Y cuando hablamos de que todo salga perfecto nos referimos a que nos gustaría no equivocarnos en ninguna de las decisiones que hemos tomado. Que una vez que pase la boda, no lleguemos a pensar: "vaya, si pudiera dar vuelta atrás cambiaría..."
La verdad es que es muy difícil no arrepentirse de alguna cosa o pensar que algo lo haríamos diferente, y que todos los aspectos (meteorología, look nupcial, restaurante, decoración, disposición de las mesas...) estén lo perfectos y maravillosos que nos gustaría. Siempre hay pequeños peros. Y la verdad es que la mayoría de las bodas son bonitas y especiales a pesar de esos pequeños inconvenientes, de los detalles que no han salido justo como los habíamos planeado.
A veces no damos importancia a estos detalles que no salen todo lo bien que nos gustaría, pero a veces sí lo hacemos. Yo, que me he recorrido unos cuantos blogs y foros antes y después de la boda, me he encontrado múltiples artículos en los que las novias se torturan por asuntos como "me arrepiento de haber elegido este vestido, este peinado, haber invitado a estas personas, haber cedido en esto, haber contratado este fotógrafo" o bien "echo de menos no haber tenido vídeo de bodas, no haber contratado este grupo para tocar, no haber hecho esto de otro modo diferente y menos tradicional, etcétera, etcétera".
Creo que es bastante común en las novias tener este tipo de pensamientos obsesivos, que nos repetimos una y otra vez. Y aunque sabemos que sí, que no nos aporta nada el recordar aquéllo que no salió como esperábamos, a veces no sabemos parar y "soltar" el tema. Las lecciones teóricas las sabe todo el mundo (si algo no se puede solucionar ¿para qué pensar en ello?) pero ¡ay, qué complicado es a veces ponerlas en práctica! (Respecto a esto, yo recomendaría "soltarse completamente" y dar salida a todos los sentimientos, no darles cuerda pero tampoco guardarlos ni reprimirlos; algún día acabarán por agotarse. Si queréis luego os hago un post al respecto ;-P).
Cuando Virginia me escribió para contarme su historia, al principio me sonó un poco a esto. Me decía que habían elegido no tener un fotógrafo oficial en su boda, sino contar con las fotografías espontáneas que sacaran sus amigas, una decisión que tampoco es extraña, muchos novios optan por esto mismo. No obstante, pasada la boda se arrepintió de esta decisión, porque el resultado no fue tan bonito como había previsto.
La cosa podría haberse quedado ahí. Un puntito agridulce de ese día tan especial, y ella podría haberse pasado las siguientes semanas (incluso meses) pensando: "¡vaya, ojalá pudiera dar marcha atrás en el tiempo y haber complementado las fotografías tomadas por mis amigas con las de un fotógrafo profesional!". Me temo que la decepción con las fotos no es única en el caso de Virginia, sino que le ha pasado a las demás parejas.
Pero algo en su interior le decía que todo pasa por algo... Que la boda había sido perfecta, con sus puntos fuertes y sus débiles, y que incluso aquella decisión de no haber elegido un fotógrafo para ese día tenía su razón de ser.
Y así fue...
Cuatro meses después de su evento, una buena amiga, conociendo su decepción por el tema de las fotos, decidió regalarles un reportaje posboda de lo más profesional. Los llevó a un bosque precioso y ellos pudieron revivir ese día de la boda unos meses después, y además tener unas fotos maravillosas para guardar siempre. Oportunidad que seguramente no hubieran tenido de haber contado con un fotógrafo profesional desde el principio. En palabras de la novia: "Esto me enseño que en la vida hay veces que hay que perder para ganar más tarde."
Tengo que confesar que me gustan mucho los reportajes posboda. Considero que son una oportunidad divertida de volver a vestirse de novios (¡aisss, ese vestido blanco, con lo que nos gusta! ¡quiero volver a ponerme el mío!), esta vez ya sin nervios y sin prisas, y tener unas fotografías en un entorno muy especial, al que posiblemente el día de la boda no podríamos acudir. Si no te han dejado convencida tus fotos de la boda ¿por qué no probar con algo así?
¿El resultado? Aquí lo tenéis, juzgad vosotros mismos... A mí me parecen unas fotos llenas de sensibilidad, de complicidad, divertidas y preciosas. Y ese entorno boscoso en El Moncayo... simplemente alucinante.
Quiero darle mi más sincero agradecimiento a Virginia por haberme dejado conocer su historia (por cierto, ella tiene un blog de decoración y estilo muy chulo, que podéis visitar aquí). Como ya escribí una vez, las bodas no son nuestra única oportunidad para muchas cosas: para hacer una fiesta, para ir preciosas, para tener fotos de escándalo, para hacer un viaje de ensueño, para sentirnos mimadas y queridas... Que ese día no se acaba nuestra vida social ni se llega a una meta, ¡sino que empieza! Y que a veces no sabemos lo mucho que podemos aprender de estas pequeñas situaciones, estos pequeños (en apariencia) errores.
Por otra parte, opino que en cualquier ocasión y circunstancia, es mucho más sano y productivo, más que lamentarse por el "error" cometido, pensar en alguna alternativa compensatoria. Para ella, tras la boda, la alternativa inesperada fue un reportaje post-boda muy especial.
¿Y en tu caso? ¿Hay alguna cosa de la que te arrepentiste haber hecho? ¿Podrías compensarlo de alguna manera?
Espero vuestras respuestas y comentarios chicas, ¡un abrazo!
Fotografías realizadas por Andrea Anguita
Gracias a ti ,por tu dedicación y mimo.Sigue asi lo haces genial.
ResponderEliminarqué historia tan bonita!! me encantan las fotos, son geniales. Mucho mejor que las mías, q sí tuve fotógrafo profesional. Estas son mucho más naturales.
ResponderEliminarA veces no sé qué cambiaría de mi boda, creo que el hecho de que no la disfruté, así que muchas veces pienso que no debería haberme casado, que deberíamos haber seguido viviendo juntos... pero todo pasa por algo, supongo.
NR
Por supuesto y lo bueno siempre se hace esperar ,tienes que ser positiva esa es la clave.
EliminarY si no disfrutaste de la boda ,disfruta de tu aniversario .No importa el día lo importante es el sentimiento.
Un abrazo
Qué fotos tan bonitas Virginia!
ResponderEliminarCon lo indecisa que soy yo, seguro que voy a tener mil momentos de duda...
Porque...me caso!!!! sí!!!!!! aunque empecé a comentarte sin tenerlo previsto, ahora tengo por delante la dificil misión de preparar mi boda a distancia y sin volverme loca....
Estoy feliz, como nunca antes lo había estado! No tiene nada que ver con lo que imaginaba, estoy impaciente por tener lo que será MI FAMILIA y al hombre más maravilloso del mundo a mi lado!
Un besito,
Pita
PD. voy a tener que releer toooodos tus posts, libreta en mano :)
Pero bueno Pita, ENHORABUENA!!!!!! Menudo notición XD
ResponderEliminarPues si estás feliz e ilusionada, ya tienes la mitad del trabajo hecho. Lo demás vendrá solo. Sí, a veces tu cabecita te "fallará" y pelearás con tu novio o te agobiarás con tonterías, pero hasta de esto te reirás luego!
Cada vez tengo más claro que organizar una boda es un proceso del que se puede sacar mucho; y que en la vida necesitamos rituales para pasar de una etapa a otra, y este es uno de ellos (no el único, por supuesto).
NR, por eso mismo HA MERECIDO LA PENA CASARNOS. Con sus pros y sus contras, cada boda es única; puede ser más soñada o menos pero lo importante es que es la "nuestra", es nuestra experiencia particular y no la de otra la que vivimos. Dimos el paso, aprendimos, nos ilusionamos, nos desilusionamos y ahora en el matrimonio sigue siendo lo mismo: días de luz, días de sombra, pero al menos hemos tenido el valor de hacerlo ¿no crees?
Y como digo en el post... si algo no te gustó... ¿puede haber algún remedio? Ya disfrutaremos de lo lindo en la boda de nuestras amigas R para resarcirnos, jaja.
Besos!!