sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Menos es más?

Cuando se habla de bodas in, de bodas especiales, de bodas con mucho sentimiento, en la mayoría de los casos se refiere a celebraciones íntimas con pocos invitados, donde se puede dejar volar la imaginación hasta límites insospechados (por ejemplo, llevarte a todos los invitados a París, o a una isla griega para el evento, o incluso celebrarla en un barco).





The sweetest occasion

Las celebraciones íntimas son hermosas y mágicas, pero... ¿siempre?

Bueno, yo aquí quiero romper una lanza en favor de las bodas con más de doscientos invitados (tampoco quinientos, que no somos la Casa Real). ¿Es que las bodas numerosas no son especiales, personalizadas o divertidas? En muchas ocasiones menos es más, pero pensando en mi caso particular... estoy orgullosa de que más no sea menos. Y os cuento.

Mi boda (bueno nuestra boda, que luego mi chico me regaña porque hablo en singular, y es cierto que la boda es de ambos) no es pequeña. Calculo que seremos finalmente entre 250 y 300 invitados, contando abstenciones. Desde luego, si no ponemos límites a nuestros padres (y a nosotros mismos) la boda bien nos podría haber llegado a los cuatrocientos, o cuatrocientos y pico... Una exageración, ya. Creo que por este motivo el número final que pensamos tener me parece más que aceptable. Pero no sólo por eso: realmente esos doscientos y muchos invitados están relativamente "filtrados", son la gente que tenemos verdadera ilusión que esté en nuestra boda, o que queremos que acompañe a nuestros padres y hermanos (que ellos también merecen disfrutar y estar rodeados de sus más allegados, aunque no sean íntimos nuestros).

No sé si será que tengo cierto afán de protagonismo inconsciente (jijiji), o que realmente no me importa ser el centro de atención de X personas. He hecho alguna que otra conferencia en público y, aunque al principio es un poco cortante, al final te acabas acostumbrando a las miradas. Así que el hecho de estar rodeada de bastante gente el día de mi boda creo que no me va a cohibir, es más lo encuentro bastante divertido. Será una gran alegría para mí entrar a la iglesia y ver lleno hasta el último banco... O mirar y remirar modelitos de las invitadas, que serán muchas y variadas, durante la comida e intercambiar halagos... O estar en la barra libre y hablar con unos y con otros sin repetir invitados ¡porque habrá tantos!


via


Es decir, creo que las bodas numerosas también tienen un encanto especial, sobre todo si eres una persona extrovertida y que habitúa a estar en contacto con gente de muy distinto tipo, como es mi caso. Aparte de eso... calculo que en nuestra boda habrá más de cien personas con edades entre los 18 y los 30 años, lo que significa un ambiente festivo muy muy divertido... ¡¡al fin y al cabo, somos jóvenes, y nos gusta estar rodeados de nuestro cuadrillón de amigos!!

Y realmente, en cuanto a amigos, hemos invitado realmente a los que tienen ilusión por venir. Son tantos porque tanto mi novio como yo hemos cambiado de ambientes varias veces en la vida, por el trabajo y por los estudios, así que juntaremos:

- A los amigos del pueblo de toda la vida, con sus parejas, muchos de ellos compañeros de bodas por uno y otro lado.
- A los mejores amigos de nuestra etapa de estudiantes con los que, afortunadamente (y sobre todo en mi caso) coincidimos bastante.
- A los compañeros de trabajo más íntimos (nada de invitar a toda la empresa, si muchos estarán encantados de no recibir "la multa" de la boda)
- En mi caso, a mis antiguos compañeros de trabajo, que fueron tan buenos e hicimos una pandilla tan "guay" que nada me hace más ilusión que estén en mi día B.
- A nuestros primos y primas jóvenes; ya que tenemos familias tan prolíficas que hay personas numerosas de toda la horquilla de edades.
- A los amigos más íntimos de nuestros respectivos hermanos y hermanas. La verdad, ya que van a estar pringando en nuestro día (I'm sorry, necesito relegar en las chicas para un montón de cosas), al menos que estén verdaderamente "en su salsa" durante toda la boda. Sorprendentemente, a veces este tipo de gente resulta estar más ilusionada que personas más cercanas.



Así que, desde aquí, defiendo con alegría esas bodas numerosas llenas de gente joven y cercana. Porque una boda grande no tiene que ser impersonal, al contrario: tener muchos invitados también demuestra simplemente que hay mucha gente importante en tu vida, por unas razones o por otras. Lo verdaderamente importante es invitar a todos con cariño, reduciendo los formalismos y compromisos al mínimo, y mentalizarse en tener energía para atender a todos con una sonrisa, al menos un ratito (puesto que si te dá pereza tener un detalle con cada una de las personas de tu boda, entonces no las invites).

¿Y el resto de las chicas, qué pensáis?

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