miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Hacer caso a los consejos de los demás?

Diariamente todos damos y recibimos consejos. Nos guste o no, a todos nos encanta compartir nuestras experiencias e inculcar a los demás nuestras "perlitas" de sabiduría. Y cuando alguien nos llega y nos dice: "¿sabes, aquéllo que me dijiste hace tiempo...? Tenías razón", nuestro ego sube a límites insospechados.

Qué voy a decir yo, si este blog y tantos otros hablan sobre consejos de bodas y relaciones (y últimamente, consejos de todo tipo, que hace meses ya que aquí la temática se ha expandido mucho).




Llevo cierto tiempo pensando en esto de los consejos a los demás. Últimamente leo varios blogs sobre psicología, minimalismo, productividad, y en general way of living. Blogs en los que sus autores vierten diariamente una gran cantidad de reflexiones y consejos. Algunas veces sus enseñanzas o sus experiencias coinciden con las mías. En este caso, no hay lucha interna posible, me reafirmo en mis convicciones. Pero en otros casos, lo que proponen estos autores es radicalmente distinto a lo que estoy haciendo en esos momentos.

Y entonces me pregunto ¿Estoy haciendo algo mal? ¿Debería cambiar esto? ¿Debería pensar de otra forma?

Veréis... tras mucho darle vueltas a estas cuestiones, me he dado cuenta de que, antes de tomar o de soltar un consejo, una advertencia o una creencia, es importantísimo conocer el contexto. Conocer quién te dice eso y por qué. Cuál es la historia que hay detrás de esa enseñanza.

Por ejemplo, hoy en día con la crisis, se habla de la importancia de racionalizar gastos y ahorrar. Es lógico hasta cierto punto, puesto que los trabajos no están tan garantizados como en el pasado, y es muy sensato disponer de una cierta cantidad de dinero en el banco que te ayude a sobrevivir unos meses si en tu empresa hay recortes o te echan a la calle. Pero... más allá de eso, ¿se le podría aconsejar ahorrar más a todo el mundo? Puede que tú siempres has sido una persona muy austera, y tienes ahorros, y lo que te conviene no es ahorrar aún más, sino darte ese capricho que llevas años sin permitirte. O puede que tengas un armario que pide a gritos que inviertas dinero en unos buenos básicos o en remoderlarlo completamente, y en este caso tampoco te va lo del ahorro.


Por ejemplo, hace tiempo leía un blog sobre consejos para emprendedores. Aconsejaban que, una vez que tuvieras la idea de un nuevo negocio y si necesitabas ahorrar cierta suma para ello, prescindieras durante un tiempo de todos y cada uno de los gastos superfluos, y enumeraba: el cafecito diario, las suscripciones a revistas y al periódico, el gimnasio, el cine, etc. Bien, puede que realmente necesites ahorrar para algo y eliminar estas cosas de tu vida. Pero puede que no. Sí, son gastos que se podrían calificar de "superfluos" pero ¿y si no necesitas recortarlos? ¿Y si a ti, tomarte un café al día en el bar de la esquina, antes de ir al trabajo, es algo que te reporta cierta felicidad? ¿y si no sabrías en qué mejor emplear esos cuarenta euros que quitarte de ello te reportaría al mes?

Caso dos, hace poco estaba leyendo en un blog de minimalismo sobre la necesidad de desprendernos de cosas. La chica estaba haciendo un camino personal en el que había descubierto que la simplicidad la conducía al bienestar, y hablaba de cómo cada x días eliminaba un objeto de su vida, ya fuera ropa, decoración, artículos de cocina, cremas, etc. En un principio, yo pensé que quizás debería hacer lo mismo. Que quizás estaba siendo una zorra consumista porque últimamente, en vez de desprenderme de cosas, me había comprado más. Pues luego seguí leyendo otros posts y me encontré con lo que para mí fue una cierta revelación. Porque cuando hablaba de sus pertenencias y de lo que había llegado a acumular, me di cuenta de que era mucho más de lo que yo tenía. Que a ciertas acumulaciones de cosas, yo nunca había llegado.

Entonces esa etapa de simplicidad y minimalismo, obviamente eran un remedio para ella. Y eran la puerta de cambio a una etapta tóxica que le había llevado a acumular sin saber muy bien la razón, posiblemente por miedo. Ella necesitaba imperiosamente deshacerse de cosas como respuesta externa (aligerar su casa) e interna (demostrarse que se podía vivir con menos). Pero quizás no es un asunto tan urgente para mí.


Y el tercer y último ejemplo. Hace poco me he hecho un tratamiento facial y otro en el pelo (una de mis amigas, se parte cada vez que le digo que estoy en la pelu o en el centro de estética). Puesto que para la boda ha sido la única vez en toda mi vida que he probado las bondades de la estética, este año quería repetir. Considero que ya que va llegando la treintena, un repasillo al año me vendría muy bien. Últimamente me veo en la necesidad de sentirme guapa, de sacarme partido (oh my god, ¿será por haber visto tanto "Tu estilo a juicio"?). No con excesos, porque he descubierto que yo no soy de ir maquillada o con tacón todos los días, sino desde la comodidad y la sencillez. Pues bien, yo, cuando era adolescente o empezaba la universidad no era así. Prácticamente pasaba de la imagen y de la estética, no lo veía importante. No invertía mi tiempo en interesarme por la moda o por los tratamientos de belleza. Estaba en otra etapa de mi vida y prefería emplear mi tiempo en otras cosas. Ahora, sin embargo, sí que invierto cierto tiempo y dinero en mí y en mi imagen, aunque también estoy segurísima que es mucho menos que el que invierten otras mujeres de mi edad que por su trabajo necesitan una apariencia más impecable.

¿Qué veis en común en estos tres casos, qué idea extraéis? Pues que en todos ellos el contexto es lo que cuenta. Tanto la trayectoria seguida por la persona que habla, como el contexto que se supone ha de tener la persona a la que va dirigido el consejo o la recomendación. Es decir, que si te has pasado con el crédito en los últimos años, es lógico que un experto te vea y diga: ¡¡por diosss, deja de comprar y de gastar, pero en todo!!; pero si no lo has hecho y ya llevas una vida austera ¿hay necesidad de recortar el gasto aún más? Si tienes muchas cosas, es lógico que hayas llegado a una crisis existencial y te vuelvas radical y quieras vender toda tu casa, casi a tu marido incluido; pero si no has llegado a esta situación, probablemente un consejo más suave y menos radical te sea más útil.

Lo mismo con la belleza. Si durante años has estado enfocada en tu imagen, si te ha parecido lo más importante, si estabas enganchada a las cremas y a las ropas, es lógico y beneficioso que quieras dar un giro de 180º a tu actitud, y abras un blog donde pregones el descubrimiento de la belleza interior y la locura de tu vida anterior. Pero yo no tengo por qué tomarme esos consejos al pie de la letra. Porque quizás, lo que necesito, es justo lo contrario: descubrir mi belleza exterior y sacarme partido.


Así pues chicas, antes de coger cualquier consejo, incluido este, mirad el contexto de dónde provienen. Mirad quién lo dice y por qué lo dice. Quizás vosotras, sin saberlo, hayáis estado haciendo a una menor escala lo que el escritor pregona con tanto bombo sin ni siquiera saberlo. O quizás estéis haciendo justo lo contrario, pero porque es lo que vuestra vida necesita aquí y ahora.

Eso sí, para las novias, el consejo que es válido en todos y cada uno de los casos y situaciones, es el de casarse por amor y no perder esta idea de vista ¿o se os ocurre un contexto donde esto podría no estar tan claro? ;-P

¡Feliz miércoles!

8 comentarios:

  1. :)estoy de acuerdo contigo! todo depende del contexto!
    qué gracia! una vez más me veo super identificada con lo que dices, para mi tmb los cuidados de la piel, tratamientos etc son un mundo por descubrir..! ajjaajja y tmb lo estoy haciendo ahora que me voy a casar...xD imagínate que no me había puesto nunca en mi vida una crema hidratante (de cara eh! ya no hablemos de cuerpo..!), ni me había hecho nunca una manicura...
    La verdad es que hace unos meses empecé con la crema de cara, con cuidarme más el pelo...y le estoy cogiendo gusto oiga! jajaaj este sábado me he hecho las uñas de gel! super cortas en comparación como las llevan todas, pero super largas para mi que siempre me las he comido...xD
    y como me ha gustado lo de hacerme la manicura! qué relax!!
    ahora habrá que probar como es eso de hacerse una limpieza de cutis...será tmb mi primera vez! A ver qué tal!
    un besazo!

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    1. Por eso yo siempre digo que cuando una mujer organiza una boda aprende muchas cosas de sí misma!! Es un auténtico rito de iniciación, jejeje.

      Disfruta mucho de tus incursiones en el mundo de la estética. Después de la limpieza viene la microdermoabrasión y luego la radiofrecuencia; ya que eres una novia aprovecha y hazte el pack completo ;)

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  2. Por circunstancias que ya conoces hace años me vi forzada a "mirar para adentro", pero siempre me ha gustado cuidarme. Para mi supone una sonrisa y no pienso renunciar a ello. Tal vez antes podía comprarme una crema de 50 euros y ahora la compro de 12, pero la compro porque para mi supone bienestar en muchos aspectos.

    Ay, lo que nos íbamos a divertir tú y yo en el Sephora de Plza Cataluña (es inmenso!!) ;-)

    Te escribo pronto con calma, esta tarde tengo la última clase y la semana que viene examenes (uffs!!).

    Un beso fuerte,

    M.

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    Respuestas
    1. Espero impaciente tu respuesta.

      Y más que divertirnos en el Sephora, estoy segura de que para mí sería una completísima "master class" en estética!!! Lo que iba a aprender de ti!!

      Un besazo.

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  3. ay la treintena!! yo también me doy cuenta de que me siento mucho mejor cuando me he depilado, cuidado un poco las uñas y echado unas cremitas. Parece que no, pero sí ayuda a sentirse mejor, por fuera y por dentro. Voy a tener que empezar a mirar algunos packs de esos de belleza para una vez al año, como dices, porque lo mío es todo casero y también está muy bien dejarte hacer de vez en cuando.
    Desde luego, lo de "consejos vendo que para mí no tengo", me viene como anillo al dedo, a ver qué le vamos a hacer... siempre procuro darlos a quien me los pide y sobre todo hacerlo desde la máxima objetividad posible.
    besos

    NR

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  4. NR, efectivamente, a veces viene bien "dejarnos hacer" aunque sólo sea por hacernos ver a nosotras que tenemos derecho a que nos cuiden y a emplear ese dinero en ello.

    Y respecto a los consejos... No se trata de no darlos, pues al final todos hacemos recomendaciones incluso inconscientemente, sino de, al recibirlos, ver bien quién qué y por qué. Cada uno tenemos nuestra situación, y no a todos nos vale lo mismo.

    muak!

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  5. Llevas toda la razón, como siempre, en el tema consejos a mi me molesta especialmente la gente q no tiene ni idea de tu situación y te dice lo que tienes que hacer, no te da un consejo no, directamente te da una orden, esto se hace así y no hay mas vuelta de hoja, no entienden que no todo es blanco o negro, que el gris existe por algo y tampoco entienden que no pienses como ellos, para esas personas el único pensamiento valido es el suyo...aaarrrggg me sacan de mis casillas!!!

    "Mi pequeño diario de boda" ha llegado a las 10.000 visitas, pásate a celebrarlo con nosotros. Gracias.

    www.mipequenodiariodeboda.blogspot.com

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  6. Yo creo que el cuidarte como mujer tiene que ver mucho con la autoestima y ahí puedes ir a lo caro o a algo más económico en cuanto a cremas etc. pero sin olvidar que cuidarnos es importante para la mayoría de vosotras.
    Por otro lado, ami no me gusta mucho que me den consejos sin pedirlos e intento no darlos yo tampoco si no me los piden. No deja de ser un acto de responsabilidad ayudar a alguien. Cuando alguien me pregunta y tú qué harías me lo tomo en serio y pienso bien antes de responder.

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