martes, 3 de abril de 2012

Los zapatos de novia no se ven

Hace unos días escribí una entrada sobre un pequeño gran descubrimiento: que existen (y bien extendidos que están) adornos para personalizar los zapatos más sencillos. Y entre mis zapatos sencillos destacan los color blanco roto que formarán parte de mi atuendo de novia.

Mis zapatos son cómodos, de piel, con una línea que me gusta, además estaban muy bien de precio; pero siempre había pensado que eran un poco sosos. Quería añadirles algo que les diera personalidad (por mí, los hubiera forrado enteramente de glitter dorado, pero quizás hubiera sido pasarse...) sin que fuera permanente, y cuando vi los broches para los zapatos pensé: voilà!!

Y mirad, tenía casi-casi pedidos unos de ellos.

Pero no sé si van del todo con el estilo de mis zapatos, que son abiertos de la parte de los dedos, de piel y con un colorcito un poco oscuro...

Cuando fui a la primera prueba del vestido, observé que los zapatos no se me veían nada de nada. Ni siquiera al andar (el cancán siempre va por delante, impidiendo que la falda se meta entre las piernas). Fue entonces cuando me pregunte... ¿y merece la pena darle más vueltas? ¡los zapatos de novia no se ven!

Quien lleva unos Louboutin o unos Manolo Blahnik para su boda, supongo que lo hará para tenerlos de fondo de armario porque lucirlos ese día, poco. A no ser que te levantes el vestido y te eches una de estas fotos que tan de moda están entre los fotógrafos de boda, los zapatos es que no se lucen nada nada.


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La principal misión de los tacones altos, creo yo, es subir centímetros a las novias bajitas como yo. Así que cuanto más cómodos y más discretos puedan ser, mejor. De todas formas, por todas es sabido que las novias raramente terminan el día de su boda con los zapatos con que lo empezaron; se recurre a las clásicas cuñas de color blanco que son comodísimas...

¿Y dónde quiero ir a parar, después de estas observaciones que todas sabéis...? Pues que cuando a una le quedan DÍAS para su boda, todo empieza a clarificarse y ve cuáles son las cosas que realmente tienen sentido. ¿Y por qué digo esto? Porque cuando quedan seis meses para tu boda, por ejemplo, haces una lista enorme de cosas que te gustaría tener y que te parecen imprescindibles: unos zapatos de novia muy bonitos y de color para tenerlos de fondo de armario, una percha personalizada para colgar el traje de novia, unas copas especiales para el brindis, un libro de firmas molón, una lámina con vuestros dos nombres, un perfume nuevo, iniciales de novios (para una sesión preboda, por ejemplo), pomperos para la salida de la iglesia, mil y un artículos para decorar el espacio de celebración y el lugar del convite, etc, etc.


Percha personalizada, via

Pompas a la salida de la iglesia, en vez de arroz via

Es decir, al principio es fácil quererlo TODO, todo lo que vemos en los blogs, en las revistas, en los catálogos. Todo lo que está inventado en cuestión de bodas. Y tienes una idea clarísima de cómo han de ser los complementos: los pendientes, de perlas; el ramo, de peonías; los zapatos, de firma y dorados... Ya expliqué alguna vez que casi todas mis opciones previas se habían incumplido finalmente :)

Pero luego te das cuenta que no es necesario tenerlo todo, sino elegir lo que más te gusta, o lo que tienes más a mano, lo que encuentras. Yo encontré unos zapatos cómodos, bonitos y baratos; iba con mis padres y mi hermana y a todos nos pareció bien. No llevar los zapatos de firma que siempre soñé para "ese día tan especial" no va a suponer ningún cambio sustancial ni en mi look nupcial (que no chicas, que los zapatos no se ven, seriously) ni en mis sentimientos. Ya me los compraré en otra ocasión, habrá muchos más días señalados en mi vida en los que estrenar cosas preciosas.

Del mismo modo, no necesito tener globos dorados para decorar el exterior del restaurante (era nuestra idea inicial), ni mariposas de papel para las copas de los invitados con sus nombres, ni un tocado "de alta costura" (me habría encantado sustituirlo por el velo en el baile), ni que todos y cada uno de los accesorios sea personalizado y diferente. No, no necesitamos tanto... Tanto mi novio como yo, ya hemos elegido suficientes cosas para hacer que nuestra boda sea tal y como la imaginábamos: convencional pero diferente, con muchos detalles, distinta en cuanto al menú y la decoración, con una ceremonia muy cuidada y personalizada y los momentos emotivos justos después del banquete.

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(Creo que dentro de poco voy a dedicar un post no a lo que me he dejado en el tintero, sino a los detalles que hemos elegido para nuestra boda, por si os sirve de inspiración)

Así que bloggers, futuras novias, casadas... Preparar una boda es algo maravilloso, es sumergirte en un mundo de fantasía horas y horas, y al principio queremos tenerlo todo, y comprarlo todo, y que cada mínimo detalle sea especial y diferente... Pero todo no se puede. Y además, es necesario dejar una buena parte de energía para lo que en realidad es más importante: estar serenos, enamorados, felices y relajados para ese día.

Sirva como idea final lo que me dijo el sacerdote cuando le comenté la posibilidad de poner música de fondo de piano durante el momento de nuestros votos: "no, yo no lo aconsejo en absoluto; lo que os vais a decir es muchísimo más hermoso que cualquier música".

Y es que hay cosas que son tan bellas que no hace falta adornarlas ¿verdad?

8 comentarios:

  1. Me parece que el día que tenga que casarme seré una de estas de LO QUIERO TODO! Y mira que tengo millones de ideas dentro de mi cabezita... però supongo que tienes razón... Al final acabaré desechando más de la mitad! xD Tengo ganas de ver las cosas con las que te has quedado al final! :)
    Por cierto, no sé si es cuestión de telepatía o que, pero mi post de mañana es sobre zapatos... xD
    Besos!

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  2. Nena, yo quiero sabes los detalles que habeis elegido, comenzando por sesiones de fotos pre-boda o post-boda, siguiendo por lecturas, continuando por flores y decoracion, siguiendo por maquillaje y peluqueria, photocall, detalles de invitados, invitaciones... hay mucho que contar!!
    Avisanos que finde te casas, que se te echara bastante de menos por aqui!!
    un beso

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  3. Lady, ¡si yo era igual! Quería todo-todo-todo. Pero luego el tiempo sirve de filtro... (bueno, el tiempo y el dinero disponible, jeje). Las cosas que te gustan caen por su propio peso y las demás, se van volando discretamente.

    Dutti, ¡pues claro que sí! Tengo pendiente un post con todos mis detallicos, lo que no sé es si antes de la boda o después!! (no sabes el secretismo que llevo con los detalles de mi boda, ¡es que no suelto prenda de nada!) Ya me queda bien poquito para el día B: este finde no, ni el siguiente, pero el siguiente SÍ ;P

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  4. Yo también tengo ganas de saber con lo que te has quedado.
    Y es cierto que se pueden hacer multitud de cosas para una boda, pero lo que no puedes perder nunca de vista es lo que tú quieres para ti, y como bien dices al final te das cuenta de lo que realmente es importante. Eso sí te aconsejo que no te quedes con ganas de nada, aún tienes tiempo si se te queda algo en el tintero ;)

    Besos!!!

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  5. qué dilema tendré yo con los zapatos. Elegiré un tazonazo de vértigo porque soy muy bajita asi que seguro que tengo que dar mil vueltas para encontrar un zapato cómo, bonito y con tazonazo... no sabía lo de las cuñas blancas pero qué buena idea!

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  6. cómo no, quería decir cómodo! jeje

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  7. no puedo estar mas de acuerdo con todo!!!!

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  8. Tienes toda la razón, especialmente que no se puede tener todo y lo de los zapatos de firma. Los míos los encontré en rebajas y quedaron preciosos. Lo más importante es que te quedan 21 días!

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