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viernes, 30 de agosto de 2013

Releer

En un mundo donde la información disponible es, por definición, infinita, (puesto que a la cantidad abrumadora de información que ya existe, hay que sumarle la cantidad abrumadora de información que se crea nueva cada día), parece una bobada releer lo que dicen los demás o volver sobre lo escrito por una misma.

También pasa con los libros. Hay quien dice que con todas las obras maravillosas que existen en la literatura universal, más los tantos libros estupendos que salen nuevos cada año, qué sentido tiene volver a los viejos párrafos conocidos.

Este argumento tiene toda la lógica, por supuesto, y sin embargo... para mí releer, ya sea viejos artículos de blog que tengo guardados en "mis favoritos", viejos recortes de revistas, o viejos libros, tiene todo el sentido.


binzamar.tumblr.com
Puesto que hay tanta, tantísima información en forma de blogs, libros, manuales, folletos, etc. la aspiración de leer siempre cosas nuevas para dejar menos por descubir me parece un tanto ingenua. De todos modos, leyendo cada momento nuevas cosas no llegaríamos ni a leer el 0,05% (por decir algo) de todo lo que existe, ¿para qué instigarnos tanto por la novedad, pues? Aun leyendo cada semana de nuestra vida un libro nuevo, (una maravillosa combinación de clásicos, novela actual, ensayo y libros técnicos, por ejemplo) no llegaremos a cubrir ni de lejos todo el espectro de obras existentes e "imprescindibles". Nunca habremos acabado realmente. La tarea de leer y buscar información es hoy día, más que nunca, interminable.

miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Hacer caso a los consejos de los demás?

Diariamente todos damos y recibimos consejos. Nos guste o no, a todos nos encanta compartir nuestras experiencias e inculcar a los demás nuestras "perlitas" de sabiduría. Y cuando alguien nos llega y nos dice: "¿sabes, aquéllo que me dijiste hace tiempo...? Tenías razón", nuestro ego sube a límites insospechados.

Qué voy a decir yo, si este blog y tantos otros hablan sobre consejos de bodas y relaciones (y últimamente, consejos de todo tipo, que hace meses ya que aquí la temática se ha expandido mucho).




Llevo cierto tiempo pensando en esto de los consejos a los demás. Últimamente leo varios blogs sobre psicología, minimalismo, productividad, y en general way of living. Blogs en los que sus autores vierten diariamente una gran cantidad de reflexiones y consejos. Algunas veces sus enseñanzas o sus experiencias coinciden con las mías. En este caso, no hay lucha interna posible, me reafirmo en mis convicciones. Pero en otros casos, lo que proponen estos autores es radicalmente distinto a lo que estoy haciendo en esos momentos.

Y entonces me pregunto ¿Estoy haciendo algo mal? ¿Debería cambiar esto? ¿Debería pensar de otra forma?

domingo, 14 de abril de 2013

Hacia dónde hay que ir...

Nos dicen que la vida es una carrera hacia adelante (sí, una carrera, con pistoletazo de salida y prisas), o una ascensión como la de una montaña, llena de peligros.

Un paso más, y luego el siguiente, y el siguiente, y seguir subiendo, escalando, siempre hacia arriba...

Y yo me pregunto ¿Pero hacia dónde? ¿Qué hay al final de todo eso? (de esa carrera que se supone que es la vida, o de esa montaña)

Y sobre todo ¿hasta cuándo hay que seguir avanzando? ¿hay algún momento en que se nos permita parar?


La promesa resuena en mis oídos, esa promesa que hoy en tiempos de crisis ya no se ve tan clara, pero que antes sí lo era: tienes que aprovechar el tiempo, no desperdiciarlo, llegar lejos, ascender...

Aprovechar el tiempo... ¿qué es? ¿Gastarlo en estudiar lo que otros te dicen que estudies? ¿Que trabajes sin descanso para que otros ganen más dinero, otros que seguramente no saben muy bien cómo gastarlo? ¿Aprender dos idiomas más, una nueva actividad física, arte, música, todo para estar siempre "mejor formado" aun sin saber muy bien para qué?

miércoles, 3 de abril de 2013

La vida bohemia

Siempre ha ejercido sobre mí una fascinación inexplicable la vida libre y bohemia. Con esto me refiero a una forma de vivir en la que la espontaneidad, el arte, la falta de normas, la sorpresa y las aventuras varias forman parte del día a día.

Buscando por Internet apuntes sobre la vida bohemia, y definiciones algo menos románticas que la mía me encuentro con cosas como estas:

"La vida bohemia es aquella vida despreocupada que busca la alegría de vivir, los placeres mundanos y las compañías agradables. El término nació a partir de los gitanos que provenían de Bohemia (en la actual República checa) y que fueron a Francia a vivir. La gente bohemia vivía la noche, en los salones, en los cafés y en los bulevares de la ciudad de París." (visto aquí)

París, la noche, los boulevares, las compañías cultas y divertidas... ¿no os parece que este cielo gris que tenemos hoy se va desencapotando al mencionar estas cosas?


viernes, 15 de marzo de 2013

Un reality para la sobremesa: tu casa a juicio.

Soy una loca de los realities. Especialmente los que emiten después de comer, en ese período de tiempo en que las facultades mentales están algo más disminuidas, y apetece ver algo ligero y entretenido, y a ser posible que se pueda comentar con el acompañante (muchas veces se ha dicho que la tele dificulta la comunicación, pero yo he comprobado que existen programas que pueden abrir interesantes debates que de otro modo no hubieran surgido).

Estoy enganchada al canal Divinity hasta un extremo que mi maridito denonima un tanto adictivo. Primero fue la serie "Entre fantasmas" (between ghosts, como le decía de coña a mi amiga inglesa; ése era el título legítimo y no Ghost's whisperer), con la que cada día reflexionaba sobre los asuntos pendientes que tenemos que resolver en esta vida antes de morir (so pena de vagar para siempre como espíritus y necesitando a alguna Melinda Gordon para comunicarnos con los nuestros). Cada día me emocionaba al llegar al final, la serie me parecía bonita y llena de sentido existencial, en serio. Luego, allá por el verano pasado, me encapriché de los realities de novia, en esa etapa post-boda en la que aún me brillaban los ojitos al pensar en la boda, y en los maravillosos vestidos blancos conque llegamos al altar.

Una vez superé el momento post-vestido de novia, fue el programa "Tu estilo a juicio" el que me enganchó tarde tras tarde, y que me hizo ver la importancia que es tener un estilo personal cuidado (ais, lo que me he reído con las ocurrencias de David Clemmer).

Tengo que decir que estos realities y series, para una persona que tiene una afición particular por analizar el comportamiento humano, y por extraer pequeñas lecciones de vida de las situaciones más insólitas, como yo, son una fuente de sabiduría práctica. Quizás por eso me doy el gustazo de verlos sin remordimiento; total, como voy a aprender... ;-D

En estos momentos, uno de mis programas freak  preferidos de la sobremesa es el reality de "tu casa a juicio" (love it or list it) con mis queridos y conocidos Hillary y David. Qué momento, ese de acabar de comer, ir al sofá y ver unos capitulitos nuevos. Me encantan las intervenciones y ocurrencias de esta pareja, incluso sus comportamientos sobreactuados (David tan competitivo y seguro de sí mismo; Hillary histérica cuando en todas las casas aparecen -¿casualmente?- problemas no previstos). Una llega a conocer tan bien a Hillary y David que desearía irse con ellos a tomar esa copa final que paga el que pierde su apuesta.


lunes, 4 de marzo de 2013

¿Quién limpia esta casa?

Creo que no me equivoco si digo que uno de los motivos más frecuentes de las peleas entre parejas que conviven juntas es la limpieza y el orden en el hogar. (Hola cariño, ¿me lees? Sí, hoy voy a hablar de uno de tus temas preferidos... va sin acritud -que conste que en este caso yo soy la parte "desastre" y mi marido la parte pulcra)

Desde luego es un tema delicado. El hogar es el sitio en el que, o bien pasamos la mayor parte de nuestro tiempo (si contamos dormir) o bien en el que nos sentimos más identificados. Todo el mundo necesita sentir que tiene un territorio suyo, que en algún lugar del mundo "se siente como en casa", que tras un viaje o un día de trabajo "regresa a su hogar". Ya sabéis el conocido refrán: como en casa en ningún sitio. Doy fe.

Una de las manifestaciones de lo importante que es para todos vivir en un hogar que sintamos como nuestro, es el esfuerzo económico e intelectual que se hace al decorar una casa (que muchas veces se lleva a la par que se organiza la boda). Nos pasamos horas pensando en cómo pintar las paredes, qué muebles elegir, qué cuadros, qué telas, qué texturas, qué tipo de iluminación. Los artículos y revistas sobre decoración, tendencias e incluso DIYs para el hogar abundan por todos lados. Los novios antes de la boda corren como locos de un sitio para otro buscando los artículos perfectos (yo lo hice después). Nuestro hogar es importante.

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Pero la realidad es que una casa bonita y con un diseño esmerado sólo va a resultar realmente acogedora bajo dos supuestos: 1) si ese estilo tan cuidado va con nosotros, refleja nuestra personalidad, nos ha resultado divertido al elegirlo y 2) si está limpia y ordenada.

La mejor casa del mundo, la más grande y con los objetos más valiosos, podríamos desecharla si está hecha una pocilga. Un piso pequeñito y mono, con pocas cosas, podría ser objeto de un enamoramiento si lo vemos ordenado y pulcro.

Limpiar es una de esas tareas que, nos guste o no (y a la mayoría no nos gusta, lo sé) forma parte de nuestra rutina diaria, como comer, asearnos, trabajar o dormir. No podemos vivir sin limpiar, sencillamente (a no ser que nos limpie otro, pero en este caso tendremos que pagarlo). Podemos estar un día, dos, y hasta una semana o más sin barrer el suelo, pero pásate un par de días sin fregar un plato o recoger la ropa de tu habitación que tu salud emocional peligrará seriamente.

Lo malo de limpiar, aparte de las molestias que supone si consideramos la tarea desagradable, es que es algo que exige un esfuerzo permanente. Cada vez que cocines, debes fregar y recogerlo todo. Si un día te matas a planchar, eso no quita que a la semana no tengas que volver a repetir esa memorable experiencia. Es así de duro (o no), y tenemos que admitirlo... Pero creo que puede haber ciertos consejos y trucos que pueden hacernos la experiencia de limpiar un poquito más grata. Y quisiera compartir los míos con vosotras, y si encontráis algo más que añadir, lo podéis compartir en los comentarios:

1. La primera cuestión es QUIEN limpia la casa. De ahí vienen la mayoría de los problemas. En general, los hombres son más proclives a verlo todo menos sucio y a escaquearse. Es importante hablar con nuestra pareja y plantearle dos cosas: en casa, nadie "ayuda a" o "colabora" (qué típico cuando he hablado con algunas amigas y conocidas escuchar: oh, mi marido es buenísimo, me ayuda mucho con la casa). Ehhh.... ¿¡perdona!? Los dos trabajáis (a veces, incluso ella trabaja más horas) ¿por qué te conformas con que te haga la compra y cuatro cositas más? 

Considero que este punto debería estar clarísimo para las parejas del siglo XXI (¡novias, sacad el tema con vuestros futuros maridos!): si los dos trabajan, y aproximadamente las mismas horas, las tareas SE REPARTEN. Sin más. Nadie ayuda a o colabora con. En el caso de que los horarios de trabajo de uno sean más cortos o flexibles que los del otro, entonces se podría llegar a una negociación, y que uno de los dos asuma más el peso de la casa durante la semana.

Pero los fines de semana, festivos y vacaciones... se supone que los dos libran de sus respectivos trabajos, por tanto ¿quién tiene que ayudar a quien? No caigamos en la tremenda injusticia de las generaciones anteriores, cuando la mujer, ama de casa, trabajaba religiosamente los 365 días del año, mientras que el hombre que era el supuestamente "trabajador" tenía, al menos, un día a la semana libre y algunos días más al año. ¡¡No, no y no!! Monto en cólera interior cada vez que acudo a una cena familiar en Navidad y veo a los hombres disfrutando de las bebidas y los aperitivos, y a las mujeres preparando, cocinando y recogiéndolo todo después. ¿Acaso no es un día festivo para todos?

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miércoles, 20 de febrero de 2013

Nuevo look

Soy una sentimental. Los cambios me gustan, pero cuando suponen la ruptura con lo anterior, me asustan.

Llevaba semanas queriendo cambiar la plantilla del blog. No porque no me gustase la anterior (de hecho, me encantaba, era uno de esos tesoros gratuitos que encontré por la red un día), pero había perdido por completo su funcionalidad al ser una plantilla para Blogger antigua...

Había funciones que eran imposibles de implementar (bueno, imposibles para alguien sin conocimiento de html como yo), y para la modificación de cada gadget, tenía que introducirme en la página de Blogger...

Así que nada, esta tarde, en que tengo otras cosas más importantes que hacer pero algún extraño estímulo (¿pereza, falta de autodisciplina?) para no hacerlo, le he hecho un completo cambio de imagen al blog.

¿Qué os parece...?

Espero irme acostumbrando poco a poco... Tengo que reconocer que tengo un poco de penita... pero seguro que pronto empiezo a ver las ventajas de este diseño más minimalista (¡ais, si yo no lo soy!) y funcional.

miércoles, 23 de enero de 2013

Exceso de bonitismo


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Creo que el ver cosas bonitas todo el día por Internet puede tener efectos perjudiciales para la salud. Y que la fiebre de lo dulce, handmade y pastel, está llegando demasiado lejos. No sé si soy yo, que últimamente estoy poniendo pequeñas perlitas de minimalismo, tradicionalismo (el valor de lo tradicional, vamos) y practicidad a mi vida; o que este exceso de bonitismo que al principio acogí con los brazos abiertos, como todas las que empiezan en esto de los blogs y de Interné, me ha acabado saturando hasta mi límite.

No nos engañemos...

* Un envoltorio bonito es una buena presentación para un regalo, pero no deja de ser un envoltorio bonito. Yo no pagaría por ello. Y sí, a mí lo que me importa es lo que hay dentro. Y no me pongas dentro de un envoltorio currado un handmade inútil (por ejemplo, un calientamanos, que hoy mismo lo he visto por Internet y no sabía lo que era!), porque no. Además, últimamente tengo una fiebre un poco más ecologista que de costumbre, y no me gusta tirar nada, ni el papel de regalo. Y si me haces un envoltorio precioso, me sentiré culpable si lo tiro, me incitarás a guardarlo y no quiero más trastos en casa :-(
Preciosos, geniales, pero... ¿qué hago con los botones y lacitos? ¿los guardo, los tiro?

* Un café con pastas, o con tarta, o con cupcake, se toma más apaciblemente en un entorno bonito y cuidado, hasta ahí de acuerdo. Pero si vas a cobrarme 10 € por la broma, me voy al bar de enfrente y por lo mismo, me como un menú del día. Y por 12 euritos, más, aquí en mi ciudad, tienes un menú diario elaborado, con vajilla bonita, camareros majos y mantel de tela.

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* Los DIY son perfectos para pasar una tarde lluviosa y para entretener a los niños. Sobre todo los DIY de decoración (guirnaldas, cuadros, esculturas, telas...) Pero yo reflexiono y me pregunto... si cada semana haces un DIY, o dos, acabas el año con cincuentra "trastos" que no dan para decorar un piso como el mío de 60 metros cuadrados. ¡No sé dónde los metéis todos! Luego aparte estaría la categoría de los DIY que yo no sé para qué sirven una vez que ha finalizado el proceso de crearlos, que es lo divertido del proceso. ¿Tal vez para venderlos a los demás? Me quedo con los DIY que customizan prendas de ropa, o reciclan cosas que ya no queríamos. Los otros, puro ejercicio manual...


Calientamanos :-O (¿alguien lo ha usado alguna vez...?)
* Las bodas bonitas y llenas de detalles son perfectas para verlas en las revistas y dan mucho juego a los fotógrafos. A la hora de la verdad, no nos engañemos, como invitado lo que uno busca en una boda es pasárselo bien. Está claro que un decorado especial ayuda e impresiona, sobre todo al principio, y por eso hay que currárselo un poco o pensarlo mínimamente. Pero a partir de las doce de la noche lo que importa por encima de todo es la diversión: gente, música, animación, bebida, jolgorio...

Decorar con jaulas, flores y velas colgantes un jardín como este es algo maravilloso, sin duda; pero ¿tienes presupuesto? ¿es posible? Lo bonito y espectacular en una boda no es gratis, haz números y valora... via
* Si me invitas a un cumpleaños, ponme jamón del bueno, quesito, patés ricos, aperitivos con tomate y un sushi para dar ese punto exótico. Y por supuesto, vino, cava o similares Deja los pop-cakes, los cupcakes, y los derivados n-cakes para el postre, pero para el postre nada más (y batidos de fresa, nooo, por favor).

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* Me gusta la ropa y los complementos, pero que parezcan los de una adulta o al menos los de una joven treintañera. El crochet, colores excesivos, fimo, flores, mariposas, color rosa o muñequitos de fieltro... déjaselos a otra. Dame piedras, cuero, encaje, y una pizquita de sofisticación.

Accesorios de fimo. Son monos, pero yo NO me los pondría. via
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* Lo que entra en la categoría de bonitismo, tirando para el "rollo maleni" no es elegante. Es cursi. Y si te gusta lo cursi, pues adelante, pero apechuga con ello. Cute, mono, dulce, guay, rico, no son más que eufemismos modernos de ñoño.
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Resumiendo, y ya más un poquito en serio:

Las cosas bonitas nos alegran la vida, en momentos puntuales nos inspiran y nos dan pequeñas bocanadas de placer. Buscarlas y rodearse de ellas es, hasta cierto punto, una opción razonable (hace veinte o quince años, en un mundo práctico y donde Internet no era usual, decir esto habría sido subversivo).

Hoy por hoy, siento que nos hemos pasado al extremo contrario, y parece que el envoltorio es más importante que el contenido, la presentación que el sabor, el entorno que la celebración, y las cosas "inútiles" más que los grandes proyectos o las ideas profundas. Hay un exceso de superficialidad y bonitismo en la red que a mí, a veces, me agota y me dan ganas de agarrarme de los pelos y gritar. Quiero algo más. Más arte. Más elegancia. Más profundidad. Más realismo. Más sinceridad y menos falsedad. Más calidad. Más contenidos interesantes. Más misterio...

Lo bonito nos embellece la vida, y ensalza las cosas. Pero las cosas porque sean bonitas no se transforman en otras cosas distintas. Una cuchara, seguirá siendo una cuchara por muy customizada que esté. Un decorado bonito, seguirá siendo un decorado bonito y no la fiesta. Un envoltorio, seguirá siendo algo que oculta lo que hay dentro, y que habrá que desechar. Un cartel con una fotografía y una frase inspiradora, es un cartel, NO es la inspiración, no es el impulso interior motivador. Mantengamos cada cosa en su sitio y sepamos diferenciar ¿no?


Mira el cartel durante un año y no habrá cambios. Párate y reflexiona sobre lo que dice, alejada de la imagen y la pantalla, y los verás florecer. via

P.D. Entendedme, me hacía falta un post un poquito más cañero de lo normal después de tanta euforia-disciplina. X-D Y por cierto, la operación autodisciplina continúa... me quedan cosas aún muy interesantes del libro y otros materiales. Seguid atentas...

miércoles, 9 de enero de 2013

Manuel Mota. 1966-2013

Esta tarde publicaré mi post habitual sobre autodisciplina, pero no me resistía a no decir nada de la noticia que esta mañana ha conmocionado al mundo nupcial: el fallecimiento de Manuel Mota. En las fotografías que acompañan la noticia, el diseñador aparece como un hombre sereno, profesional y joven, y al que parece mentira que pueda ocurrirle nada malo.


En torno a esta noticia hay cierto oscurantismo, porque en los distintos medios de comunicación no se ha especificado la causa de su muerte.  **Actualizado el mismo día a las 22.00 horas**
Las últimas informaciones que han llegado del suceso son mucho más trágicas y dolorosas de lo que se preveía. Tanto que una no puede evitar reflexionar sobre cómo de oscuros pueden ser a veces los caminos de la mente humana... Pero me abstengo de seguir comentando estas conjeturas, porque desvirtuaría por completo el propósito de esta entrada. Quedémonos con la figura del diseñador durante sus 46 años, y no con su triste e inexplicable final.

Por mi parte, esta mañana no me podido resistirme a entrar en la página de Pronovias y dar un rápido vistazo a su colección 2.013, la que ya será la última... Cuando he visto el cuarto vestido, algo se ha agitado en mí, y lo digo literalmente, casi he sentido una respuesta física. Dios mío... si me casara este año, ese sería sin duda el vestido que correría a probarme.

Yo ya tuve mi vestido de novia, pero este ha sido un auténtico flechazo. Y muchos sentimientos se han entremezclado en un momento: sentimientos de nostalgia, de apreciación de la belleza, de admiración del talento y el trabajo, de pena porque el autor de estos trajes tan bellos se haya ido de esa forma tan inesperada...

Al ver este vestido, he sentido que, de haberme casado este año y haber tenido presupuesto para costeármelo, este es justo el traje de novia que me haría sentir como la mujer que querría ser el día de mi boda. Ése ES el vestido de mis sueños. Probablemente el más espectacular, romántico y glamouroso que tendría nunca colgado en mi armario.


Ha sido un poco tarde, pero he encontrado el vestido de mis sueños: el modelo Ventura de la colección 2013 de Manuel Mota para Pronovias. El vestido que supera a mis favoritos de Yolan Cris, Jesús Peiró, Carolina Herrera, Reem Acra o Jenny Packham.

Volviendo a lo ocurrido con Manuel Mota... En un mundo tan hermoso, dulce, espectacular e idílico como la moda nupcial, las desgracias y los pequeños conflictos que afectan a la vida diaria parecen no tener cabida. Pero al final, todos somos humanos, y nuestras vidas finitas.

Sin embargo, esto no ocurre con el talento: porque hay ciertas cosas que son infinitas, que pasarán a la posteridad y no se gastarán con el paso del tiempo, más bien al contrario. Son cosas raras y preciosas, cosas muy escasas, pero existen. Y yo creo que este maravilloso vestido de Manuel Mota, este y muchos otros de incontables colecciones año tras año, son un buen ejemplo de ello.

D.E.P.

06

viernes, 26 de octubre de 2012

Hablemos de Grey... y sus 50 sombras

Ya sé que este no es un blog de literatura (ni de lejos, vamos), pero aunque una al principio abre un blog específico para hablar solamente de un tema (bodas), poco a poco empieza a incorporar temas personales, después alguna pequeña anotación sobre la actualidad más actual, y al final acaba amoldando el blog un poco a sus gustos y se permite escribir "de lo que le apetece".

Hoy me gustaría hablar un poquito de un libro que ha sacudido las redes sociales, los blogs y las mujeres en general (al menos eso se dice), pero más que eso, de cómo llegó el libro a mis manos, y así contaros un poquito de mi día a día, de mis gustos y de mí. O sea, ego-post a más no poder :-)

lunes, 27 de agosto de 2012

Los últimos días de agosto

Los últimos días de calor sofocante.
Los últimos días de vacaciones, para muchos.


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Para los papás, los últimos días con sus niños en casa.
Los últimos días en que abriremos el armario sin pensar en el otoño que viene.
Los últimos días de noches encendidas en las terrazas de verano.
Los últimos días en que los helados no son un capricho, sino una necesidad.


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Los últimos días de rebajas.
Los últimos días de piscina.
Los últimos días en que el menú empieza por gazpacho y acaba por sandía.
Los últimos días de agosto.


By deviantonis

A pesar de que el fin de estas cosas me supone un poquito de sentimiento de pérdida, este año estoy deseando que llegue septiembre. Quizás porque mi verano ha pasado sin pena ni gloria. O porque las vacaciones fueron cortitas (las verdaderas vacaciones fueron después de la boda, allá por mayo). O porque me apetece de verdad vivir nuestra nueva casa (y no se vive más en una casa que en pleno invierno y con lluvia afuera).

Quizás también porque septiembre es una época de reencuentros con amigos y conocidos, que han pasado el verano cada uno en una parte. O porque es un mes lleno de proyectos nuevos, de ganas de hacer cosas, de definición de nuevos objetivos.

Sea como sea, intentaré aprovechar al máximo todas esas cosas que se acaban junto con el mes de agosto, aunque no me quito de la cabeza la sensación de que ha sido un verano raro, un verano indeterminado, un verano que no he acabado de encajar.

¿Y para vosotras? ¿El fin de agosto supone un cambio deseado o la vuelta a la rutina os trae por el camino de la amargura?

jueves, 5 de julio de 2012

Encuestilla literaria y ¡más de 100.00 visitas!

Hace unos días, mi querida Dutti del blog Mi parte favorita (blog sobre sus pensamientos, historias y variadas vivencias, con una imágenes muy especiales) me entregó un premio Liebster que venía acompañado de un cuestionario muy especial...

Muy especial porque en este mundo de bodas, trapitos y pensamientos varios que salpican el 95% de los blogs (ha sido una estadística rápida, no hay ningún estudio de investigación detrás de esto), un poco de literatura y de auto-análisis del propio blog nunca viene mal.

Blogging Fun by Mike Licht, NotionsCapital.com, via

Y esto además me recuerda que hace días que quiero hacer una breve reflexión de mi blog por haber alcanzado el pequeño-gran objetivo de las cien mil visitas. La verdad que cuando este espacio comenzó, no tenía seguidores y las visitas diarias eran unas... quince o veinte, no podía llegar a imaginar que en menos de un año mi sitio estaría donde está. No tengo cientos de seguidores ni miles de visitas diarias, ni mucho menos tengo notoriedad en el mundo web. Pero donde estoy es donde me quiero quedar (al menos de momento): en mi dulce anonimato, en mi blog sin publicidad con el que no ganaré ni un céntimo pero que me brinda cosas estupendas. En este sitio que me permite compartir mi pequeña sabiduría con las futuras novias, esperando que encuentren en él lo que yo encontré en otros varios blogs. Un lugar donde l@s lector@s han sido mis confidentes en los meses previos al día de mi boda, donde he compartido mis pequeños hallazgos, mis dudas, algunos consejillos y toda esa ilusión desbordante de la etapa de "soy una novia". Ahora ya no lo soy, aisss!!

Esta imagen me recuerda a eso de: "esto ya lo he vivido". via

Agradezco todos y cada uno de los comentarios que me llegan al blog; tanto a los nuevos post como a esos post antiguos que en el mundo 2.0 parece que no existen si son de hace más de un mes. Pero sí que existen y siguen teniendo su valor. Porque yo concibo este espacio, más que como un blog, como una web donde una novia pueda encontrar algunos apuntes personales de lo que le interese: flores, decoración, problemas familiares, asuntos de pareja... da igual si esto lo escribí hace tres semanas o tres meses. Y aunque ya no voy a escribir tan asiduamente como antes, siento que este espacio no está ni mucho menos acabado, sino que se irá enriqueciendo poco a poco con mis nuevas experiencias. Y por supuesto, con los nuevos comentarios, que son el alma de los blogs.

Y ahora sí... voy con el cuestionario que acompañaba al Liebster y que animo a responder a todas las bloggers!!:

* ¿Tu libro favorito?: Ufff... tengo tantos libros favoritos como etapas en mi vida. Me resulta muy difícil decidirme por uno, pero de hacerlo, diría que uno de los libros que más releo y que más ha significado para mí, es la biografía de la escritora Isabelle Eberhardt realizada por Eglal Errera. Isabelle Eberhardt fue una mujer excepcional: viajera incansable, original, profunda, culta, sensual, muy avanzada a su tiempo; me impactó mucho conocer su historia y recomiendo a las que os gusten las biografías de mujeres poco convencionales que leáis alguno de sus relatos o su historia misma.


* ¿Tu saga literaria favorita?: No suelo leer sagas literarias, pero hace poco me topé con la de VC Andrews que se inicia con "Flores en el ático" (fue un libro muy popular en los 80, y que se trasladó incluso a la gran pantalla), y me enganchó sobremanera. Sin estar escrita magistralmente, y con una historia que a veces peca de poco creíble, los cinco libros de la saga me impresionaron muchísimo, me llegaron al corazón. Si los hubiera leído de adolescente, ¡habría sido una auténtica conmoción para mí!




* ¿Tu mejor horario para escribir?: Si tengo tiempo y pocas obligaciones, por la mañana, tranquilamente, con un cafecito con leche al lado. Por la noche escribir es demasiado intenso, lo hago más como desahogo, y a veces después de haber escrito un post me cuesta dormir...

Hala, ¡a escribir se ha dicho!

* De tus historias, ¿cuál es la que más te gusta?: La verdad que como toda blogger, tengo mis post favoritos. Revisando un poco los artículos publicados, he seleccionado los diez que más me gustan, aunque en muchos casos no han sido los más leídos o comentados. Os pongo aquí una lista y los motivos que me han llevado a decidirme por ellos.

1. "Lo hago yo misma" ¿hasta qué punto?: Porque honestamente creo que es el post más maduro y mejor escrito de los que tengo, y me costó bastante escribir. Presento algunos argumentos meditados y contundentes para que alguien que odiaba las manualidades de pequeño no caiga en la fiebre de los DIY.

2. Una boda es mucho más que los detalles: porque creo que está cargado de contenido, y es un must para toda novia que alguna vez se haya sentido agobiada por su boda. Aquí se encuentran las reflexiones que me inspiraron el conocido manifiesto de Jonas Peterson.

3.Qué NO regalar a nuestros invitados?: Porque me encantaría que todas las novias del mundo supieran lo que no quiero que me regalen bajo ningún concepto. ;-)

4. La lista de las cosas dulces: Porque lo escribí con el corazón y me quedó un artículo bonito. Nunca debiéramos dejar de pensar sobre estas cosas: la necesidad de apuntar, almacenar y recordar los buenos momentos de nuestras vidas.

5. En las fotos ¿posados o no?: Porque creo que hay muchas chicas que se están dejando guiar por lo que está de moda aunque no vaya con sus gustos. Si te encanta posar ante la cámara, tienes cientos de fotos tuyas actuando en facebook, ¿por qué buscar para el día de tu boda algo tan radical? Ese vestido tiene que verse bien clarito cómo te quedaba para dentro de veinte años... :-)

6. Test ¿eres una novia convencional?: Porque me divertí muchísimo escribiéndolo, y porque creo que hay más novias parcialmente convencionales que las que se atreven a admitirlo.

7. Disfrutad de los preparativos: Porque es un consejo que había leído mucho por Internet y pocas amigas me habían dado, y ahora que ya ha pasado todo veo que es verdad: que los preparativos y los pensamientos que tenemos en esta etapa pre-boda a veces son más interesantes y especiales que la boda misma. ¡No lo olvidéis!

8. En general, mis entradas bajo la etiqueta de "mi cuenta atrás", por ejemplo aquella titulada Cuatro meses.

9. El papel de los chicos en las bodas : porque el novio está ahí para algo, y no sólo para figurar. Creo que un matrimonio empieza mal si ellos se desentienden de todo desde el primer momento.

10. Y para terminar... mi post Top secret, porque fue el primer post personal que escribí, y en él se reflejan muy bien los sentimientos contradictorios que me embargaron cuando empecé a organizar mi boda, que yo quería que fuese personal y especial.

*¿Como se titula el primer escrito que creaste?: El primer post del blog se titula Welcome! y me hace mucha gracia leerlo de nuevo porque explica las primeras intenciones con que creé el blog. Me ha alegrado descubrir que ya en mi segundo post (Me caso pero esto ¿qué significa?) tenía las cosas bastante claras, aunque a lo largo de toda mi etapa de preparativos, tendría que repetírmelas unas cuantas veces.

* De todos tus post, ¿cuál es el que menos te gusta?: La verdad es que si algo no me gusta, no lo publico. Tengo borradores de hace meses que no he retomado, bien porque la temática ya está muy vista, o porque no tengo la inspiración para corregirlos o terminarlos. Hay algunos post, sin embargo, que he escrito en períodos de tristeza... y bastante... pero justamente por eso no voy a listarlos aquí. Están perdidos por el blog, algunos de ellos bajo mi amenaza de destruirlos de un plumazo para siempre, y si no los he borrado es para quitar de la cabeza esa idea irracional de que las bodas son maravillosas en todo momento antes, durante y después; y que si sientes momentos de bajón entonces eres un bicho raro que no sabe disfrutar del mejor momento de su vida.

Sentirse mal es completamente normal, y no al contrario.


* ¿Con qué frecuencia escribes?: Variable. Pero intentaré que sea cada semana.

* ¿Con qué frecuencia lees?: Todos y cada uno de mis días; sea un libro, un post, un tema de estudio, o las instrucciones de la lavadora.

* ¿Último libro leído?: Una chick-lit en inglés (novela para chicas, como una novela romántica para "mujeres modernas") por el tema de practicar el idioma a la vez que me entretengo. ¡Adoro el género chick-lit para el momento piscina del verano!

Mi última lectura. Recomendable.

* De todos los libros que has leído ¿cuál NO recomendarías?: A mí no me gustó "el niño con el pijama de rayas". Iba a comprármelo cuando una amiga me lo dejó, y me alegro infinitamente de no haber invertido ese dinero en el libro.

* ¿Qué libro te gustaría leer?: Estoy leyendo poquito a poco "la cultura" de Dietrich Schwanitz. Creo que debo eliminar muchas lagunas en distintas áreas del saber, y el libro está mejor de lo que esperaba, a pesar de ser denso, denso. Lo que espero es ¡terminármelo! (¿lo haré realmente?) y ser una persona en este mundo un poquito más culta :-D




* ¿Escribes por afición o porque realmente te quieres dedicar a ello?: Actualmente, por afición. Pero es mi secreto más oculto (ahora que lo digo, ya no tan oculto) que me encantaría dedicarme a escribir. Un sueño desde pequeñita. Quizás no me apetecería ser escritoria de continuo, pero sí en los intermedios que puedan darme mis trabajos. Hala, secreto confesado.


Imágenes de Grace Metalious, autora de "Peyton Place". Ama de casa y madre de familia, escribió su explosivo libro robándole horas al sueño. Si ella pudo... ¿las demás no?
* ¿Eres de las que comentan cada vez que leen una entrada?: Me gusta comentar, la verdad, no cada vez que leo una entrada pero quizás sí una vez de cada dos.

* ¿Te gusta la experiencia de pertenecer a la blogosfera?: Sí. Y sobre todo ahora, que ya no estoy tan pendiente como al principio de las visitas, los seguidores, los post más leídos... Tuve mi pequeña blogger-obsesión (me impuse períodos de desconexión porque ya era demasiado) pero ahora mismo me encuentro en un punto intermedio muy guay :-)  Y espero que dure.

*¿Qué te ha parecido este cuestionario?: Admito que he suprimido alguna preguntilla que otra, pero el cuestionario me ha parecido estupendo, he disfrutado muchísimo contestándolo. Este ha sido un post largo pero poco trabajoso a la hora de escribirlo ¡bien!

*Otorga el premio a cinco blogs...

Bien... más que otorgar el premio Liebster me gustaría mucho que estos cinco blogs se animasen a responder al cuestionario y publicarlo en la web. Seguro que alguno de estos tiene ya el Liebster u otro premio similar, por lo que los libero de repartirlo a otros cinco blogs, pero chicas, ¡contestad si tenéis tiempo a estas preguntitas, que resultan muy muy interesantes!

Mis nominaciones son para:

- Diario de la novia: Porque es un blog que sigo casi desde mis inicios en la blogosfera y me gustaría saber cuáles son sus recomendaciones literarias (si no me equivoco, también es amante de la lectura) y la lista de sus post preferidos.

- A style manifesto: Porque me encanta su estilo y sus reflexiones sobre moda y consumo, que tantas veces me han inspirado. Pia es de post más cortitos, pero me haría ilusión si se decidiese a hacer un minicuestionario parecido ;-)

- De lunares y naranjas: Porque es uno de los blogs todoterreno con los que cada día se aprende un poquito: sobre arquitectura, sobre moda, sobre libros, sobre cómo ordenar el armario...

- Llueve diamantina: Un blog que he descubierto hace poco, pero que toca temas muy variados con una visión muy personal.

-Tu boda de ensueño: Porque Aivlis es mucha Aivlis, tiene ideas geniales, derrocha simpatía y estoy segura que lo va a pasar genial respondiendo a estas preguntas!

¡Besos y buena tarde de verano!

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martes, 12 de junio de 2012

Sobre compras y armario (parte 2)

Hace unos días os comentaba algunos de los dilemas de una mujer ante su armario. Un armario muchas veces abarrotado de cosas inútiles o simplemente... "difíciles de poner". Os hablaba de las veces que he comprado sin cabeza, o cosas difíciles o fuera de mi estilo, y de la dificultad de hacer una mudanza en condiciones sin tener un armario en condiciones. Y todo esto se suma a una última tendencia que he ido siguiendo en blogs y demás: la de simplificar nuestra vida. Y tengo que decir que por el momento no quiero desprenderme de todas mis pertenencias y vagar por el mundo con mis posesiones dentro de una maleta (que podría ser, oye), pero unas dosis razonables de este minimalismo sí que quiero implantar en mi (por cierto) nueva vida.

Comparto a continuación los consejos para conseguir, tanto un armario más adecuado, como un consumo en general más racional.

1.- Lo primero de todo: hay que ordenar el armario. O mejor dicho: los armarios. Sí, lo típico: sacarlo TODO (todo-todo-todo) de cada uno de los cajones, tablas, de las perchas, etc. También la ropa interior, los cinturones, los calcetines. Si me apuráis, incluso los complementos. Para saber cómo actuar una tiene que saber lo que tiene. Os digo yo que se encuentran bastantes tesoros escondidos en estas ocasiones. Este proceso de sacar toda la ropa y ordenar el armario es largo, que no tedioso (de hecho, a mí particularmente ordenar el armario y ver cositas que ni recordaba me parece divertido), por tanto elige un día libre, por ejemplo un domingo. Una vez con toda la ropa encima de la cama, nos haremos una idea mental global de lo que tenemos y es hora de hacerse unas preguntas: ¿Tengo un fondo de armario?  ¿Me gusta en general las prendas que tengo? ¿Hay un estilo, o hay cientos? ¿Tengo muchas prendas que no sé combinar? ¿Almaceno cosas que no voy a ponerme nunca más? ¿Puedo donar algo? ¿Debería tirar otras cosas?

2.- En caso de tener un armario fabuloso, creo que lo siguiente sería ordenarlo todo y darse por satisfecha. Estás de suerte. En caso de detectar que efectivamente nuestra ropa es un caos y por una razón o por otra, no nos sirve, hay que tomar algunas decisiones. Para empezar, plantearse donar o tirar cosas. Y para continuar, guardar en un sitio aparte (por ejemplo en cajas) prendas de las que no nos queramos deshacer bien porque vaticinemos que se volverán a llevar en las próximas temporadas, o porque tienen valor sentimental. No sé a vosotras, pero a mí hay camisetas de hace diez años que me evocan cosas estupendas, y no querría deshacerme de ellas. Además, a veces me gusta pensar que dentro de treinta años, guardando las cosas de mejor calidad, podré tener prendas vintage para mis futuras hijas, sobrinas, etc. ;-) Eso sí, se trata de guardar lo mínimo posible, y desechar definitivamente lo que consideramos un lastre en nuestra vida. Tenéis muchos post en la blogosfera que hablan precisamente de cómo seleccionar las prendas que volvemos a meter en nuestro armario, así que no me entretengo en este punto.
Perfecta imagen que resume este proceso. aquí

3.- Si tu armario te has decepcionado, y si a pesar de haber encontrado esos "tesoros ocultos" sigues sin tener cosas que ponerte (o un buen fondo de armario, como quieras llamarlo), antes de lanzarte a comprar como loca todas esas cosas que te faltan, te toca hacer un poquito de reflexión. Date cuenta de todo lo que has hecho mal hasta ahora. Considero que sin un análisis profundo de la situación particular de cada cual, no hay soluciones duraderas que valgan. Sí, puedes guardar, y tirar, y donar cosas, y comprar tres prendas buenas, pero si no te paras a pensar qué has estado haciendo mal para llegar a esta situación, volverás a hacerlo. Las buenas intenciones se acaban en dos días, y tu armario volverá a su estado de leonera. Plantéate qué has hecho mal, y qué otras cosas podrías hacer. Recuerda esas compras inútiles e impulsivas (seguro que tienes algo en tu armario que ni has estrenado ¿a qué sí?) y no te martirices con ello, simplemente aprende. En mi caso, mi análisis me ha desvelado que no ha sido tanto que he comprado demasiado (ya he dicho anteriormente que no soy realmente una shop-aholic, y todos mis zapatos me cabrían en un zapatero de dos puertas), como que he comprado sin cabeza y bajo impulsos.


4.- Tras el análisis, llega el momento de salir de compras, si creemos que verdaderamente hay prendas que necesitamos, bien para combinar con otras, o bien porque es algo que siempre quisimos tener y vamos posponiendo una vez y otra. Pero compras... ¿qué compras? ¿Cómo no caer de nuevo en los errores?

Creo que viene bien hacer una lista de todas y cada una de las prendas de ropa, zapatos o complementos que hemos adquirido en una temporada, con su correspondiente coste. Apuntarlas todas, que queden escritas. Y después, analizar cuántas de estas adquisiciones hemos amortizado convenientemente. Os cuento que yo empecé haciendo esto el año pasado, temporada otoño-invierno, más que por una cuestión de hacerme un buen armario, como ahora, por curiosidad acerca del gasto que destinaba a ropa. Apunté cada pantalón, cada camiseta, las botas, incluso algún conjunto de ropa interior. Y cuando pasó la temporada y vi la lista definitiva de todo lo que había comprado el resultado fue escandaloso. Y sorprendente. Gastaba en ropa y complementos más dinero del que había pensando, y muchas de esas cosas, al cabo del tiempo, se me habían estropeado o no había usado bien porque tampoco me acababan de gustar, o bien porque tenía algo en casa que era bastante similar. Y seguía en muchas ocasiones "sin encontrar algo que ponerme". Un desastre, vamos.

Hacer esta lista fue el principio de mi cambio de actitud. Esta temporada primavera-verano, también he hecho esta lista. Tengo que decir que he invertido casi el mismo dinero que el año pasado, pero sin embargo, estoy bastante contenta con todas y cada una de mis nuevas adquisiciones, porque casi todas ellas han sido meditadas anteriormente e iban con el fin de construir este fondo de armario que antes he comentado. Sí, he hecho una buena inversión, en prendas de calidad, que me quedan bien y que verdaderamente me gustan, y que además conjuntan entre sí. Puedo decir que hoy abro el armario de mi nueva casa y me encanta lo que veo. Ya no tengo esa desazón que tenía antes, cuando abría un armario lleno de ropa y comprobaba que para algunas ocasiones me faltaba lo adecuado, o no tenía un pantalón que combinar con esa camiseta nueva y fantástica.

Una lista de cosas compradas empezó el cambio. Otra lista muy meditada y sin presupuesto tope de "cosas que me vendría bien tener" lo llevó a buen puerto.

5.- Aparte de limpiar, ordenar y confeccionarnos un armario genial, creo que hay que hacer una última reflexión, y esta no centrada en la ropa en particular, sino con el consumo en general. Con las mudanzas que he hecho en estos últimos meses, he puesto de manifiesto que, en general, almacenamos demasiado. Tenemos demasiado, guardamos demasiado. He visto cosas en blogs que me han puesto los pelos de punta ¿pensáis que es necesario tener treinta o cuarenta pares de zapatos? ¿Veinte bolsos? ¿Diez abrigos? ¿Cincuenta camisetas? La cosa empeora si encima los tenemos todos ahí, revueltos por la habitación, unas cosas encima de otras, causando una perenne sensación de caos en nuestra habitación.

¿Envidiable o excesivo?

Yo me pregunto ¿No es algo preocupante que casas enormes, de más de cinco habitaciones, tengan todas ellas desbordadas de cosas? Ya sean juguetes, vajillas, aparatos electrónicos, velas o cojines. ¿Y no es especialmente significativo que, si rebuscáramos entre todas estas cosas, apenas podríamos salvar algo para dejar a la generación siguiente? Porque nuestras abuelas podían tener pocas cosas, pero algunas de ellas eran de una belleza o de un carácter asombroso. Ajá, es el vintage, tan de moda últimamente. Y yo viendo esas casas tan atestadas de cosas sin personalidad me digo ¿podrían estar éstas en un mercadillo vintage dentro de cincuenta años, suponiendo (que ya es mucho suponer) que no se estropearían antes de ese momento?

Menos cantidad, y más calidad, lo sigo diciendo... Y espacios más vacíos, menos abarrotados, en general. Simplificar la casa o el armario no es sólo eso, o al menos a mí me lo parece. Es también simplificar la mente, y simplificar la vida...

martes, 5 de junio de 2012

Sobre compras y armario

Hoy me escapo un poquito de la temática de las bodas para compartir uno de los asuntos en el que más he pensado en este último mes (aparte de las impresiones de mi boda y de los recuerdos compartidos de la luna de miel): la ropa que hay (o que falta) en mi armario, y las compras en general.

Maitena. Cómo lo clava todo.

Ay, sí, mujeres y ropa. Incluso para la que dice que pasa de la moda o  que no tiene dinero para comprarse modelitos, a la hora de abrir el armario siempre vienen un montón de reflexiones a la cabeza: la más usual "no tengo nada que ponerme" incluso estando el armario lleno (y esto puede ser rigurosamente cierto: no tener nada apropiado y nadar en la abundancia de trapitos). Otras cosas que nos pueden surgir en ese momento de abrir el armario pueden ser: "uff, ¿con qué combino esta camiseta?", "todo lo tengo del mismo color", "tengo demasiada ropa" o "tengo muy poca ropa",  "tengo que poner orden a esta leonera", o la mejor de todas: encontrar algo genial que ni nos acordábamos que teníamos (¿no es eso un poco de locos...?)

Desde hace un año más o menos, he empezado a ocuparme de este asunto de las cosas que acumulo, demasiadas; de la necesidad de comprar menos y mejor; de la necesidad de guardar fuera de mi armario lo que no me pongo o desprenderme de ello. He llevado más ropa y zapatos a Cáritas que nunca, y he tirado por fin todos esos pendientes sueltos del que perdí el otro par. He reciclado viejos apuntes y revistas que guardaba. Incluso he regalado algunos libros, por más que me gusta la literatura, porque sentía que no había necesidad ninguna de guardar algunos de ellos. La verdad es que, siguiendo las máximas del minimalismo que parece estar cobrando protagonismo hoy día (no hay más que ver la cantidad de enlaces que aparecen cuando una escribe en el buscardor: "simplificar mi vida" u "operación armario"), todos los objetos que atesoramos requieren alguna atención: o hay que limpiarlos, o repararlos, o ordenarlos de cuando en cuando. Y eso es una inversión de tiempo, dinero y energía. Pero por otro lado, y para un alma empedernida como yo, los objetos son recuerdos, y son parte de una vida pasada a las que a veces me gusta volver...

Entonces ¿dónde está ese punto medio, ese equilibrio?

Yo desde luego estoy lejos de alcanzarlo... os cuento. Centrándome en la ropa, ha sido sobre todo en estas últimas semanas, haciendo la mudanza de la casa de mis padres a mi nuevo piso (mudanza, mover y recolocar un montón de cosas ¿¿os suena??) cuando me he dado cuenta de la verdadera magnitud del problema: sí, tengo demasiada ropa; y varias prendas no me gustan demasiado, son difíciles de conjuntar, de mala calidad, se parecen entre sí o no les puedo sacar mucha utilidad.  Y por otro lado, y esto es algo de lo que he ido adquiriendo conciencia conforme he ido leyendo ciertos blogs de moda, tengo una falta alarmante de básicos. Y no me refiero a los básicos convencionales, no creo que esta lista deba ser igual para todas las mujeres sino a mis básicos. Las prendas que para mí serían "todoterreno", tanto para una fiesta o un café informal entre amigas.



Cuando vas a vivir en una casa nueva, en la que en la habitación hay armarios y los cajones que tienen que compartirse entre dos personas (lo cual ha sido una experiencia totalmente nueva para mí), tienes que optimizar el espacio. No hay hueco, literalmente, para trastos inútiles. Hay que pensar qué es lo más ponible para guardar más cerca (ejemplo, en el armario principal del dormitorio), y aquellas cosas que quedan reservadas para eventos (y que se pueden meter en el armario de la habitación de invitados). Y pensar qué es lo que realmente te gusta y necesitas, y qué cosas estás transportando con la mudanza como si fueran un lastre, porque o no te las pones nunca o te las pones con cierta carga de culpabilidad (ya que me lo he comprado, tengo que usarlo).


Resumiendo, que llevo tiempo dándole vueltas al tema de la ropa (creo que desde que el año pasado que uno de mis propósitos fue RECICLAR, es decir, mirar lo que ya tengo antes de comprar algo nuevo, desde la ropa, hasta los objetos decorativos), y la mudanza ha sido la gota que ha colmado el vaso y ha hecho que me pare en seco y piense en cómo he estado actuando en estos últimos años. Creo firmemente que pasamos mejor a la acción cuando hay una buena reflexión detrás. Estas son las conclusiones a las que he llegado en estos días, y que me gustaría compartir con todas vosotras, quizás en muchos casos os identifiquéis conmigo.

a) Hasta ahora, he comprado demasiado. Y debo reconocer que ni mucho menos soy uno de los peores casos, tengo varias amigas y conocidas que compran más artículos que yo (aunque sean más baratos), y personas de mi familia a las que les dá por acumular cosas. Pero centrándome en mí, sí: he comprado cosas que no necesitaba, cosas que ya tenía pero que ni recordaba, y no hablo sólo de ropa. Y con el tema de la boda, mis compras se han incrementado con varios "caprichos" pero he de reconocer que estos no me duelen tanto por tratarse de una situación excepcional, y porque eran cosas que realmente me gustaban y a las que les he dado una utilidad posterior, o que guardaré para siempre con mucho cariño.


b) En muchas ocasiones, he comprado sin cabeza. Es decir, no he planificado para nada mis compras. Paso a una tienda, me pruebo cosas que me gustan, y si no eran muchas y muy caras me llevaba las que me quedaban bien. Aunque fueran más de lo que ya tenía en casa, aunque no fueran excepcionalmente bonitas o de buena calidad. No he estructurado para nada mis compras, y ahora me doy cuenta del tremendo error que es, porque no te pones en serio a buscar aquello que te falta, sino que compras lo que encuentras, lo que en ese momento capta tu atención (ese momento en que puedes estar pensando en decenas de cosas más), y ya verás luego cómo y con qué lo combinas, si realmente te aporta algo nuevo, o si no tienes algo similar de lo que no te acuerdas. He comprado sin cabeza, no me he parado lo suficiente a pensar: "este año necesito esto, esto y esto otro, y voy a dedicar mis energías y mi dinero a estas cosas en particular y no a otras".

c) No me he dedicado lo suficiente a buscar los básicos. Esos grandes amigos. Y resulta triste abrir tu armario y ver que no dispones de ellos en cantidad suficiente. Y luego ver que tu novio, que tiene una quinta parte de tu ropa, va siempre tan bien vestido y arreglado, simplemente porque tiene unos pocos vaqueros y unas cuantas camisas o camisetas que conjuntan bien entre todas ellas, y que son variadas para distintas ocasiones. Debería haber invertido más dinero en esa ropa un poquito más cara pero que siempre nos sienta bien, en actualizar los jeans que me quedan de muerte cuando se me han gastado, en comprar LA camiseta negra, en vez de tantas otras camisetas negras extrañas que no me acaban de convencer.


via

d) Cada vez me fijo más en la calidad y en la forma en que están elaborados los productos (si son de fabricación ecológica, artesanales, hechos en España o en otros países donde los derechos de los trabajadores están garantizados, etc). Y en esto sé que tengo que seguir por este camino. Aunque aún no he encontrado ninguna tienda de decoración donde los objetos tengan un precio razonable y no sean "made in China", o alguna tienda de ropa que no fabrique en países tercermundistas y que me pueda permitir. He de decir, eso sí, que si buscas, encuentras; y he podido comprarme algún vestido de fiesta a un precio increíble made in Spain, al igual que parte del menaje para el hogar hecho en Europa y con buena relación calidad-precio.

La conclusión a todo esto es que, hasta ahora, he comprado con muy poca planificación. Me he dejado llevar por el impulso inmediato, por la ropa más fácilmente accesible, casi siempre en las mismas tiendas. Y cuando una es adolescente, eso es lo más normal y sano del mundo (comprarse diez camisetas de manga corta e intercambiarlas con las amigas, y desechar cinco para el año siguiente). Pero cuando una se va acercando a la treintena, la cosa cambia. El estilo ya se ha encontrado (y si no, hay que ponerse a ello), y la talla si nos cuidamos difícilmente va a variar (la altura o el número de pie ni por un milagro), por lo que las prendas no tienen una fecha de caducidad predecible. Podemos comprarnos un buen abrigo o unos zapatos preciosos y que nos duren los próximos diez años.


"No tengo nada que ponerme..."

En definitiva, se trata de "fabricarnos" un armario limitado, bonito, ordenado, cómodo y atemporal que nos acompañe durante nuestra nueva etapa, evitando el almacenamiento de cosas inútiles, el desorden, la culpa por comprar más de la cuenta o el tener veinte cosas pero realmente "nada que ponerse" para una entrevista de trabajo, una boda, un viaje de amigas o una comida formal con los suegros.

¿Cuáles han sido mis soluciones? Os las explicaré el próximo día, pero antes estoy deseosa de escuchar vuestros comentarios a este respecto: ¿alguna vez habéis hecho "operación armario"? ¿Tenéis un buen fondo de armario con básicos incondicionales? ¿Os ponéis límites a la hora de comprar? ¿Cantidad o calidad? ¿Os preocupa el consumo responsable? ¿Sentís que, en general, tenéis demasiadas cosas?

Muchos besos, a las solteras, las casadas ¡¡y a las futuras novias!!

martes, 6 de marzo de 2012

Repartiendo el Liebster

Hace una semana, decidí embarcarme en una gira por la blogosfera, antes de entregar el Liebster Award, y de paso, para respirar "aires nuevos".



Descubro, no sin cierto asombro, que hay más blogs de moda de los que yo pudiera comprender... Blogs más básicos, blogs centrados en outfits (los famosos egobloggers), blogs muy currados, blogs de principiantes, blogs de gente que está muy muy puesta... Ropa, zapatos, complementos, estilos, y más moda, moda moda... Confieso que ha llegado a arrancarme una mueca este endiosamiento de la moda. No niego que sea un arte maravilloso, ni que sea algo de lo que todos nos tenemos que ocupar (que nos vestimos todos los días, y con ello estamos expresando nuestra personalidad), pero... ¿es lo único que hay para las mujeres de mi edad? Paso por los blogs de moda como cuando hojeo una revista: me gustan, me entretienen, me apetece captar pequeñas perlitas de sabiduría (no entiendo de moda, pero tampoco soy una completa pardilla, algo me defiendo y me encanta saber más), pero no son mi mundo.




He encontrado también algunos blogs de literatura. Pocos de artículos críticos de sociedad, economía o política actual (la mayoría de hombres, por cierto). Algunos muy graciosos. Varios blogs de pequeños comerciantes que anuncian sus productos. Más blogs de bodas de los que había previsto (algunos han sido una grata sorpresa). Y algunas bitácoras personales.

Después de este viaje virtual, siento que soy más rica que una semana antes. Pero sigo sintiendo que la blogosfera es un océano enorme... aunque a veces se encuentran islas en las que descansar (blogs muy conocidos y posicionados que suponen un punto de inspiración).




Y como no es justo que me quede el Liebster para mí, sino que debo hacerlo correr, decido pasar el premio a:

* Sencillamente una boda: Porque es un blog que desprende una sencillez que me encanta. Porque me habría encantado conocer con más detalle el día a día de la preparación de la boda de su autora; y porque quiero animarla desde aquí a que siga escribiendo y contando sus cosas.

* Mi parte favorita: Porque reafirmo que es uno de los blogs-bitácora que más me gustan (y he visto unos cuantos a lo largo de esta semana), porque tiene textos cortos y contundentes y fotografías muy chulas. Y porque su autora sabe mucho de flores, y eso me gusta :)

* Yaenlumba: Porque me arrancan una sonrisa sus ilustraciones en general, y las de novios en particular. Porque me inspira que exista gente que apueste por centrar su carrera en la ilustración, y cuelgue sus trabajos bonitos en Internet.

* Vestir de blanco. Porque aunque actualmente el blog no está activo, durante este verano fue mi inspiración, lo leí prácticamente de principio a fin, y me sirvió para mirar con perspectiva mi propia boda. Lo recomiendo al 100% para todas las futuras novias... Y espero que su autora decida retomarlo algún día, y si no, ahí queda como blog maravilloso con decenas de ideas y reflexiones.

* Secretos de alcoba. Porque aunque tiene más de 200 seguidores, tiene unos tocados que me han encandilado, me gustan mucho mucho... Algunos son pequeñitos y discretos, otros más atrevidos, pero ninguno resulta para nada estrafalarios (algo que encuentro en algún que otro tocado de fabricantes reconocidas, sorry).

Y hasta aquí... mi pequeña aportación al descubrimiento de nuevos blogs. A las premiadas... ahora os toca pasar el Liebster, si queréis. Instrucciones:

1. Copiar y pegar el premio en el blog, y enlazarlo al blogger que te lo dio.
2. Señalar tus 5 blogs favoritos con menos de 200 seguidores que merezcan ser reconocidos y dejar un comentario en sus blogs para hacerles saber que recibieron este galardón.
3. Esperar que esos blogs pasen, a su vez, el galardón a otros 5 blogs



¡Buen día a todos!



Créditos: Todas las imágenes del blog, excepto la del Liebster Award son de Limeunhee, a través de Pinzellades al món

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