martes, 30 de agosto de 2011

Top secret

Hasta el momento, no hay nadie de mi entorno que conozca la existencia de este blog. Ni siquiera mi novio.

Lo pensé así desde el principio: hacer un blog donde pudiera desahogarme de las tensiones de mi boda y explicar con claridad mis opiniones, sin la tensión de qué opinarán de mí mis conocidos o familiares.

Esto no es nuevo en mí. Desde hace tiempo vengo fantaseando con la idea de crear un "blog secreto" en el que expresarme libremente y que me permita interactuar con personas desconocidas. Sinceramente, nunca pensé qué crearía uno precisamente con la temática de las bodas. No es que de joven haya sido anti-boda, pero era un asunto que veía muy lejano... hasta que mi chico me pidió la mano con un anillo, un solitario (como yo quería y le había dicho cientos de veces; si, ya sé que es una americanada) y me tuve que hacer a la idea de que había que poner una fecha para el enlace, y organizar ¡un montón de cosas!

Al principio mi status de "novia" me asustó un poco. Creo que las que no hemos estado metidas en este mundo nos decimos: "¿y ahora, qué es lo que hago? ¿por dónde empiezo?". El momento de más nerviosismo, sin duda, fue decírselo a nuestros padres. La verdad, no sé por qué, porque evidentemente después de ocho años de noviazgo no pensé que fueran a sorprenderse demasiado de nuestra decisión, pero decir así, de repente, que te han pedido la mano y TE CASAS es algo que da cierto corte... En honor a la verdad, yo estuve muy nerviosa en ese momento, reconozco que lo pasé mal.


Luego vienen los desvelos sobre el restaurante, el vestido, las invitaciones... La verdad es que, gracias a muchos post de Internet y a varias revistas de bodas que he estado mirando (¡sí, revistas de boda! ¡si casi ni sabía que existían!), junto con la ayuda de algunos amigos y familiares, poco a poco he conseguido saber cuál es la boda qué quiero (o más bien, cuál es la boda que no quiero) y a día de hoy ya tengo contratados o en mente los servicios que necesito para hacerla.

Desde luego, la mayoría de las bodas a las que yo suelo asistir, no son nada del otro mundo... Me refiero a que son bodas convencionales: bodas de tarde en primavera o verano, primero la misa o boda civil, luego el restaurante típico (con el menú típico, varía poco de boda en boda) y al final una barra libre en la discoteca, sin que los novios hayan puesto ningún cuidado especial en los pequeños detalles.

Desde el principio yo quería (más bien: queríamos) una boda algo más personal. Y así me pasé los días paseando por webs maravillosas y revistas con reportajes de bodas aún más maravillosas y atípicas. Y entonces fue cuando comencé a sentir un nuevo sentimiento nada agradable, mezcla de envidia, frustración y tristeza. Porque todas esas bodas "de revista" no podrían ser la mía...

Para empezar, cerca de mi entorno no hay ningún castillo, palacio u hotel de cinco estrellas donde celebrar mi banquete de bodas. Ni mi novio y yo tenemos esos jardines maravillosos donde hacer una boda íntima y de tipo shabby-chic que tan bien quedan en los reportajes de boda. Lejos queda también la playa, los bosques y los sitios de montaña. Y los paradores y los restaurantes más majos que están cerca de casa, no tienen capacidad para más de 150 personas, y nosotros tenemos aproximadamente el doble de invitados...

Por otro lado, contratar a una wedding planner ni nos lo planteamos, pensamos que sería caro (aún vivimos de alquiler y nos gustaría ahorrar un poco para la entrada de un piso), aparte de que no teníamos referencias de alguien que hubiera dado con una. Y en cuanto al desarrollo de la boda, tampoco queríamos algo radicalmente diferente a lo que están acostumbrados nuestros invitados (¡incluyendo nuestros padres!). Pues al fin y al cabo, son ellos y no sólo los novios quienes son "el alma de la boda" y es importante que lo pasen bien, disfruten, y no se vean desbordados por una boda demasiado transgresora o demasiado elegante...



Y así estaba yo: oscilando entre el deseo de hacer mi día muy especial y la desazón porque pensaba que era imposible conseguirlo. Hasta que al cabo del tiempo... mirando aquí y allá, mucho por Internet, otro tanto por las recomendaciones de nuestras amistades más variopintas, hemos llegado a conformar con alegría una boda que cuyo resultado en mi imaginación es mucho más que satisfactorio...

Así que animo a todas las chicas que sean inquietas, tengan gusto por los detalles, y estén dispuestas a dedicar su tiempo a algo tan romántico como organizar una boda personalizada, que busquen y saquen ideas de un sitio y de otro ¡que la red es un mundo sin fin! Pero sobre todo QUE NO SE AGOBIEN porque en su caso no sea posible una boda espectacular de la que se enamoren en alguno de los reportajes...

En definitiva, yo aconsejaría tomar las bodas no convencionales y diferentes meramente como punto de inspiración para nuestra boda. Y para el resto de ideas... pues presento modestamente mi blog, que estoy segura de que si estáis en la misma situación que yo, os será de mucha utilidad.

4 comentarios:

  1. Me siento muy identificada contigo en lo del blog secreto! Yo tampoco se lo he contado a nadie :)

    Con la ilusión que le estás poniendo estoy segura de que te quedará una boda preciosa!

    Mucho ánimo!

    www.sencillamenteunaboda.blogspot.com

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  2. Gracias Noviazul por tu comentario! De momento, sigo manteniendo el secreto... :)

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  3. Totalmente de acuerdo!! las bodas de las revistas parecen fantásticas, pero no todos podemos permitirnos algo así...mi boda (en junio de 2012) también será convencional pero personalizada: las invitaciones con un dibujo de mi sobrina de 7 años, regalos hechos a mano para ellos y ellas...Y yo también estoy segura de que, con ilusión, nuestras bodas quedarán preciosas!!!!

    Byc

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  4. Lo de las invitaciones hechas por tu sobrina me parece "lo más". De eso se trata, convencionales pero muuuy personales ;)

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¡Gracias por tu comentario!

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