lunes, 11 de febrero de 2013

MÁS autodisciplina. Una introducción.

Las que seguís el blog habitualmente o de vez en cuando, os habréis topado hace un mes con algunos post para nada relacionados con el contenido habitual: ni bodas, ni reflexiones de novia o casada, ni mis batallas diarias. Estos posts estaban dentro de lo que llamé mi operación autodisciplina y que fue mi primera toma de contacto con el que me he propuesto que sea mi propósito principal para este 2013: ser mucho más disciplinada y organizada.

Tras las diez lecciones de mis diez días consecutivos me han ido surgiendo muchas ideas paralelas, algunas fruto de la reflexión y otras fruto de la práctica, que quería desarrollar en algún momento. Y ese momento ha llegado. Me he propuesto a partir de ahora empezar la semana con un post de autodisciplina y desarrollo personal. Creo que estas pequeñas lecciones pueden venir bien a las novias obsesionadas con sus bodas, a las novias equilibradas, a las casadas que quieren emprender un nuevo objetivo o en general a las frikis que leen mi blog por uno u otro motivo ;-)

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Este 2013 ha entrado con mucha fuerza para mí. Algo dentro de mí sabe que es el año perfecto para renovarme, para ser valiente, para encontrarme a mí misma. No tengo una boda a la vista que preparar, ni en principio niños que vengan en camino y que exijan mi atención. Dispongo de un hogar donde me siento cómoda y tranquila, y por el momento cierta estabilidad económica que me permite estar tranquila sobre este punto. Por todo esto, tengo cierto convencimiento de que es un año ideal para alcanzar ciertos objetivos que llevo persiguiendo desde hace tiempo (la tesis, sobre todo).

Y sé que las habilidades que necesito desarrollar para hilar todo esto (mi desarrollo personal, mi trabajo) son precisamente estas: la disciplina, la organización y el pasar a la acción.

Si me preguntáis cómo me han ido las cosas después de mi operación autodisciplina, no sabría qué decir... Porque ha habido días buenos, muy buenos, y otros días en que francamente me faltaba aullar de desesperación. ¿Soy una persona menos postergadora y más disciplinada, pues? No, aún no. Pero en realidad es un error verlo de este modo. Porque la autodisciplina, la concentración o la fuerza de voluntad no son tipos de personalidad. Son habilidades que se tienen o no se tienen, y que como todas ellas, es preciso entrenar y mantener.

En mi caso, esta habilidad aún está en un grado bajo de desarrollo... Y puesto que las habilidades son cosas que cambian despacio, presumo que me llevará un tiempo hacer que se despleguen completamente. Pero no obstante, me gusta pensar que lo que sí estoy notando desde el primer día, es una mayor conciencia donde antes tenía los ojos cerrados.

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Empiezo a vislumbrar el por qué aplazo o no realizo las cosas. Empiezo a notar mis resistencias internas. Soy capaz de escuchar cuáles son las excusas que me doy a mí misma. Y cuando he tenido un día bueno, también sé los motivos.

Además, y aunque aún estoy en proceso de aprendizaje, empiezo a notar qué técnicas concretas me funcionan mejor, y cuáles no me surten efecto.

Desarrollar la habilidad de la autodisciplina es realmente igual que desarrollar la resistencia física, aprender un nuevo idioma o construir una relación afectiva. Todas esas cosas requieren tiempo, perseverancia y práctica. De nada sirve leer un post inspirador un día y olvidarse. Y de nada sirve tener la teoría grabada a fuego en la mente y no aplicarla al plano de lo real. Esto lo tengo claro, y espero que vosotras también. Por el mismo motivo, tampoco pasa nada si durante una temporada sentimos que nuestro rendimiento cae o fluctúa. Al igual que un idioma, el dejar de ejercitarlo un tiempo hará que seamos un poco más lentos la próxima vez que queramos hablarlo, pero realmente no se olvida todo lo aprendido.

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Tengo una lista de diez temas que me gustaría tratar las semanas siguientes. Pero antes de ponerme a ello me gustaría compartir con vosotras un pequeño ejercicio.

Antes de seguir hablando y proponiendo ideas y reflexiones nuevas, me gustaría pararme un momento y escribir de forma muy breve las ideas que se me han quedado retenidas de aquellos diez días de operación autodisciplina. Si vosotras también los hicisteis conmigo os invito (¿he dicho invito? ¡no, os exijo!) a hacerlo. No volváis a releer, no miréis apuntes. Simplemente coged una hoja y escribid lo que recordéis sobre vuestos miedos y la autodisciplina. Todo eso será lo que verdaderamente habéis aprendido. Poco o mucho, lo que viene a la mente en un momento, sin necesidad de hacer un enorme esfuerzo para recordar, es el verdadero punto de partida.

No sigáis leyendo, rellenad vuestra lista de anotaciones sobre lo que queráis (hábitos nocivos, falta de autodisciplina, postergaciónI y cuando terminéis, podéis leer cuál ha sido la mía. ¡Vamos, a qué esperáis para poneros a escribir! ;-P

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IDEA 1: Lo primero que me viene a la mente, es esa idea que acabo de especificar de que la disciplina es una habilidad que se puede desarrollar, no es un rasgo inherente de la personalidad que (¡oh, suerte!) nos ha tocado con el nacimiento o no. Las personas disciplinadas simplemente lo son porque se comportan y llevan a cabo sus elecciones con unos determinados procedimientos. No es necesario envidiarlas, podemos aprender de ellas.

IDEA 2: Cada uno ha de buscar y crear el método que mejor le funcione. Que seguramente será un compendio de muchas técnicas e ideas de muchos sitios diferentes. Yo no soy una gurú ni una experta en desarrollo personal, simplemente una joven en proceso de búsqueda y con ganas de mejorar, como muchas de vosotras. En este espacio compartiré mis ideas y las cosas que me funcionan. Pero si quieres cambiar, te diré que no hagas exactamente lo que yo digo. Innova, busca tu método, tus ejercicios.

IDEA 3: Lo importante es ACTUAR. Menos pensar y más actuar. Aunque esto implique hacerlo mal al principio. Cuando hablo de actuar hablo de cualquier cosa que implique un movimiento físico. Puede ser escribir, puede ser fregar los platos, dibujar, ir al gimnasio, hacer una manualidad, etc. Actuar no es leer un blog, leer un libro, pensar, charlar, ver la televisión o entretenernos con nuestros pensamientos. En mi caso, algo tan sencillo como recoger los platos, limpiarme los zapatos, o escribir en un documento de word, aunque no esté relacionado con mi objetivo principal (terminar mi tesis) me ayudan a activarme, a sentirme útil.

IDEA 4: El motivo de la pereza, la apatía o la languidez suelen ser los miedos. Al éxito, al fracaso, a la mediocridad, al rechazo de los demás. Es así de sorprendente o de extraño. ¿Qué no tienes miedo a nada? Míralo bien, porque si eres una persona a la que le paraliza el realizar ciertas tareas, probablemente tienes miedos y no lo sabes.



IDEA 5: Siempre, siempre, siempre es mejor saber. Saber la verdad. De ti, de tu vida, de tus circunstancias, de los comportamientos, pensamientos o sentimientos que no entiendes. A veces la verdad es dolorosa, o desestabilizante. Pero es el único camino duradero para avanzar.

IDEA 6: Hacer cosas incómodas o que no nos apetezcan forma parte de la vida. Lo importante es no maximizarlo. He aprendido que soy una persona a la que toda esa parafernalia que se asocia a las palabras "sacrificio" y esfuerzo me incomoda. Porque necesito ver junto a ellas las palabras alegría y bienestar. Y no, no hay nada de malo en ello. Se pueden conseguir objetivos teniendo momentos de disfrute.

IDEA 7: Aunque se puede ser disciplinado de muchas formas, hay algunos hábitos saludables que nos ayudan a ello: salir a respirar aire puro, hacer ejercicio, comer sano, una ducha revitalizante por las mañanas y un rato de risas en algún momento del día. (Ais, debo decir que de momento sigo pocos de estos)

IDEA 8: Soy buena a la hora de premiarme tras haber terminado ciertas cosas. Pero no tanto a la hora de prodigarme palabras de apoyo o alabanzas (¡bien hecho, objetivo cumplido!). Tengo que trabajar esto mucho más.

IDEA 9: Visualizar y poner por escrito la persona que quiero llegar a ser, mi día ideal, mi lista de acciones para completar, o mi lista de caprichillos que me voy a conceder, me ayudan a conseguir mis objetivos.

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IDEA 10: Conocer nuestra misión en la vida, la motivación que nos mueve desde lo más profundo, es un impulso maravilloso para practicar la autodisciplina. Precisamente mi objetivo para el año 2012 (además de planificar la boda y construir mi joven matrimonio) fue ese: encontrar mis talentos, justo el otro día estuve releyendo el post. Desde luego, en este año he avanzado mucho en conocer cómo quiero llevar mi vida y qué es lo que realmente me gusta hacer. A veces, simplemente no tenemos fuerza de voluntad porque no queremos llevar a cabo ciertas actividades que entran en contradicción con nuestros auténticos deseos. Es tan simple y tan complejo como esto. Así que, si aún no tienes claro qué esperas de la vida, cómo puedes contribuir a hacer de este mundo un lugar un poquito mejor, o cuál es tu sueño dorado, empieza también por aquí.

Y hasta aquí, mi lista de pequeñas cosas-ideas sobre autodisciplina. Si quieres un consejo para empezar a trabajar desde YA tu capacidad de organizarte mejor y ser lo que quieres llegar a ser, empieza a actuar, a CREAR y a moverte en este preciso momento. Cómprate una libreta, anota tus reflexiones, piensa con qué métodos trabajas más y mejor, haz eso que llevas postergando durante días... y hazlo ahora.

¡Saludos!

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P.D. ¿Cómo empezó todo esto...? Un uno de enero. Aquí.

2 comentarios:

  1. Vaya, en menuda operación estás metida. Me alegra que sientas que este es tu año y que va a ir todo bien, estoy segura que conseguirás lo que te propongas.

    ¡Besos!

    www.ideasparatuboda.net

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  2. Menudo post! Muy bueno.
    Mis 4 puntos:
    1. Me da miedo el fracaso y la mediocridad, y para evitarlo en vez de esforzarme, lo dejo y me digo "podría hacerlo perfectamente pero no me da la gana" Una especie de auto rebeldía. Quizás es mi forma de rebelarme, pero en la dirección equivocada.
    2. Me echo muchísimas broncas, me maltrato psicológicamente, y eso es contraproducente. En vez de eso debo reforzar los mensajes positivos y los premios.
    3. La disciplina (como su propio nombre dice) es algo que se aprende, se perfecciona. No soy perezosa, simplemente no quiero hacer ciertas cosas. Pero hay que madurar y aprender que hay cosas que hay que hacer sí o sí y que aunque el camino sea duro o no sea de nuestro agrado, el resultado merece la pena.
    4. Es importante que nuestras metas finales vayan estructuradas en pequeños pasos o etapas. Hay que valorar cada una de estas etapas, y no importa si nos venimos abajo, nos desanimamos, nos sentimos vencidos. Lo importante es levantarse y decir, “Sí, ayer tuve un mal día, pero hoy va a ser estupendo porque quiero que lo sea, y porque voy a centrarme en mis objetivos”.

    Saludos, Mamen.

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