sigo estando casada con mi marido. Que tenemos nuestra casa, nuestras cosas, nuestra vida común, nuestros proyectos de futuro, todo eso que no teníamos cuando éramos novios.

via
Para aquellas chicas que ya hayan pasado su boda, y que puede que anden un poco depres por el asunto (conozco algún caso que otro), les diría que es hora de pasar página y centrarnos en lo importante, en lo que tenemos que construir día a día: nuestro matrimonio. Nadie dijo que fuera fácil. Aunque realmente, tampoco es difícil. Pero, y no sé si os pase lo mismo que a mí, yo a veces siento que esta nueva relación me exige más madurez y responsabilidad que nuestra antigua relación de novios. Tengo amigas que me han dicho que no han notado diferencias, y sin embargo yo sí. Porque he prometido ante todo el mundo, ¡e incluso antes Dios! (ceremonia católica), que voy a amar fielmente a mi marido durante toda mi vida. Y eso, para mí, no es cosa de poco. Antes estábamos juntos porque estábamos bien, y éramos felices, ahora además nos hemos comprometido activa y públicamente a ello.

Por su puesto, no se trata de convertir el amor en un deber que hay que cumplir estoicamente incluso a costa de nuestra felicidad, claro que no. Pero tampoco romper todas las promesas que se hicieron en un entorno precioso, con una romántica música de fondo, a la primera de cambio. Cada pareja sabe dónde está la línea entre lo aguantable y lo inaguantable, y por esa línea se ha de guiar.

Creo que una boda es algo festivo y hermoso, como nos muestran día a día infinidad de revistas y blogs pero también es algo serio, porque las promesas no son ingenuas (además son válidas legalmente, y si se rompen hay que notificarlo) ni se hacen en la más estricta intimidad. Al pensar en vuestra boda, intentad buscar ese punto de equilibrio entre lo festivo y deslumbrante del día B y el compromiso ineludible que se adquiere cuando acaba el día, y del que parece que no se habla para nada en "este mundillo" de banderines y cupcakes.



Lo esencial es invisible a los ojos... y una boda de ensueño es una vivencia hermosa e interesante pero esencial esencial, no lo es. Una vida amorosa sana y estimulante, sí que lo es, ¿no creéis?

¿Qué pensáis al respecto? ¿Conocéis algún caso de separación a los pocos meses de la boda? ¿Qué sentimientos os despiertan estas separaciones? ¿Os ha cambiado en algo haberos casado? ¿Pensáis que se habla demasiado sobre los aspectos "técnicos" de la boda y poco sobre el compromiso que hay detrás? Espero vuestras opiniones.

13 comentarios:

  1. Me ha encantado tu entrada de hoy, y tus reflexiones.

    Qué te voy a decir yo! Que dejo al lado lo superfluo (aunque sí, admito que nos hace la vida más agradable) y me centro en el COMPROMISO, y en la celebración del AMOR.

    No sé si recordarás que hace tiempo te hable de una Aplicación para iPhone sobre bodas. Allí hay novias reales (americanas la mayoría), y algunas seguimos en contacto a través de otra Aplicación llamada InstaGram. Una novia se casó un mes antes que nosotros, y ya está con los papeles de divorcio... Fue todo un shock, porque iba compartiendo con nosotras todas sus cosas: sus ideas de tarta, los novios, las pruebas del vestido, las alianzas... Vimos fotos de la ceremonia, del banquete, sus fotos de compromiso. Y de repente todo se acabó...

    Cuando hablaba con mi peluquero de nuestra boda, y de lo que era y no importante para mí, me habló de una novia a la que peinó el día de su boda, "el vestido, de Rosa Clará, le costó 3000 euros, y el matrimonio no llegó a 9 meses". Si el vestido le costó eso, no quiero imaginar el presupuesto general... Y siempre que hablo de cifras, pienso en nuestra boda, y en los 5200€ que nos costó.

    Creo que mucha gente se casa de modo precipitado, porque tiene X años y es lo que toca. Lo importante es hacerle caso a tu corazón, él mejor que nadie sabe quien es su dueñ@

    Un beso enorme :-)

    M.

    ResponderEliminar
  2. Por post como éste es por lo que tres meses después de mi boda aun sigo tu blog :)

    ResponderEliminar
  3. En mi opinion es un error quedarse en la superficie y no ver lo que realmente significa una boda... Lo importante no es el vestido, ni las fotos, ni cuanto dinero cuesta, ni el destino de la luna de miel...

    Lo importante es que se forma una familia, y hay que luchar por ella.

    Cuando el motivo principal de celebrar una boda es organizar una fiesta en la que ser princesas por un dia, si todo gira en torno a la novia y esta solo piensa en si misma, no es de extrañar que el matrimonio no pueda durar...


    ResponderEliminar
  4. He de suponer que esta entrada viene propiciada por la reciente separación de Maria León???Muy buenas reflexiones,un saludo

    ResponderEliminar
  5. La boda no es sólo un día de fiesta y reencuentro familiar, es algo más importante. A veces nos centramos en que todo quede bonito sin pararnos a pensar si es el momento adecuado. Hay que pensárselo muy bien. Pero eso no quita que pueda ocurrir que, estando segura de que quieres casar y estés muy enamorada, cualquier contratiempo rompa ese amor. Nunca se sabe qué pasará en un futuro, tampoco podemos temer por el 'qué pasará', la vida es muy corta y hay que vivir el día a día.

    Natalia Ordieres
    www.elperiodicodetudia.com

    ResponderEliminar
  6. Nuestra vida no será de color rosa, será multicolor.
    Me encanta leer lo que escribes un besazo.
    D.

    ResponderEliminar
  7. Me encanta la frase sobre pensar mucho más en un matrimonio de ensueño, pero también creo que si preparas una boda de ensueño es porque estás muy segura de que el matrimonio también lo será!! Me gusta mucho leerte.

    Un beso

    http://tuplanbodas.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  8. Tener pareja es complicado, la convivencia, las metas personales, diferencias de opiniones, caracter personal, es mas dificil que salga mal que bien, pero en la vida hay que arriesgar, y si no das el paso nunca sabrras si lo podreis lograr, yo prefiero darme un batacazo y aprender a quedarme con la duda de por vida. cada piedra en mi camino me ha permitido aprender, crecer y madurar, y ahora doy las gracias a cada piedra!!! Aun asi tener miedo es totalmente normal, lo desonocido siempre nos da miedo, pero a veces merece la pena pasar ese temor, superarlo y crecer con el!!!

    Conozco varios casos, uno de ellos mi vecina a un mes de la boda, con traje, vestido, y medio pagado todo. Pero ella sigue su vida, y ahora tiene nuevas oportunidades. es triste pero ahora ella es mas feliz que nunca porq tambien fue un aprendizaje, y una experiencia, aunq desagradable desd luego.

    Yo de momento llevo un año casa y si me pegara el batacazo, pues a levantarse, asi aprendimos andar,.....a crecer!! Gran post. Un beset.

    ResponderEliminar
  9. Me encanta como escribes, post como este son los que me animaron a hacer mi blog, te vuelcas tanto, lo das todo...me encanta!!!

    Yo al principio, si que pensaba solo en preparativos y no reflexionaba sobre estas cosas, pero hoy a 8 meses de mi boda si que me las planteo, y se las planteo a él. Yo me caso convencida y "para toda la vida" pero también te digo que no depende solo de uno, la pareja son 2 y si por mucho que yo me case convencida él no lo hace por lo mismo, poco hay que hacer, espero que él esté tan convencido como yo, a mi al menos me lo parece...

    ResponderEliminar
  10. El amor es otra cosa....me parece triste dar tanta importancia que si el fotografo, las flores...pamplinas superficiales....cuando una pareja se separa sea a los 4 meses o a los 20 años, en lo que menos piensa es en quien se queda con el album de la boda....ese día, no cambia tu vida, el compromiso, no se adquiere ese día, se adquiere a diario, haya o no papeles y haya habido o no vestido merengue de por medio. La vida es muy larga, las personas cambian a veces en la misma dirección y otras no...creer que el paripe de una boda te hace jurar amor eterno a una persona, disculpa, pero es de ilusos...además que ve imposible que una persona te vaya a llenar de por vida,es casi imposible, es más una creación cultural que otra cosa y el ser humano por acatar las normas sociales, va en contra de sus instintos...con todos los respetos. ¿De verdad a estas alturas de la vida...?

    ResponderEliminar
  11. Bueno chicas, muchas gracias por vuestros comentarios! Como bien decís, es difícil conjugar ese punto de "ilusión por la boda" (porque a ver, una se casa con los mejores deseos del mundo, y quiere hacer una fiesta maravillosa y fiesta de detalles) con la parte más emotiv a(¿pero estoy segura de por qué me caso? ¿me importan más en este momento los cupcakes a mi relación?).

    Y sí, como decís algunas, vale la pena arriesgar. Separarse al poco de la boda puede desilusionarnos y frustrarnos, pero si no lo hubiéramos hecho, tampoco lo habríamos sabido.

    En este y en otros posts, sólo quiero reflejar un poco mis sentimientos y las ironías que pueden existir en la vida: hacer una boda de ensueño y que luego la relación se rompa.

    Mil gracias por comentar y porque os guste lo que escribo. Me gustaría tener el blog más al día pero ¡no tengo más tiempo! Y prefiero hacer un buen post a publicar cualquier cosa rápida que pueda escribir...

    Un beso a todas!!

    ResponderEliminar
  12. me ha encantado, chapeaux! de verdad que en cómo escribes describo ciertas pinceladas de escritora de las buenas. Y eso que a cada párrafo tienes que estar aclarando lo que escribes para que no haya malintenciones, si esas te las ahorraras, y te dejaras llevar escribiendo, ya sería el paraíso 100%. Si me permites, no aclares cada verdad que sueltes por la boca, las que te llevamos leyendo tiempo "sabemos" como eres, nos encantan estas reflexiones tan buenas que haces, que abras tu mente/corazón sin tapujos, que no tengas un blog en el que publiques cada dia una foto con tres líneas de pie de página y si te he visto no me acuerdo, de esos ya hay muchos y de todos los colores y gustos (y yo los sigo tambien, que conste), pero es tuyo es especial, aun sin saber nombre, profesion, bla bla bla, siento que te conozco mucho mejor que a ellas..que paradoja, no? :)

    no dejaré de leerte!

    un ole! por ti!

    ResponderEliminar
  13. Belén, tu comentario me ha llegado AL ALMA, lo he leído y releído y estoy sonriendo como una tonta... y también pensando en lo que has dicho. Efectivamente, tengo tendencia a "explicarme demasiado" para evitar malentendidos, soy así en el blog y también en la vida real (sin querer ser políticamente correcta pero evitando ser muy brusca y causar mala impresión).

    De todas formas, es que a veces mi cabeza piensa una cosa y al rato la contraria, soy de las de ver pros y contras en todo, de relativizar demasiado.

    Pero sí, me arriesgaré más, y me ha encantado que me lo hayas hecho notar. Gracias por seguir ahí!!!! Besazos.

    ResponderEliminar

¡Gracias por tu comentario!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...