Dentro de unos días haremos siete meses de casados. Mi primera sensación cuando lo pienso es: ¡¡¡uuuuoooooo!!! ¡¡
Pero qué rápido se pasa el tiempo, no puede serrrr!! ¡¡Más de medio año ya!!
Y es que sí, es verdad,
siempre tenemos la sensación de que el tiempo se pasa rápido, pero no sólo las recién casadas o las novias (que un día les quedan seis meses para su boda, y cuando se dan cuenta ya sólo restan unos días ¿no os ha pasado?), sino para todo el mundo en general. Hace ya casi siete meses que nos casamos, más de un año desde que comencé con esta etapa del blog y la preparación de la boda y me digo: ¿qué ha sido de todo este tiempo? ¿De verdad hace tanto? Y aunque este podría ser un post para reflexionar sobre el paso del tiempo, la necesidad de aprovechar los días, y la nostalgia de los días pasados, no va por ahí mi idea de hoy.
Lo que os quiero plantear a las casadas (y también a las que estáis a punto de hacerlo, porque ya os tocará) es...
¿¿celebráis los "aniver-meses"??
Supongo que nadie se plantea que el
aniversario de la boda es una fecha importante y especial, como puede serlo el aniversario de novios. De hecho, los distintos aniversarios reciben distintos nombres (algunos ciertamente cursis, la verdad): bodas de papel, bodas de algodón, bolas de plata, bolas de oro, etcétera etcétera. Al margen de que algunas personas piensen que
celebrar en fechas concretas es frívolo y tópico, que se puede celebrar cada día de la vida (planteamiento al que no le falta parte de razón), yo me digo que realmente las personas
necesitamos rituales, fechas concretas, puntos significativos del calendario. Por eso nos casamos, necesitamos un ceremonial público y compartido antes de comenzar lo que prevemos que será una nueva vida. Nos gusta aderezar los tránsitos cotidianos (un noviazgo, una boda, una graduación, un cambio de trabajo, el nacimiento de un hijo) con un ritual bonito, profundo, que nos guste, que podamos recordar. Y que asociemos a un día específico del calendario: el veintitantos de abril de 2.012 por ejemplo.
Y al igual que ocurre con nuestro cumpleaños (día especial por excelencia, celebramos ni más ni menos que hemos nacido y comenzado nuestra andadura por la vida), nos gusta saber que
hay un día en el calendario que nos recordará nuestro compromiso: el aniversario de boda.
La verdad que lo que "mola" de haber celebrado una boda, entre otras muchas cosas, es saber que tienes un día más dentro de los especiales del año
que antes no existía. Un día que será significativo para ti y para tu pareja. Un día compartido. El cumpleaños es individual, pero un aniversario de boda... es precisamente un recordatorio de la unión de dos personas. Además, una unión que no sólo es emotiva (como un aniversario de novios, o "la primera vez que hablamos" o "la primera vez que nos besamos") ¡sino que está registrada legalmente! Y por supuesto, está inscrita en las alianzas de boda, en los regalitos del día B y en varios sitios más.
Es decir, creo que tener un día significativo más en el calendario, un día que de hecho no es sólo para uno sino de la pareja, es algo guay :) Es tener una nueva excusa de hacer una fiesta, una actividad romántica o simplemente levantarte ese día y decir: "pues hace x años, este día me casé, qué cosas..."
Pero como nosotros aún no hemos cumplido nuestro primer aniversario,
algunos de estos meses de recién casados hemos decidido darnos un pequeño homenaje especial. Nada del otro mundo: salir a comer fuera (menús de 10 euros que cualquier trabajador puede permitirse), comprar una botellita de vino, o simplemente pasar la noche juntitos y a gusto. Cuando lo cuento, mis amigas me dicen que eso ya es "demasiado", que celebrar los aniver-meses roza un poco la cursilería. También me dicen que cuando voy a dejar de decir que soy "recién casada", que no podré pasar la vida en ese estado :)
Y yo respondo muy razonadamente que
hasta que no llegue el año, mi primer aniversario, voy a hacer las dos cosas:
a) decir que soy recién casada (joer, ¡si parece que fue ayer!) y
b) celebrar todos los meses el día de mi boda. Porque quiero, me apetece, y porque siento que un recordatorio o un motivo de celebración no hace daño. Al contrario, creo que a las personas nos vienen bien esos recordatorios, esas oportunidades
no para hacer algo forzosamente (si algún mes no se puede, no se puede) pero sí al menos
para plantearnos hacerlo.
Y más si es en una fecha que es
secretamente especial para la pareja. Me explico: si sales a cenar con tu pareja el día de San Valentín, incluso si no lo haces por celebrar ese día sino porque te apetece, todo el mundo achacará que queréis celebrar "vuestro amor". Si yo me voy con mi marido a cenar o a comer el día de nuestro aniversario, o le compro un regalito, o nos vamos de fin de semana,
digamos que nadie tiene por qué saber lo que celebramos. Es un secreto entre nosotros dos. Y ese punto cómplice e íntimo me encanta.
Nadie me va a felicitar cuando llegue al trabajo el día de mi aniversario, las personas conque me cruzo no tienen por qué saber o recordar que ese día es importante para mí. Pero sé que cuando llegue a casa, habrá una persona que me mirará y
estará pensando lo mismo que yo y que me dirá: felicidades, hoy es nuestro día. Creo que a veces simplemente basta eso, un simple "felicidades" o "enhorabuena" o "¿te acuerdas...?". Una complicidad compartida. Un motivo de celebración que no es de uno más que de otro, sino de los dos por igual. Y luego, si hay algún regalito, alguna cenita o algún plan romántico, mejor que mejor. :-)
Así que desde aquí os animo a celebrar o al menos recordar
los aniver-meses. Hasta que se cumpla un año de la boda y se pueda celebrar cada aniversario, ¿no son una buena alternativa? ¡Besos y feliz semana!
Todas las imágenes de esta novia preciosa (y con un puntito nostálgico)
via Green Wedding shoes