martes, 17 de abril de 2012

Un momento sólo para mí...

Llevo dos días absolutamente frenéticos.

No he conocido cosa igual desde que mi novio y yo "nos metimos" en esto de la boda. Dos días sin parar; preparando cosas, con tratamientos de belleza varios, hablando con distintas personas... Uffff... ha sido un no parar y he de decir que al principio no conseguía dominar el estrés. He estado dos noches en que me ha costado muchísimo dormir... Espero no seguir así, porque si no, ¡mi maquilladora tendrá que hacer milagros para que no me salgan ojeras!

¿Y sabéis qué? Que lo que me estresa no es tanto el tiempo que empleo en hacer las cosas, sino el tiempo que me falta para mí. A solas. Para pensar, relajarme, divagar, escribir... Yo no me relajo en el salón de belleza, aunque me estén dando el masaje facial más bueno del mundo. Me agrada, me parece placentero, pero estoy pensando en mis cosas, recordando, haciendo listas mentales de cosas que hacer. Lo que de verdad me deja tranquila, es saber que tengo un ratito para mí misma. Para NO HACER NADA. Para permitirme el lujo de navegar a la deriva por Internet, escribir mis tonterías, mirar al techo y no tener ningún pensamiento en concreto.

Y estos días todo ha sido "tengo que..." y "tengo que...". No soy una persona acostumbrada a esto, lo reconozco. No estoy acostumbrada a tener días tan rígidos y ver que hay tareas que querías acabar en un día y que no te ha dado tiempo. Ahora mismo, me gustaría tener absolutamente todo lo de mi boda listo ¡pero no es así! Y en realidad, sé que dará tiempo a todo. Pero... lo que no sé es si dará tiempo, en mis últimos días de soltera, a tener un ratito sólo para mí. Para disfrutar de la dulce espera... Para mirar al techo e imaginar una vez más cómo será mi día: cómo estaré vestida de novia, maquillada y peinada (aún no me he visto con estas tres cosas al completo); cómo será ese momento de complicidad en mi casa con mis amigas; cómo será la ceremonia que hemos preparado con tanto cariño (bueno, admito que esta parte ha sido principalmente mía, mi novio ha delegado en mí); cómo será la sesión de fotos; y la entrada al restaurante; cuán preciosa será la mesa de dulces que hemos preparado (con tarta fondant incluida); cómo quedarán mis meseros en las mesas; si me escribirá mucha gente en el libro de firmas; cómo será la decoración de todo; y qué tal lo pasaremos en la comida y en la barra libre...

Me encantaría tener una tarde libre lo que queda de semana... pero ya es absolutamente imposible. Así que voy a hacerme a la idea de disfrutar este estrés como sea, ¡es lo único que me queda!

Besitos...

Nota del 19-4: Como veis, en mi post de hoy, al final he conseguido ese momento para mí ¡yuju!

1 comentario:

  1. Estos días son un no parar. Ya me he leído tus dos artículos jejeje, así que me alegro que al final hayas conseguido ese ratito de tranquilidad que necesitabas.

    Recuerdo eso mismo que tú dices, estar en el salón de belleza y mientras me aplicaban la mascarilla y me ponían música relajante intentaba no pensar en nada y disfrutar del momento.....pero las cosas que faltaban por hacer y las litas asaltaban mi mente jejeje.

    Imagina como va a ser todo porque luego la realidad supera la ficción. :D

    Besotes!

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