aún es posible comprar cosas chulas (y baratas) al margen de la red :-)
Vale, es algo bastante obvio, pero creo que a las bloggers no nos viene mal recordarlo.
Hasta el momento he hecho un par de compras por Etsy (me contengo porque siento que he de hacer mi pequeña contribución y consumir productos españoles en estos momentos, más que extranjeros). He pedido mis detalles para invitados y los alfileres a través de Internet, pequeños proveedores que conocí bloggeando y cuyos productos me enamoraron. También la figura de la tarta, y el libro de firmas... Y también las invitaciones.
Y creo que ya es suficiente.
Dejo el resto de las cosas para las pequeñas tiendas de mi pueblo, de la ciudad donde trabajo, y de la ciudad donde vive mi novio (cuyas tiendas me encanta patear, mientras él trabaja, y yo espero que salga; adoro que el camino de vuelta del curro de mi novio me pille en la calle, porque así decidimos reencontrarnos por el centro y tomarnos una cañita, o dos). Comprar en la vida 1.0 permite que nos aireemos (sentir la lluvia, el frío, el sol), que toquemos los productos, que hablemos con los dependientes y que hagamos un poco de ejercicio.
El mundo 2.0 nos dá libertad, nos permite ver sin compromisos, comprar productos de la otra punta del país (o del mundo) y contactar por mail con distintos proveedores. No son mundos excluyentes, sino que se complementan. Ambos son necesarios. Yo ya me he aprovechado de uno (las compras a través de Internet), ahora estoy viendo las delicias del otro.
Reflexionando un poco sobre las compras y el consumo en general, me digo que cuanto más crezco, más creo en los productos artesanos, o de calidad (si esto significa caro, pues bueno), o producidos en el entorno, y ojalá que hubiese un sello que atestiguase que un artículo es producido bajo unas condiciones laborales y medioambientales adecuadas, porque en este caso podría decidir mis compras más responsablemente. Es decir, me gustaría ser una consumidora más responsable, pero ¡falta información por todos lados!
Creo en el pequeño comercio, alejado de las grandes marcas. Cada vez me dá más repelús comprar algo en cuya etiqueta pone "made in China" o "made in Corea" pero es que ¡es tan difícil no encontrarlo! Y por supuesto, me producen pequeños espasmos todos esos productos que van a acabar en el cubo de la basura porque se romperán a los pocos días (una vez compré una grapadora cuya vida útil fue de media hora) o porque los hemos comprado "para salir del paso" y sólo les encontraremos utilidad una vez en nuestra vida (¿no os suena...? La cestita de 2 euros que compramos para el arroz, por ejemplo, y que luego tiramos porque estamos hartas de verla por casa).
Kat MacLeod via Jacky Winter |
Creo en el consumo responsable. Creo en reciclar las cosas. Y creo que es una barbaridad que los gobiernos no promulguen leyes que obliguen a los fabricantes a sumar el coste del tratamiento de los residuos a sus productos. Todos esos productos malos, de plástico, tan baratos y por ello tan apetecibles, que acaban engrosando unas montañas de residuos monumentales... me dan alergia.
Es una barbaridad medioambiental consumir muchos productos con una vida útil tan corta que hacen que haya que desecharlos al poco tiempo (para comprar otros claro está), ya sea una camiseta que se vuelve inservible a los tres meses o una grapadora que se rompe al primer uso. Es una barbaridad las montañas de residuos (y no reciclables) que estamos creando en el primer mundo ¿¿no nos damos cuenta?? (please, please, que en la próxima boda no me den algo inútil de lo que me tenga que deshacer con rapidez, porque no sé si seré capaz de tirarlo sin sentir cargo de conciencia...)
Creo en que los consumidores, con su comportamiento, pueden cambiar todo esto. Nos quejamos de los mercados, de las multinacionales, como si fueran una cosa ajena a nosotros. Y lo cierto es que participamos en la dinámica de estos mismos mercados, o de estas mismas multinacionales.
En fin, este es un blog convencional de bodas convencionales, pero no veáis las ganas que tenía de decir todo esto... Mañana más, y será de bodas, I promise :-)
jajaja qué eocologista estás hoy!la verdad es que tienes mucha razón, cuantísimas mierdas acumulamos en casa, baratejas y demás, pero por desgracia, todo lo que compramos en los grandes comercios están hechos en lugares donde la mano de obra es muy barata, por desgracia en España no es cara porque paguen mucho (al revés), sino que hay poca productividad y tienen que ir a otros países a explotarlos en unas condiciones pésimas...hay muchísimasa stiendas españolas que tienen productos españoles y a buenos precios, Toledo es una de esas ciudades...
ResponderEliminarUn besooo a ver que nos cuentas mañana que me gusta que nos cuentes tus preparaciones bodiles1cuéntanso tu viaje de novios andaaa
Yo hoy he hecho un post sobre bodas íntimas en el campo...
http://quierescasartecnmg.blogspot.com/2012/03/deco-ideas-para-una-boda-intima-en-el.html
Jajaja, pues sí, estoy muy ecologista últimamente (y cuando digo últimamente, hablo de hace algunos meses...) y hoy ya, tenía que explotar. Me gustaría que con la crisis saliésemos de esta espiral de acumulación, consumo absurdo y del "todo a 100" que genera tanta basura... Mira, Toledo es una ciudad que me encanta, y a la que voy casi todos los años a visitar a algunos amigos, ¡me fijaré en sus tiendas la próxima vez!
ResponderEliminarMañana preparación bodil, of course!! :)
Hay muchas cosas que se podrían evitar y que no se hace nada....ainss la verdad que da un poco de rabia.
ResponderEliminarMañana preparación bodil?!!! Biennnnnn
Hola! Acabo de conocer tu blog a través de "Sencillamente una boda". Muy bueno el post, estoy completamente de acuerdo con tus reflexiones sobre el consumismo. Aunque reconozco que es muy difícil, el primer paso es este, ser críticos. Hace unos días publique yo un post sobre esto que puede que te interese:
ResponderEliminarhttp://merimeryblog.blogspot.com/2012/02/liebster-blog.html
te animo a que lo veas y me cuentes!! Besitos.. sigo viendo el resto de tu blog!