lunes, 12 de diciembre de 2011

Bodas sin alma

Iba a titular el blog "bodas con alma". Todos los lectores lo habríais entendido: bodas con sentimiento, con algo que va más allá de lo que capta una mirada, bodas como suelen ser muchas bodas (¿muchas o la mayoría? francamente, no sé), aunque sean lo más trivial del mundo.

Pero luego me he quedado pensando. Si incluyo bodas en esta categoría de "bodas con alma" no es tanto porque sean especiales como porque no las considero "bodas sin alma". Como una que me he encontrado hoy releyendo una revista de bodas de hace varios meses...


Era una boda muy pensada, preparada minuciosamente, con cierto aire de lujo. Tal y como decía el artículo, los novios habían dedicado más de un año a prepararla.

El vestido de ella, exclusivo (francamente bonito, cierto). El de los pajes, también, cosido entero a mano (que digo yo que los niños van monos se pongan lo que se pongan). El lugar del evento, el más caro de la ciudad, un sitio con unos jardines preciosos. La iglesia, con una decoración clásica y regia. Las invitaciones con papeles de calidad y hechas a medida. Y además, es que tenía todos los detallitos de las bodas in: el libro de firmas, la barra de dulces, una polaroid para las fotos, amenities en el baño para las chicas y música en directo. El regalo para los invitados también de lo más chic: jabones personalizados con las fragancias definitorias de los novios.


En definitiva, una boda personal (lo que insisten siempre todos los blogs y revistas de novia, y lo que también defiendo yo a capa y espada) y a la que no le faltaba ningún detalle, y sin embargo... he tenido una sensación extraña al leerlo. Todo era como para un reportaje. No había alma ni en las fotos, ni en las caras de los novios, ni siquiera en el texto que narraba cómo ocurrió la boda (que a mí me pareció soso, sólo centrado en decir: esto es del proveedor X, y esto tiene tanto valor, más que las impresiones).

Aunque claro, lógicamente si la boda se presenta en una revista, es preciso especificar este tipo de detalles. Lo hacen todas las bodas. ¿Y por qué vi a esta "sin alma"? No sabría decir...

Bueno, haciendo un ejercicio, quizás sí podría intuir el por qué (aun a riesgo de equivocarme, quizás esta boda ha sido en realidad la más bonita y sentimental del mundo, pero como evidentemente no pongo la fuente, puedo hacer mis conjeturas): creo que todo era demasiado meticuloso y, a decir verdad, estaba un poco fuera de lugar de lo que la gente esperaba. Yo veía a los invitados demasiado "normales" para el lugar en que se encontraban. (A este respecto, recuerdo en una boda que los novios regalaban un grabado precioso de su pintor favorito y carísimo, pero la pregunta que hay que hacerse es ¿realmente la mayor parte de los invitados valorarán el arte?) También veía "demasiados detalles". No sé, no se trata de no ser personal u original, pero creo que también se peca por exceso. Poner maquillador, payaso, música en directo, fotos, libro de firma, tarta, cócteles, etc, etc, creo que llega a ser cargante. Cuidar al máximo todos los detalles, quizás también. Porque me daba la sensación de que todo estaba muy organizado, que el exceso de meticulosidad y buscar en todo caso "lo mejor de lo mejor" (lo más caro, lo más exclusivo) había matado la ilusión de los novios. O quizás es que no he visto ninguna imagen de los novios o los invitados riéndose a carcajadas, no sé...

En fin, sean por estas razones o por otras que se me escapan incluso a mí misma, me ha parecido una boda insulsa a pesar de que a los novios les habrá costado una pasta y un año de sus vidas. Ojalá me equivoque.

Y ojalá no me vea envuelta en una boda sin alma, ¡menos si es la mía propia! porque entonces, nada habrá valido la pena.

Dejo una imagen un poco más positiva para aliviar este sabor un poco agridulce que me ha dejado escribir este post.

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2 comentarios:

  1. Personalmente creo que una boda nos parece con más o menos "alma" dependiendo de quien se case. Si lo hace tu hermana, lo vas a vivir/sentir de manera muy diferente a si se casa la sobrina de la prima de los amigos de tus padres (por poner un ejemplo ;-)).

    En la boda más bonita que he estado no hubo invitaciones, ni regalos a los invitados, de hecho, no hubo nada de lo que se supone que debe haber en una boda, ni fue el bodorrio típico. Fue la boda de alguien muy especial para mí, que lo pasó francamente mal años atrás, y verla feliz ese día me emocionó profundamente. La celebración fue al aire libre, con un asado argentino que preparó uno de los amigos del novio, sin más florituras…

    No pudo ser más bonita y emotiva.

    El amor con el que asisten los invitados es lo que hace que una celebración sea más o menos especial, y eso es lo que busco el día de mi boda: rodearme del amor de los míos, sin más compromisos que el que contraeremos mi pareja y yo delante de nuestros familiares y amigos más cercanos.

    Un beso fuerte :-)

    M.

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  2. Exactamente a esto mismo me refiero. La boda que comentó, era "perfecta" en todo, quizás demasiado, pero yo no vi nada de emoción... No sé, no vi sentimentalismo, no vi cercanía... En fin, es una opción muy personal :)
    Y tienes razón, cuando se casa alguien cercano lo vives muchísimo más. Pero tienes que reconocer que también los novios ponen mucho de su parte: si están atentos con los invitados, sonrientes, románticos entre ellos, se acercan con una sonrisa aunque sólo sea a decirte tres palabras... pues solamente eso ya es la mitad de la boda. Y la que tú comentas, se ve que fue un evento personal, íntimo y con mucho cariño. O sea, una "boda con alma"
    M. qué poquito te queda!! Disfrútalo!! ;)

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