Consejos para un matrimonio perfecto

Hoy tenía muchas ganas de escribir, muchas cosas en la cabeza, muchas ideas para nuevos posts (de bodas, de autodisciplina, de decoración), y al final resulta que abro el editor de texto y decido que en realidad no me apetece traducir en palabras nada de esto...

Seguro que a todas las blogger os ha pasado esto alguna vez: la idea revolotea por vuestra cabeza pero a la hora de escribir se resiste, se bloquea. Mi remedio para esto es apuntar todos esos temas posibles en una libreta y acudir a ellos cuando me apetezca, cuando sea el momento indicado (que lo sabré).

Porque lo que mi mente y mis sentimientos me piden escribir hoy es otra cosa distinta. No de zapatos de novia, de desarrollo personal, de orden en la casa, de ramos hermosos. El cuerpo me pide escribir sobre amor de pareja y matrimonio. Hace mucho que no se habla de amor en este blog...

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Ya he repetido en muchas ocasiones la importancia de pararse de cuando en cuando, mientras dura el proceso de organización de una boda, a revisar lo esencial: que el fin de toda boda es el comienzo de un matrimonio, que puede ser una fuente enriquecedora de alegría o todo un sufrimiento. Ya comenté alguna vez los sentimientos ambivalentes que me despertaban esas bodas de ensueño que había dado paso a un matrimonio que no había durado ni seis meses...

Para todas: las novias, las casadas, las que viven con su pareja, las que están solteras pero les gustaría encontrar a alguien para compartir su vida, os lanzo una pregunta atrevida y difícil:

¿Cuál diríais que es el consejo para un matrimonio perfecto?

A mí lo primero que se me viene a la cabeza es que es difícil encontrar un consejo universal, y que la idea de un matrimonio "perfecto" es una quimera, como todo lo perfecto. No obstante, y a pesar de que llevo poco tiempo viviendo por mi marido, creo que poco a poco voy encontrando pequeñas lecciones o perlas de sabiduría que aún no sabría clarificar muy bien. Es esa sensación rara de saber que estás aprendiendo sobre algo, pero que aún no puedes expresar en palabras, porque no lo tienes tan claro. Aún así, voy a intentarlo, a ver qué sale...

Novios perfectos, ¿lo serán cuando acabe ese día especial...?

La idea sobre un matrimonio sano (que no perfecto) que tengo en mente, es que la relación debe tener una doble característica: por un lado, cada uno de los miembros ha de reservar parte de su individualidad, pero por otro, ambos deben construir algo en común que no tienen separados. Así, en un matrimonio habría como tres personas o partes: los dos miembros de la pareja, más la parte que construyen en común.

Por ejemplo, yo tengo mis amistades y tú las tuyas, pero también tenemos amigos en común con los que quedamos como pareja, y no separados. O yo tengo este hobbie y tú tienes el tuyo, pero ambos compartimos una pasión (por ejemplo, ir a clases de baile) que no hacemos cada uno por separado. Creo que es un equilibrio muy adecuado para una pareja saber que hay zonas en las que cada uno se desenvuelve individualmente, y otras en las que se necesitan los dos miembros.

Por otro lado, yo diría que un consejo infalible no solamente para las relaciones de pareja sino para cualquier relación humana, es aprender a mirar al otro. Y mirar al otro no es idealizarlo, o ver en él las proyecciones de nuestros deseos, sino verlo tal y como es. Conocerlo. Saber qué le gusta, qué quiere, qué espera de la vida. Cuáles eran sus sueños de adolescente. Quiénes han sido sus mejores amigos.




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A mí particularmente me sorprende muchísimo la cantidad de parejas que no hablan de nada o sólo de cosas insustanciales, que no comparten sus anhelos, o que llevan vidas prácticamente divergentes (y sólo se juntan para comer y dormir juntos). Que uno de los dos lo está pasando mal y el otro está tan absorto en sí mismo que no sabe reconocerlo... Yo pensaba que estas parejas irreales y frías no existían, pero sí que las hay, más frecuentemente de lo que parece.

Por supuesto, es difícil salir de nuestro narcisismo natural y entrar en el terreno del otro, pero no es imposible. Basta con preguntar sinceramente a nuestra pareja ¿cómo estás? y esperar su respuesta aunque se demore unos minutos. Basta con apartar un momento nuestra mirada del monitor del ordenador o de la televisión y fijarla en la suya.



Como tercer consejillo, yo apuntaría el cariño físico. Conectar a nivel intelectual y personal está muy bien, pero no sé si será que yo soy muy emocional, pero no concibo una relación sin besos, abrazos, carantoñas o cualquier otro tipo de caricia o mimo. Esto no implica estar todo el día pegados, pero sí tener algún gesto de este tipo de cuando en cuando. Creo que los seres humanos no podemos vivir sin este tipo de cariño, y el que pueda, quizás sea que simplemente se ha acostumbrado a ese desierto de la falta de afectividad...

Ternura mañanera, ummmmm.... mement0vivere.tumblr.com/

Y ahora llega el momento en que yo me callo y pregunto, y espero vuestras ardientes y originales respuestas, ¿cuál creéis que es el consejo o los consejos para un matrimonio digamos "de ensueño"? ¿No es eso lo que se persigue al final tras todas la bodas? ¿No es acaso más importante este tipo de consejos que el de cómo maquillarte y que no se te corra el perfilador del ojo en diez horas (que por cierto, si alguna lo sabéis, decídmelo también, jejeje)?

¡Buena semana!