Para una lectora apasionada-escritora ocasional como yo, tener libro de firmas en mi boda era algo que ni se me pasaba por la cabeza suprimir. También me gustaría tener un libro con fotos informales de los invitados (es decir, alguien va con una polaroid y un marco hueco divertido retratando a todos los invitados por parejas), pero esto es una segunda opción, mientras que el libro de firmas tradicional es la primerísima opción.
De papel suflé |
De azul sahara, los tienen a juego con las invitaciones |
Si trato de cuidar los detalles de la boda ¡cómo no hacerlo en este sentido! Además, un libro de firmas, incluso el más bonito y lujoso, es mucho más barato que el resto de accesorios de la boda: las flores, el vestido, el banquete, los detalles de los invitados y un largo etcétera. Así que llevo semanas mirando ocasionalmente libros de firmas por la red. La mayoría de ellos no se muestran abiertos, así que es imposible saber si en el interior las hojas tienen bordecitos o algún detalle gráfico. He preferido centrarme en la portada que más me guste, que total, es lo que más se va a ver.
Libros perfectos para una boda campestre y un poco vintage. via Propuestas elegantes y sencillas de bodagrafic |
El atril vintage perfecto |
Pero en este caso de dejar el libro a un lado, esperando a que los invitados tengan la amabilidad de escribir y la revelación de las palabras para esto, se corre el riesgo de que ese libro elegido con tanto mimo quede medio vacío. Así que lo más práctico, como he visto en algunas bodas, es delegar en alguna hermana o amiga y que lo vaya pasando por las mesas (delegar es importante). Con este truquito, al menos el 75 % de los invitados pondrá alguna cosa. Y prácticamente el 100 % de los asistentes a la boda le echará un vistazo al libro delicado y espectacular que nos hemos encargado de comprar ;P
Una idea que me gusta mucho es poner, en las primeras páginas del libro, una dedicatoria de los novios. Tiene que ser algo breve, sencillo y ligeramente emotivo si queremos que todos lo lean. A continuación, se reserva otra hoja para la dedicatoria o firma (si no saben qué decir) de padres y padrinos. Se puede dejar otra hoja para pegar el misal, la minuta del menú o la invitación de boda (casi seguro que, si mi novio acepta, haré todos estos pasos). Y después de estas formalidades, las firmas de los invitados propiamente dichas. Se podrían dejar espacios acotados según el tipo de invitado: esta hoja reservada para los amigos del novio, esta para los familiares de la novia, esta para los compañeros de trabajo, pero particularmente me parece acotar demasiado el tema, mejor dejar un poco de flexibilidad.
Preciosos libros de firmas artesanales de con diez de pipas |
Por último, podemos dejar la última página del libro en blanco y pegar una foto de recuerdo de la boda. Mi foto ideal para finalizar un libro de firmas es una imagen fresca, en colores sepia, de los novios riendo o mirándose en un momento de complicidad. Una imagen capturada sin que los novios se den cuenta, y que muestre todo ese romanticismo que hace que las bodas tengan sentido.
Ese romanticismo que hace que las bodas sean el principio de un maravilloso sueño, y no su final.
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