Pero sin embargo, mi blog le gustó. También los artículos de consejos, actitudes y de preparación de la boda. Oh, sorpresa.
Y me dijo algo que me ha hecho romper este silencio de varios días con respecto al blog y ponerme a escribir esta mañana, nada más levantarme. Y es que el blog le estaba ayudando mucho a descubrir que ciertos sentimientos que ella había tenido (y de los que nunca habíamos hablado, por cierto, y eso que como buenas amigas tenemos conversaciones profundas de vez en cuando) yo los había pasado también. Y que por tanto era "normal" sentirse o pensar de ciertas formas.
Me dijo que comparte mi postura de que no todo es tan maravilloso ni tan bonito como lo cuentan por ahí. Porque no nos engañemos, la gente, por lo general, sólo hablamos de lo bueno, de lo maravilloso. Y a veces, incluso, exageramos un poquito. O mentimos. Todo lo que sea para ocultar a los demás o a nosotras mismas (esto me parece sin ninguna duda lo peor) la decepción, el dolor, nuestras dudas o la angustia.
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* El vacío que queda después de la boda (no disgustillo, no nostalgia sin importancia, VACÍO). Aunque seas una mujer fuerte a ojos de los demás, y equilibrada, y casarte no fuera la ilusión de tu vida. Aún así, ese vacío es inmensamente real... e inmensamente desestabilizador.
* La decepción (a veces trágica, intensa) que supone que las cosas no salgan como habíamos planeado. Que se acrecientan al saber que ese día de nuestra boda con X no volverá a repetirse.
* Los sentimientos encontrados que podemos experimentar el día de nuestra boda (entre nervios, alegría, tensión, tristeza, ganas de llorar, preocupación, etcétera, etcétera).
* El dolor (sí, digo dolor, no incomodidad o complicación) cuando parece que a nuestros familiares y amigos cercanos no les importa nuestra boda, o sentimos que no nos ayudan.
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* Los quebraderos de cabeza de lo que son responsables nuestros padres o suegros, hermanos o cuñados, y la sensación de sentirse sobrepasada por no saber luchar contra ellos, o imponernos de la forma menos agresiva posible.
* El querer mantener en todo momento el equilibrio entre pensar en los detalles y dejarse llevar, entre dedicarle un tiempo razonable a planificar la boda y volvernos locas en el proceso, y lo difícil que es mantener este equilibrio.
* Las preocupaciones en torno al paso que vamos a dar. Yo no me he sentido siempre "segurísima de querer unirme a mi pareja para siempre y amarnos sin medida". He tenido dudas, he tenido miedos, y me he dicho que soy la peor novia del mundo por no tenerlo tan tremendamente claro como (supuestamente) otras novias lo tienen.
* El contraste entre la ilusión tremenda y la energía que sentíamos (en la preboda) y el sentimiento extraño, de sabor agridulce, que queda después.
* La presión que nos dice que el viaje de luna de miel ha de ser "el mejor de nuestra vida" y que precisamente nos impide disfrutarlo. Por el mismo motivo, si notamos que conforme va transcurriendo el día de la boda no es el mejor de nuestra vida, podremos pensar que somos unas mujeres complicadas y extrañas.
En fin, que hay muchas cosas de las que no se habla ni una palabra, ni se mencionan. En otros casos, si se cuenta alguno de estos sucesos desestabilizadores, se le pone un toque de humor o descaro que rebaje la tensión y la carga dramática de ese momento. La verdad, el humor ayuda a soportar ciertas cosas, y a decirlas sin que parezca que nos duelen demasiado. Pero duelen.
En la planificación de una boda hay dolor, hay desgaste, hay muchos sentimientos encontrados, hay dudas, hay enfados y a veces hay momentos tristes. También hay veces en que las novias se sienten diferentes respecto a las no-novias y por eso temen compartir sus sentimientos con éstas últimas, que pueden tacharlas de "histéricas" y cursis.
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En ese momento y si somos valientes, por fin podremos ser sinceras. Y desde nuestra sinceridad, podemos aportar cariño a las otras, comprensión, sabiduría verdadera.
Pero hay que permitirse sentir, lo primero. Sentir esos sentimientos de los que nunca nos hablaron, que algo en nuestro fuero interno nos dice que son "inadecuados". Y luego, una vez sentidos, hay que hablarlos. De forma anónima o personal, pero expresarlos. Así, la próxima mujer que se sienta de alguna de estas formas, sabrá que no es un bicho raro, que su proceso es normal, y que todo tiene solución.
Yo aquí he hecho mi lista de lo que no se dice deacuerdo con mi experiencia personal, pero seguro que alguna de vosotras recordáis alguna cosa más, relacionada o no con las bodas, ¿os animáis a compartilo y a romper este silencio que parece forzado?
P.D. Repasando posts anteriores, he tenido el placer de encontar este, de hace más de un año, en el que expresaba por primera vez estas inquietudes. Creo que es un buen complemento a esta lectura.
No te imaginas lo que me ha ayudado en el día de hoy tu post..hoy es uno de esos días en los que me pregunto por qué la boda, para qué, por qué tanto follón, si soy mala novia, mala hija, mala hermana...me ha ayudado tremendamente pensar que no soy la única que pasa por momentos duros y malos en la preparación de una boda...que no soy la única que no lo ve todo del color de rosa como parece que "en general" las novias ven su boda...en definitiva, solo quería decirte que GRACIAS! Un beso
ResponderEliminarHola, yo opino todo lo contrario, me casé en octubre pasado y, salvo alguna pequeña desavenencia con la familia, nada trascendental, ni desestabilizante, no he tenido ninguno de los sentimientos que describes. Mi boda no sé si fue el día más feliz de mi vida, pero me lo pasé muy bien. A lo mejor hubo cosas que habrían podido salir mejor y otras peor, pero en ese momento ni me fijé. Yo creo que se le da demasiada trascendencia a las bodas ultimamente, en parte porque, como en otros "productos", la industria que se ha creado alrededor nos crea unas necesidades que, en realidad, no tenemos. A mi lo que sí me ha pasado, es justo lo contrario, a veces casi me han hecho sentir mal otras novias o dependientes etc... por no vivir la boda como algo trascendental, por no estar histérica, por no tener "color" de la boda, etc... De verdad que yo no lo veo para tanto, que no es tan difícil, que lo único obligatorio es decir sí, que el resto es una fiesta y que no te estás examinando ni optando al premio mejor boda del mundo. Y yo tuve una boda de 150 invitados, vestido de princesa, música en directo en el cocktail, alguna que otra sorpresita para los invitados... en fin, una boda "tradicional". Un abrazo a todas y no dejéis que os vuelvan locas.
ResponderEliminarAnónimo 1: si mi post te ha servido de ayuda, ya hay un gran motivo para haberlo escrito y compartido :D
ResponderEliminarAnónimo 2: Precisamente tus sentimientos también se mueven un poco en contra de "la corriente imperante" y por eso es bueno saber que "se es normal a pesar de todo". En este caso yo me centro en sentimientos de dolor, peleas, dolores de cabeza y desilusión porque los preparativos de la boda (más que la boda en sí) a veces son difíciles. ¿Las bodas son algo trascendental? Para algunas personas lo es. Para mí, te aseguro que fue un "camino iniciático" (en parte) que me ha dado mucho mucho para aprender y reflexionar.
Hola guapa!! Muchas gracias por éste post. Me quedan algo más de dos meses para sacarme y me he sentido identificada con muchas de las cosas que comentas.
ResponderEliminarYo si he tenido momentos duros, de discursiones y peores cosas, hasta llegamos a plantearnos no casarnos, pero bueno... salió todo y ahora estamos super felices y disfrutando a cada minuto del tiempo que nos queda antes del dia B
Besos!!
Excelente post. Muchas cosas bien estructuradas y reunidas que era necesario decir. A las que ya nos casamos, nos sirve de alivio compartir lo q fue, saber que no somos bichos raros. A las q se casarán, saber que todos esos sentimientos son completamente normales y que si los compartes con gente de confianza se harán más pequeños e insignificantes.
ResponderEliminarMuchas gracias por estar ahí ;)
NR
Yo me caso en septiembre y lo que más, más me preocupa es que los invitados lo pasen bien. Cada vez que hago una reunión de amigos me pongo frenética, quiero que todo esté perfecto, pero sobretodo que la gente esté a gusto, yo me quedo en segundo plano. Cuando todo acaba estoy rendida, exhausta, pero estoy feliz si he visto risas. Con la boda estoy relajada para como soy yo, de momento no estoy agobiada ni nada, tengo tiempo, las cosas llevan buen cauce, sé que habrá cosas que salgan mal, pero tampoco es para tanto. Me lo estoy tomando muy bien por así decirlo. Pero me preocupo un montón por elegir música al gusto de casi todos (ésta que le gusta a fulanito, aquella por que le gusta a menganita, ...) Y porque mi pareja que tiene mucha ilusión lo disfrute mucho y para mí será una fiesta más. Ya os diré en agosto si sigo pensando igual ja.
ResponderEliminarBesos, Mamen.
¡Muy de acuerdo con el anónimo segundo!
ResponderEliminarNo puedo evitar ver estas reflexiones como cargadas de exceso de densidad... Parafraseando un poco tu anterior post, que me gustó bastante, todo este dar vueltas me parece "exceso de trascendentalismo". Vacío, dolor, miedos... Ay, mare!!
Es darle a la boda, y también a nosotras mismas, demasiada importancia.
Bueno, es cierto que para algunas estas vivencias son "demasiado". A mí en estos momentos también me lo parece, si me pongo desde un punto de vista más objetivo y racional.
ResponderEliminarPero en su día (no digo todos los días, digo en ciertos momentos) viví todas las que describo. Y lo peligroso es que NO SE HABLE de ellas. Porque de lo que no se habla, se magnifica, con esa fuerza que sólo da lo invisible y lo oculto.
Así que... mejor compartirlo todo con sus distintos grados, las alegrías, las penas, los desequilibrios, los equilibrios, la indiferencia y los histrionismos. Somos un revoltijo de todo esto, aunque algunas tiren más hacia algunos lados.
Gracias por comentar y plantear el debate. Hablar de "exceso de trascendentalismo" daría para otro post, se puede sacar mucho de ahí...
Antes de nada quiero felicitarte por tu blog! Hace unos meses que te sigo (desde que empecé a organizar la boda y a seguir de una manera casi enferma blogs de boda...)y me encanta tu manera de hablar de temas que parecen algo tabú en el resto del mundo bodil y sobretodo tus reflexiones críticas, porque, aunque a veces pueda no compartirlas, creo que es importante conocer los diferentes puntos de vista y sensaciones que considero que es normal (sino inevitable) que provoque un evento tan importante en nuestras vidas (que creo que a algunas pacere que se les haya olbidado): unirnos a otra persona para empezar con ella nuestro camino juntos.
ResponderEliminarPrecisamente por eso, no comparto la opinión del último anónimo que habla de "exceso de transcendentalismo" en el hablar de todos estos sentimientos. Realmente creo que el exceso está en todo el resto (tener el vestido más bonito, el restaurante más espectacular, el mejor -y más caro- menú, el fotógrafo más bueno -rectius: CONSIDERADO más bueno- y un laaaaaaargo etc).
Como he dicho antes, al principio no paraba de mirar blogs y más blogs de bodas (todos ellos preciosos y con tantas ideas bonitas para "el dia B"), pero durante estos meses he ido aborreciéndo todo esto;no es que no me guste lo que publican o proponen, pero me parece desproporcionado!
¿Estamos seguras de que hace nos hace falta toooodo esto para ser felices el día de nuestra boda?? A veces me da la sensación de que la boda es tan solo el pretexto para poder montar una fiesta espectacular -la mejor de todas!-. Está bien querer que sea bonita, especial, divertida...pero creo que nos hemos dejado comer demasiado el coco y comparto tu opinión de que el día de la boda está demasiado idealizado (en cuanto al "envoltorio" se refiere).
Me da mucha rabia que se especule tanto: que nos pidan por un menú 120€/persona me parece una locura!! aunque intenten justificarlo con infinidad de platos elaborados (la mayoría de los cuales se van a tirar porque después del aperitivo los invitados ya no pueden más!!) Y con todo el resto de servicios pasa igual: fotógrafo, flores...
Y lo que me parece más alucinante es que nadie hable de ello, que a nadie le parezcan exagerados estos precios y que todas (o la mayoría) estén dispuestas a pagarlos para poder tener una fiesta espectacular....!!
A mi no me pone nerviosa la llegada del día, el hecho de casarme, lo que me ha puesto realmente de los nervios y me ha hecho estar muy intranquila ha sido la búsqueda de un sitio que nos gustara y que tubieran unos precios razonables! Hemos reservado el sitio sólo con 6 meses de antelación, cuando ya empezaba a pensar que no encontraríamos nada que se adaptara a lo que buscábamos...
Por todo esto, no, no me parece exagerado hablar de las sensaciones que algunas novias puedan tener respecto a la boda: lo que me parece alucinante es que no se hable más de ello, en vez de dedicar tanto tiempo a los aspectos más superficiales y, bajo mi punto de vista, innecesarios del proceso de organización de una boda!!
Sandra
Uau Sandra!!
ResponderEliminarNo podrías haberlo dicho mejor. Me ha encantado tu comentario. Chicas, igual pensáis que me repito mucho cuando digo "me ha gustado mucho tu comentario, me ha hecho pensar" ¡pero es que es cierto! Hace unos minutos pensaba que el exceso de "trascendentalismo" era una realidad, y ahora leo el siguiente comment y veo que, de hecho, es mucho más frecuente el exceso de "todo lo demás" que de lo realmente importante: el motivo de casarse, los sentimientos...
Enlazando ambos aspectos que parecen contraproducentes yo diría: ¿no será que tenemos la mayor parte de nuestros sentimientos, dificultades y "dolores de cabeza" asociados a cosas físicas -flores, vestidos, ceremonia, dinero- y no a cosas más profundas e intangibles?
Chicas... a todas... ¡¡gracias por hacerme pensar!!
Pues si, creo que es precisamente eso! En muchos casos ese alto nivel de expectativas que nos hemos creado lleva a hacernos sentir mal por el miedo a no estar al nivel, a que no guste, a que no sea todo lo precioso que queríamos…Y nos hace estar irritables (cuando tendríamos simplemente que estar dando saltos de alegría por la decisión que hemos tomado!) y genera inútiles discusiones sea con nuestra pareja que con los familiares más próximos…
ResponderEliminarYo la verdad envidio a mi futuro marido: a él todo le parece bien, todas mis propuestas le parecen genial, no está preocupado por respetar al pie de la letra el calendario de tareas marcado, se lo toma con tranquilidad y su mayor preocupación es si podrá aguantar la compostura cuando me vea entrar en la iglesia… Y no es que no esté emocionado con los preparativos o que no tenga ganas de que llegue el día, ni mucho menos!! Lo que pasa es que ellos no entran en esta especie de obsesión compulsiva organizativa y lógicamente ¡lo disfrutan mucho más! ¡De hecho creo que si realmente compartimos la experiencia de la organización de la boda con nuestra pareja, todo resulta más fácil! Es más, estoy segura de que si dejáramos toda la organización en sus manos serían capaces de organizar una boda perfecta en tan solo un par de meses (¡como máximo!) porque tienen las ideas bastante claras y se dejan influenciar bastante menos que nosotras por este exceso de bonitismo!
Sandra
Me ha gustado mucho tu post. Yo me casé también en octubre del año pasado, de hecho empecé a seguirte durante la etapa de organización de la boda...y sentí muchas de las cosas que has escrito...pero, al final, fui capaz de centrarme en lo verdaderamente importante, en ser consciente del paso que iba a dar...y de decidir si estaba segura, de hecho, yo creo que es totalmente normal pensar si será la decisión correcta, y no porque no quieras a esa persona, sino porque creo que si lo piensas es que te estás dando cuenta de todo lo que entraña casarte y de que asumes que es algo para toda la vida...
ResponderEliminarYo creo que hoy en día las novias "nos" preocupamos tanto por la organización de la boda, llegando a sufrir realmente por algo como el color de la mantilla de la madrina (como fue mi caso), que perdemos la perspectiva de lo que realmente es la boda, que es la unión de la persona a la que queremos para toda la vida...
La boda sólo es un día, lo importante y lo que hay que cuidar día a día es lo que viene después.
Magnífico. Te sales. cReo que nos conocimos por un post similar, y sabes que estoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarSimplemente, bravo.
¡Ay chicas, menudo movimiento! Jaja.
ResponderEliminarYo soy otra vez la anónima 2, y desde luego no quería ofender a nadie, ni tomaros por histéricas ni superficiales. Nada más lejos de mi intención. Cuando decía que la boda no es tan trascendental, me refería a la "fiesta" en sí, no al hecho de contraer matrimonio. Por eso me parece que toda esa reflexión, esa toma de conciencia del cambio que significa en la vida, el casarse, debería producirse, antes de decidir casarse. Después, al final, se trata de organizar una fiesta. Si hay un momento trascendental ese día es el momento en el que dices sí, fuera de eso, lo demás no es tan importante, pero en los últimos tiempos la industria bodil ha crecido tanto que parece engullir todo y nos empuja a cubrir unas necesidades que, en realidad, no se tienen. El darle tanta importancia a eso, que llegue un punto en que te absorbe tanto que al pasar te deje vacía, es lo que a mi se me escapa y no me ha pasado. Ni enredarme en discusiones, ni mirar 1000 páginas para ver qué pendientes elijo. Y por eso no compartía que sean temas tabú, porque a mi no me ha pasado para nada,y no me sentía identificada.
Gracias a todas.
Un abrazo
¡Hola!
ResponderEliminarSoy de nuevo el anónimo de "exceso de trascendentalismo".
Estoy muy acuerdo de nuevo no sólo con el anónimo 2 (que también, qué bien expresado), sino en realidad con la mayoría de vuestros comentarios.
Lo que quería decir (pido disculpas si no lo he expresado bien y he podido ofender a alguien)es que a veces puede ser bueno quitar hierro a las cosas, y sí, en especial a las que forman el paquete de "todo lo demás", "el envoltorio"... Quería defender que la experiencia de la boda, en vez de esos sentimientos negativos tan intensos, pueda ser una experiencia más relajada y positiva. De hecho, en mi caso lo fue.
Pero, cuidado, yo me refiero a no darle importancia "de más" (aunque aquí cada uno tiene idea de qué significa "de más"), no a que tu propia vida te importe un pimiento o parezca que la boda no va contigo! Abordarla como una decisión consciente y una celebración organizada con ilusión y cariño, pero intentando no estar secuestradas por perfeccionismos ni excesos de control.
Pero, en fin, de verdad digo que ¡es sólo una opinión! La intensidad con la que cada uno decide vivir las cosas es algo muy respetable y si la boda y sus preparativos se sueñan como "momentazos intensos", adelante pues!
Por cierto, felicidades por el blog, me entretiene mucho leerlo ¡aunque no sé exactamente por qué! Espero que no te canses de seguir haciéndolo.
uffffffff me sirve saber que no soy la unica que esta aterrada, hasta cansada diria yo, estoy mareada, cambie ya 3 veces la fecha de la boda... en fin... aun me queda mucho por recorrer pero veo que le pasa a todas los nervios...
ResponderEliminarVaya me dejo más tranquila saber que es lo normal pensar en ni aparecer ese dia , y sentir que ya no es tu boda, que tomo vida y se la apropiaron ciertos familiares con su quedar bien se olvidaron de los novios...me tendria que haber ido directamente a las vegas...
ResponderEliminarAnónimo, es triste eso que dices... Realmente no es "lo normal" que los familiares se apropien de la boda, pero ocurre. Y creo que quizás es mejor compartir esas experiencias con los demás que guardarlas y poner nuestra mejor sonrisa cuando nos pregunten acerca de la boda.
EliminarPor lo que cuentas, tu boda no fue de ensueño. Pero espero que tu matrimonio sí que lo sea, y eso es lo que perdurará en el tiempo, no ese día.
Un fuerte abrazo.