Los primeros días de casada

Los primeros días de casada, ¿cómo son? ¿qué se siente?

Eso que para mí antes era un misterio, que me sugería ensueño y especulaciones, ahora es una realidad. (¡uau!)

Una realidad que no sé si habría imaginado de esta manera, pero que ya forma una parte tan indisoluble de mí, que casi parece que llevo en este estado mucho más de dos meses, quizás medio año, o más...

¿Cómo son las primeras semanas de casada? Alejándome de ese idealismo que corre por el mundo blogger y por Internet en general (donde las bodas son siempre fabulosas y estupendas, los invitados aseguran a los novios que han asistido al mejor evento de sus vidas, en las familias todo es gozo y felicidad y el joven matrimonio vive en una luna de miel permanente), alejándome de idealismos, me gustaría responder con sinceridad y serenidad.

Los primeros días de casada son una mezcla de sentimientos muy curiosa, al menos para mí. Primero, por el contraste al volver de la luna de miel, un viaje en el por un lado no puedes desconectar por completo de la boda y lo que supuso, pero por otro, es tan largo (catorce días en nuestro caso) que dá para que cuando vuelves a casa descubras que ha pasado ya medio mes desde que te casaste. El empezar la rutina es delicioso y a la vez extraño. Para mí hubo una mezcla de emociones: cierta pena de dejar una vida anterior, excitación ante la vida que está por venir, miedo e incertidumbre (¿saldrá todo bien? ¿estamos hechos el uno para el otro?), recuerdos agradables y menos agradables de la boda, la certeza de que la gente te trata diferente ahora que estáis casados...

Ahora mismo yo estoy en un sofá con mi portátil, y mi marido en el otro leyendo su libro favorito. Hace calor y tenemos el ventilador encendido. En el salón se respira silencio y concentración. Dentro de poco nos iremos a dormir, una actividad que antes quedaba reservada para esos fines de semana que pasábamos juntos, y que ahora es una parte más de la rutina. Al igual que es parte de la rutina que mi actual marido, antes de irse a trabajar, me dé un discreto beso en los labios, momento en que yo aprovecho para levantarme. ¡Es un gran cambio!




¿Lo había imaginado así? No recuerdo. Lo que sí sé es que la convivencia por el momento no me ha traído ningún descubrimiento desagradable, ninguna desavenencia importante. Por el momento ¡prueba superada!. Quizás imaginaba que el día a día sería más romántico, un lecho de rosas, una sucesión de acontecimientos intensos como cuando llevas quince días sin verte. Pero de todas las cosas, lo que menos esperaba de mi nuevo estado, es que se iría a instalar en mi mente, discreta pero implacablemente, el sentimiento de que ahora nosotros somos nuestra familia. La principal. Nuestros padres quedaron más lejos; tengo que decir que ahora cuando voy a mi casa me envuelve un sentimiento extraño: de nostalgia por un lado, pero de incomodidad por otro porque sé que ya no pertenezco allí.

Ahora mi marido, y nuestra relación, son lo más importante. Claro que no hemos dejado de lado a nuestros amigos y demás conocidos, pero es diferente...

Poco a poco hemos ido decorando el piso en que vivimos, todo ello después de la boda (¡antes no hubo tiempo!). Esto ha sido una experiencia nueva y genial. Cada día que pasa siento que aquí está mi hogar. Cada día mi pequeño piso de alquiler me gusta más.

¿Y la boda...? La boda es un sueño lejano; a veces me entusiasmo cuando recuerdo los preparativos y momentos de aquel día, otras veces las dificultades que trajo consigo empañan este recuerdo. Como dije, no fue el día más feliz de mi vida, y ahora después de algunos días de análisis me digo que no podía serlo, no teniendo en cuenta algunas de mis circunstancias familiares. Una vez más, los preparativos, las luces, el confetti, no son más que adornos que embellecen la armonía y los buenos sentimientos; si hay sombras en este aspecto, ni la mejor boda del mundo podrá ocultarlos.




Pero lo importante siempre es lo que empieza después de la boda ¿recordáis?

Eso sí, reconozco que el vídeo de bodas, que ya tengo en mi poder, me ha encantado, y está tan bien montado y tan precioso que por un momento, y mientras lo veo, me siento orgullosa y satisfecha de haber sido esa novia tan guapa y vital, casada con un novio tan bueno y atractivo. ¿No os he dicho que he quedado con mis mejores amigas este fin de semana para ver el vídeo...? ;-)