lunes, 13 de enero de 2014

Las doce cosas que mi yo actual le diría a mi yo de novia


Quisiera empezar el año con un post "contundente". Tengo otros en borradores (entre ellos, la crónica de una boda preciosa que me mandaron hace un par de meses), pero quería para este primer artículo del año algo muy personal y que resumiese lo poco o mucho que he aprendido desde que empecé mi andadura como novia.

Hace tiempo que empecé esta lista de consejos, recomendaciones o como lo queráis llamar. Ya he dicho alguna vez que no es conveniente seguir a ciegas los consejos de los demás, pues cada uno partimos de diferentes situaciones, y lo que es una ayuda para unos puede ser una contraindicación para otros (por ponerlo en forma de metáfora: se puede dar agua a un sediento, pero no a alguien que se está ahogando). Así pues, tomaos esta lista como lo que una amiga, en un momento de charla personal y sin intentar cambiaros de idea, os diría si le plantearáis esta interesante pregunta:

¿qué cosas tu yo actual le diría a tu yo de hace meses, cuando eras una novia?

Espero que mis respuestas os diviertan u os hagan pensar, y sobre todo, y si ya os habéis casado, que formuléis otros consejos en los comentarios. ¡Me encantaría conocer vuestras respuestas!

Estan son las doce cosas que me diría a mí misma de haber podido hace unos dos años, en esa etapa de preparativos:

 1. Nena, esas cosas no son importantes.

Una boda está compuesta por mil detalles: el vestido, accesorios, invitaciones, fotógrafo, decoración, flores, regalos... Todos esos detalles tienen su importancia... relativa. Si bien hay novias que, de forma natural, no prestan excesiva importancia a estos detalles, hay otras (entre las que me incluyo) que se pueden preocupar excesivamente. En serio, que el color de los sobres de las invitaciones, las figuras de novios, el lacito del detalle para invitados o los accesorios de los zapatos no sean como los habías previsto... no tiene ninguna importancia.

Detalles sí, SIEMPRE, para algo recopilo en este blog ideas interesantes. Locura por los detalles, no. Sobre todo si son cosas nimias. Cuando todo pasa (la boda, la posboda, el primer año de casados...), y conforme más pasa el tiempo, más te das cuenta que lo que pensabas que era importantísimo, no lo era en absoluto.



via

2. Nena, delega. Sobre todo el día de la boda.

Nosotros fuimos de esos novios que nos empeñamos en hacerlo todo... Durante los meses de preparación, eso estuvo bien, porque es verdad que pasamos ratos muy entrañables juntos e hicimos todo a nuestro gusto (y no al de nuestros familiares). Pero el día de la boda... ese día nos equivocamos. Ese día HAY QUE DELEGAR. No se puede estar pendiente de repartir los regalitos, pagar a la orquesta, pagar al autobús, el bienestar de los invitados, las indicaciones prácticas (¿dónde es la barra libre, a qué hora sale el autobús?), avisar al restaurante que todo ocurre en el momento justo... No, ese día no es para estar pendiente de nada. Si tienes una wedding planner, cosa que ahora pienso que da muchísima tranquilidad, ella se ocupará de todas estas cosas de última hora. Si no, antes del día de la boda hazte con una cohorte de amigas, hermanas y organizadoras que se ocupen de estos detalles.

La gente está deseando ayudar, de eso no tengas dudas. Delega. Todo lo que puedas. Encarga a otros que hagan ciertas tareas. Y vosotros, los novios... ¡disfrutad de vuestro día!

3. Nena, apaga el ordenador un rato.

Si bien mirar blogs y revistas digitales me inspiró muchísimo y me hizo pasar muy buenos ratos (vamos, ¡si incluso creé el blog!) es cierto que durante estos meses estuve demasiado en mi burbuja digital. No seré yo quien diga que es perjudicial visitar foros, blogs y webs de bodas, al contrario, pero pasarse de la raya tampoco es bueno... Particularmente, recuerdo con mucho cariño esas tardes de recados sola y con amigas, en el mundo real. Y me digo que igual tendría que haber salido más de casa... y de mi habitación.

4. Nena, no te compares con las demás.

Compararse no es bueno para absolutamente nada. Por lo mismo, no hay que comparar nuestros looks de novia, nuestras bodas, nuestras familias ni nuestras elecciones personales. A veces ver y leer las crónicas de las demás pueden producirnos sentimientos ambivalentes, entre ellos, cierta nostalgia de que lo nuestro no puede ser de esa manera, e incluso cierta envidia.

Cuando esto pase (que pasará), desconecta, cierra los ojos, piensa en las cosas maravillosas que tienes y pon los pies en la tierra. Ah, y por supuesto, llama a tu novio o a una buena amiga y abre tu corazón sobre todas estas impresiones. Al ser sinceras y contar las cosas, estas se deshinchan y pierden consistencia. Verás cómo os acabáis riendo de la situación...

5. Nena, no te sientas culpable por ser la prota y cuidarte.

Durante las semanas antes de la boda, y con los nervios, puede haber gente cercana que te diga cosas como: "no te creas tan importante", "estás muy pesada todo el día con lo mismo", "yo no hice tal o cual cosa", o "sólo piensas en ti misma". ¿Pues sabes qué? A no ser que te estés convirtiendo en una zor** egoísta y manipuladora y que verdaderamente estés actuando de forma hiriente con los demás, tienes todo el derecho a estar ilusionada, cuidarte y estar en tu papel de protagonista de tu día. Sólo te casas una vez ¿tan malo es disfrutarlo como lo que es? ¿Realmente a esa persona que te dice "no te des tanta importancia" le hace daño que te hagas tal o cual tratamiento de belleza, o que quieras encontrar los pendientes perfectos?

Novia lista para su gran día... Precioso retrato.
via Style me pretty

A veces se llama egoísmo a algo que es simplemente cuidarnos y dejarnos sentir el amor y la apreciación de los demás. Te diré algo que he aprendido: cuando los demás te dejan disfrutar de su "estrellato" es mucho más fácil para ti hacer lo mismo con los demás. Por ejemplo, yo en las despedidas con mis amigos me sentí realmente querida, apreciada y "la prota". Fue brutal. Cuando mis otras amigas se han casado y han tocado sus despedidas de soltera, no sólo yo no sentí ninguna nostalgia por estar en ese papel (¡pues ya lo había experimentado!) sino que me alegré sobremanera de que las demás lo estuvieran sintiendo.

Es sencillo: cuando has recibido, puedes dar de forma completamente natural. Si no lo has recibido, o te han cortado, en el futuro tendrás esa sensación agria de desengaño de "yo no tuve eso así que me duele que tú ahora lo estés obteniendo". Así que déjate mimar. Tú y los tuyos lo agradeceréis.

6. Nena, pide ayuda y comparte las cositas de tu boda.

Las bodas no serían tan especiales si no las compartieran con nosotros las personas más queridas. Pídele a tu mejor amiga que venga a ver tu vestido de novia, haz los arreglos de los invitados junto a tus hermanas, llévate a tus padres y suegros a la prueba del menú, acompaña a las personas especiales a la elección de sus atuendos, o a la peluquería. E incluso el día de la boda, puedes tener alguna sorpresita o detalle con tus amigas.

wedding in Portugal

Todos esos buenos momentos son los que permanecen en la memoria, y hacen la experiencia de casarse mucho más que "un simple día inolvidable". Son muchos días, muchas personas, muchos momentos compartidos... No seas tímida y pide ayuda, comparte. Como he dicho antes, te sorprenderá la buena disposición de las personas para alegrarse por ti y ayudarte.

(Pincha aquí para continuar leyendo)

4 comentarios:

  1. Nos encantan tus entradas, y esta en especial mucho más, tendría que haber leído todo esto antes de casarme jejeje
    Cuando puedas échale un vistazo al post que hemos publicado hoy. Esperamos que te guste ;)

    http://siterequetequiero.com/2014/01/13/best-blog-por-hanselgretel/

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  2. Pero, ¿Para cuándo alguna foto de tu boda? Menuda intriga...jajaja

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  3. Y... nena, no te cargues la cabeza: cásate y sé feliz:)

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¡Gracias por tu comentario!

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