Pero si hay una tarea grata y placentera en la planificación de la boda es, sin duda, el elegir el destino de luna de miel.
Luna de miel en Bali |
La otra tarde la pasé enterita con mi novio (más o menos desde las seis de la tarde hasta las once de la noche) mirando los catálogos de luna de miel que nos dieron en la agencia de viajes. Todo eran destinos preciosos, hoteles de ensueño, ofertas maravillosas. Si planificar un viaje siempre suele ser placentero, un viaje de luna de miel que por lo general cuenta con un presupuesto mucho más elevado que cualquier otro (al menos en nuestro caso), es una auténtica delicia. :)
Puedes permitirte echar un vistazo a esos hoteles de cinco estrellas a los que no irías normalmente (o al menos, yo de cuatro y normalitos nunca he pasado), y elegir la cómoda opción del todo incluido que jamás hubieras osado proponer para un viaje largo. Ya nos imaginábamos mi pareja y yo, tumbados en una cómoda hamaca de una piscina rodeada de jardines, pidiendo un cóctel a media mañana, un café con pastas a media tarde, y una cervecita bien fría antes de cenar. Por no hablar de esos maravillosos spa que nos vamos a permitir porque total, sólo se va de luna de miel una vez en la vida (si no te casas más de una vez, claro).
Hotel en Marrakech, locuraviajes |
A la hora de elegir el hotel, tuvimos muy en cuenta la opinión de los usuarios por Internet (tripadvisor es maravilloso, sobre todo porque puedes ver un montón de fotos reales del hotel en cuestión) y además la situación dentro de las islas que vamos a visitar. Al principio, yo me decantaba por los hoteles más lujosos, esos en los que pasaría el día sin salir de ellos. Pero finalmente decidimos elegir una opción menos lujosa y más económica porque, aunque buscamos el relax, tampoco queremos una luna de miel completamente pasiva. Queremos alquilar un coche, ver cosas, comer o cenar fuera algún día, hacer excursioncitas. Y en este caso el hotel se queda para el ratito de las mañanas o de las noches. Así que el punto intermedio es un hotel bonito, confortable, de calidad y con ese punto exclusivo al que hasta ahora no nos hemos acostumbrado, pero que tampoco sea un gran lujo que, en realidad, no vayamos a aprovechar por pasar parte de los días fuera.
Playas de Fuerteventura, Canarias, via vuelaviajes |
Y al final, lo encontramos... Mejor, los encontramos, porque vamos a visitar dos lugares distintos. Y qué queréis que os diga, que da mucho gustito pasar una fresca tarde de octubre en casa, con Internet funcionando a toda pastilla (el tripadvisor, las webs de los hoteles, hasta el GoogleEarth para ver el entorno), tu pareja al lado, y elegir las vacaciones que irán justo a continuación de uno de los días más significativos de tu vida.
Ya estoy deseando irme... Pero aún me queda un poquito más de seis meses para seguir degustando la sensación de placer anticipado. Que no sólo es importante la meta, como digo siempre, sino la emoción del camino que nos conduce a ella.
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