A raíz del post, surgió un debate bastante interesante en los comentarios, y que a mí, al menos, me hizo pensar. Por mi parte, es estimulante que en los comentarios se aprecien distintos puntos de vista: tanto las que me "dais la razón" porque habéis experimentado todos estos sentimientos, como las que los veis un poco propios de novias neuróticas :)
Como ya he dicho alguna vez, a todas las que comentáis os agradezco mucho que me hagáis pensar. Que me pongáis un poco al límite de mis ideas. Durante todos estos días he tenido una pregunta flotando delante de mí...
¿Le damos "demasiadas vueltas" a todo lo que rodea a las boda? ¿Nos damos las novias demasiada importancia? ¿Por qué? ¿Son los sentimientos demasiado extremos?
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Yo por mi parte, os apunto algunas conclusiones a las que he llegado después de "dejar reposar" estas preguntas en mi mente.
Por un lado, creo que la mayoría estaréis de acuerdo en que las bodas son un asunto que especialmente a las mujeres a veces nos saca de quicio. No sé si será porque desde pequeñitas sucumbimos a la fantasía romántica de ser princesas por un día, o simplemente porque a las mujeres nos encantan los vestidos bonitos, lo sentimental y los lugares de ensueño. Pero es cierto que en la mayoría de los casos nos damos a los excesos. Nos preocupamos demasiado, nos estresamos, vemos problemas donde realmente no los hay. Y atención, preocuparse demasiado por una boda no implica para nada que ésta sea original, diferente o personalizada.
Desde este blog, yo quería hacer un alegato por las bodas personalizadas. Una boda "en serie" no tiene menos preocupaciones que una boda preparada con cariño. Pasarse días o semanas pensando en la manicura o en los ínfimos detalles del vestido es, en mi opinión, mucho menos productivo que pasarse ese tiempo pensando sorpresas y cosas guays para los invitados y la ceremonia.
Pero desde el deseo sincero de hacer una boda personal y bonita a la locura en que puede convertirse... hay un abismo. Por otro lado, es cierto que en los blogs y las revistas salen unas bodas fantásticas, pero muchas veces las novias que miramos esas cosas no nos damos cuenta de dos cosas importantísimas: 1) que estas bodas tienen un presupuesto que quizás nosotras no podemos o queremos manejar, así de sencillo y 2) vemos estas bodas a través de la pericia y habilidad del fotógrafo pero ¿hemos acudido a ellas? ¿sabemos si los novios estaban enamoradísimos, si hubo algún contratiempo, si algo salió mal, si los invitados se lo pasaron bien, o si la preparación de la boda fue terriblemente estresante? Naturalmente, en los reportajes nos van a enseñar lo que quieren que veamos, pero puede que no la realidad. A veces esas novias guapísimas no son más que novias estiradas, si las miramos bien; o estas bodas de ensueño no son más que bodas sin alma si rascamos un poco.
Por todo esto, muchas estaréis conformes conmigo en que las novias a veces pecamos de neuróticas y de exceso de preocupación de cosas que, aunque en el momento nos parecen importantísimas, pasado el día de la boda nos parecen francamente inútiles. No obstante, yo os digo que realmente mantener un estado de ánimo racional y equilibrado durante toda la preparación de la boda es tarea imposible. Somos mujeres, estamos nerviosas por nuestra boda, y a veces nos vamos al extremo neurótico. No pasa absolutamente nada si lo reconocemos y pasado el "momento histérico" sabemos reirnos de ello.
Mujer... alegra esa cara que te vas a casar... XD via |
Por tanto, "lo que no se dice" número uno sería precisamente esto: a veces somos novias superficiales e insufribles, preocupadas por los detalles más absurdos, pero siempre que sepamos verlo NO PASA ABSOLUTAMENTE NADA. Sí, yo soy de las que he pasado tardes enteras mirando figuritas de la tarta de novios. Mientras lo hacía, sabía que era más por mi extraño placer de mirar cosas que por la trascendencia de la decisión. Hoy, que soy una novia desintoxicada, sé reconocerlo sin problemas, pero en su día no lo hubiera hecho así de alegremente ante mis amigas, jeje.
Por otro lado, muchas de las cosas que comentaba en mi anterior post, y que a algunas os parecieron exageradas, realmente no dependen estrictamente de nosotras.
Es decir, a mí me hubiera parecido perfecto disfrutar de los preparativos de la boda sin conflictos con mis familiares o con mi pareja. Pero no fue así. Y generalmente no lo es. Conozco pocos casos en que no haya habido disgustos con las familias propias o las políticas porque estas querían imponer los gustos, o porque han criticado sin delicadeza las decisiones de los novios. Y son pocos casos porque las familias no son perfectas, y las bodas (especialmente cuando son la primera de una familia, como fue mi caso) son circunstancias muy familiares, y de las que no se tiene experiencia. Y es fácil que surjan estos conflictos.
Quizás para algunas sea exagerado mi dolor y mis sentimientos de decepción con mis seres allegados, o con mi pareja, pero yo realmente los experimenté. Y no soy una persona dada a hablar con exageraciones de mis sentimientos. Cuando estás preparando una boda, y entre los novios surge una discusión, estás tan sensible a todo lo que tenga que ver con el tema "pareja" que esa discusión te parece una mala señal, un mal augurio.
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Bueno, os puedo decir que diez meses después de casada aún seguimos teniendo alguna bronca de vez en cuando, y aquí seguimos, enamorados y juntos. Pero joer, cómo duelen y cómo desestabilizan a veces estos problemas... Pero claro, mejor no decirlo y parecer la eterna pareja perfecta a todos los demás.
Por último, dos de los sentimientos que a mí más me sorprendieron pasada la boda son la decepción de que las cosas no fueran como en mi sueños y el vacío del día después. Del primero, poco más tengo que decir. Realmente es mucho mejor no experimentarlo, y que los proveedores se comporten como deben (lo cual no se puede controlar), y las familias se comporten como deben (tampoco se puede controlar), y no haya ningún imprevisto serio. Pero el vacío del día después de la boda... puede se más ligero o más desagarrador, pero es cierto que el día después de la boda es muy, muy raro. Tanto para los novios como para las familias. Es un día de esos agridulces, en que las personas que han venido de lejos se despiden, las casas de los novios que eran un hervidero de nervios y preparativos parecen quedarse vacías, y toca guardar todos esos trajes y complementos maravillosos para nunca más o para dentro de mucho tiempo. Es raro, es un poco melancólico. Fue un sentimiento nuevo para mí y para mi familia. Y del que apenas he oído hablar, y simplemente por eso lo expresé. Por supuesto, hoy por hoy lo tengo totalmente superado, pero si alguien me preguntara cómo es ese día después, no tendría reparos en contárselo. Sin duda, lo mejor del día después de la boda ¡es el viaje que está por venir!
Como véis, un post denso para ser domingo, pero en el que creo que he reflejado parcialmente todas estas inquietudes que quedaron pendientes tras el post anterior.
A las novias, mis queridas novias, las que os casaréis dentro de poco...
No os comáis demasiado la cabeza. Y cada una de vosotras sabe cuanto es "demasiado". Muchas veces lo más bonito o lo perfecto no es lo que se lleva buscando y pensando en ello durante meses, sino lo que simplemente aparece y sabemos reconocerlo. No busquéis el día perfecto, el día más feliz de vuestra vida. Es triste que el día más feliz de vuestra vida se acabe en vuestra juventud ¿no? (post muy recomendable sobre esto). Mantened el equilibrio entre disfrutar de los preparativos de la boda y que éstos os superen. Y si os pasáis de la raya, sabed reconocerlo y reíros de ello.
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A las casadas, mis queridísimas casadas...
Recordad que los preparativos y el día de la boda en parte han sido una prueba iniciática. De la que seguro, segurísimo, habéis aprendido algo. Y que fue una fiesta bonita, pero que lo importante es lo que os acompaña día a día: el matrimonio. No sintáis nostalgia del pasado, pero si la sentís, llorad o escribid sobre ello, dejad que salga. De nada sirve hacerse las fuertes y decir que "nada me importó, todo salió genial, y volvería a repetir el día sin cambiar nada" si en realidad no fue así. Habladlo con vuestra pareja o amigos y fundíos en un largo abrazo.
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Un beso a todas las que me leéis. ¡Feliz noche de domingo!
Para quejas, halagos o reclamaciones, por favor diríjanse a los comentarios, ya sabéis cuanto me gustan :D
Es una parte de las bodas de la que nunca se suele hablar... me ha gustado muchisimo leer estos sentiemientos que expones desde luego interesantisimos y que dejan ver una parte que ninguna novia creo que por hacerse la fuerte como tu bien dices, nunca llegaria a reconocer, las cosas salen bien cuando no esperas que sean perfectas... simplemente esperar que sucedan... besos muy buen post
ResponderEliminarMe alegra que hayas logrado tomar distancia y seas capaz de compartir tus sentimientos en un post como este. Seguramente ayude a muchas chicas :)
ResponderEliminarEn mi opinión no hay que obsesionarse con la boda, no tiene que ser el dia mas feliz de tu vida, por qué? Tiene que ser un dia feliz, y es fantastico disfrutarlo, como tambien disfrutar su preparacion.
Controlar todo en una boda es imposible, lo mejor es asumirlo y dejarse llevar, como comenta Paula.
A m me encanto mi boda, sera porque no le daba tanta importancia...
Paula, me alegra que te guste el post, creo adivinar que no te has casado, así que espero que todas estas cosillas te ayuden en tu futura boda!
ResponderEliminarNoviazul, yo tampoco comparto que la boda sea el día más feliz (yo que me casé con 28 años, ¿significará entonces que nunca más en la vida voy a tener un día más feliz que este?). Espero pronto un post en tu blog contando algunas cositas de tu boda, o la posboda! :)
Muy bonito post. Creo que has sacado mucho partido de los comentarios y esta síntesis me parece muy sincera, con un equilibrio bonito y a la vez positiva.
ResponderEliminarAhora sí me siento una anónima representada!! :-) Pero yo no sabría explicarlo tan bien. Enhorabuena por tu talento.
Como siempre, ¡genial! Me parece muy interesante tu punto de vista y sobre todo me gusta poder leer algo diferente y definitivamente mucho más profundo de lo que estamos acostumbradas a ver en la gran mayoría de blogs de bodas.
ResponderEliminarAdemás estoy de acuerdo con todas vosotras con el hecho de que no hay que obsesionarse con que el día de la boda deba ser el más feliz de nuestras vidas! Seguramente será un día muy feliz y especial pero, como tu dices, somos jóvenes y, bajo mi punto de vista, este día ¡es sólo el principio de todo lo que nos queda por vivir juntos! (¿qué me decís entonces del día del nacimiento de un hijo...o de un nieto!!?)
No sé yo creo que no hace falta "clasificar" o hacer un ránking de los momentos de mayor felicidad de nuestra vida...Lo importante es disfrutarlos, vivirlos intensamente, ¡sin obsesionarnos porque todo salga perfecto!
Besos y sigue así, ¡haciéndonos reflexionar!
Sandra
Hola guapa
ResponderEliminarYo creo que lo importante del día de la boda es dejarse llevar, durante los preparativos cada pareja sabe lo que quiere y no quiere sobre ese día. Está claro que hay cosas que se escapan y no podemos controlar. De lo que se trata es de disfrutar y no pasarlo mal, o evitarlo en todo lo posible durante los preparativos y ese día que todo fluya.
Claro que no es el único día feliz de nuestra vida, evidentemente queda una vida por delante que estarán llenos de días felices igual que durante el pasado los ha habido también. No se trata que el día de la boda sea el "día más feliz de tu vida" literalmente. Yo al menos no me lo tomo de esa forma.
Cada novia y cada pareja es un mundo y lo que a uno le puede parecer fundamental para otra persona es una tonteria, no se puede clasificar ni en una boda ni en otras cosas que importa y que no, todo depende de la persona que lo esté viviendo.
Lo importante es que dentro de las posibilidades de cada uno se tenga lo que se quiere y pasarlo bien junto con los amigos y familiares.
¡Un besote!
Es un post tan sincero, que se agradece. Es cierto que las bodas que nos muestran venden lo que quieren (y más desde que se inventaron las wedding planner) y es más cierto aún que la única boda bonita es la personal, aquella en que los novios reflejan su personalidad, y para eso, hay que ser una pareja estable. Nosotros nos casamos en junio, y tras decidir que nos casábamos, decidimos que no lo diríamos a familia y amigos hasta que no estuviera todo mirado y apalabrado (ceremonia, cátering, etc) Así no dimos lugar a críticas y consejos, que por muy buena intención que lleven, molestan o agobian. Somos los primeros de nuestras familias en casarnos, y los primeros del grupo de amigos, y no es una boda convencional, ni yo vestiré como una novia convencional... Pero estamos disfrutando muchísimo preparando detalles, haciendo nosotros mismos la decoración, etc. Y creo también, como otras, que es muy triste pensar que va a ser el día más feliz de mi vida, si con una vida por delante ya no me espra nada mejor, menuda amargura, no? Creo que deberíamos aprender de nuestros padres, y preguntarles cómo fue su boda, y todos la recuerdan como algo más o menos sencillo y familiar, pero divertido... ninguna madre que se casó hace 30 años te habla de cómo le costó decidir un simple detalle del vestido, o el drama de no saber qué flores llevar en el ramo. Exageramos porque la industria que se ha creado en torno a las bodas las ha convertido en un teatro, en un día artificial, y quien haya estado en varias bodas coincidirá conmigo en que acaban resultando todas iguales, aunque la novia se haya dejado la piel por hacerla "diferente"
ResponderEliminarGemma, muchas gracias por tu comentario, me ha parecido valiente y muy completo.
ResponderEliminarRespecto a no decir a nadie que os casábais hasta tener todos los detalles atados... ¡¡chapeau!! Una decisión maravillosa y práctica.
Yo también hablé con mi madre y mis tías acerca de sus bodas, escribí un post al respecto en el que tengo exactamente esas mismas conclusiones que tú: http://www.unabodaconvencional.blogspot.com.es/2012/03/nostalgia.html
Espero que tu boda sea una gran fiesta, y sobre todo, el comienzo de una gran historia de amor como casado!!
Muy de acuerdo con Gemma, se ha convertido un poco en un teatro, donde cada uno interpreta el papel que le toca y donde al final acaban siendo todas las bodas prácticamente iguales (hasta el punto de que si no es alguien muy cercano no consigues acordarte de mucho y acabas confundiéndolas...) Y lo que dices de hablarlo con nuestras madres...o abuelas! Pues si, yo me acuerdo siempre de mi abuela que como "convite" invitó a todos a un chocolate con croisant...y me decía siempre "Qué quieres hija, no había para más!"
ResponderEliminarAhora eso no importa mucho, las parejas (y muchas familias también) se endeudan para pagar la "boda de sus sueños"... a mi me parece que se nos ha ido un poco de las manos, hemos perdido de vista el objetivo principal de la boda, que es la unión con la persona que hemos escogido para compartir nuestra vida, y damos más importancia a la celebración, a montar una mega fiesta, por todo lo alto... Y luego a lo mejor la pareja no llega a cumplir ni el año de casados...