viernes, 13 de enero de 2012

La paradoja de la elección

El año pasado disfrutaba de una tarde de finales de primavera en casa de unos amigos. Hablábamos, comentábamos cosas del trabajo y veíamos algunos vídeos del Youtube. Uno de ellos estaba titulado "the paradox of choice" (la paradoja de la elección).



Me pareció muy acertado en su momento, pero no había pensado en lo apropiado que puede resultar para las futuras novias que estén preparando su boda. Y es que en un momento, como el actual, en que hay una excesiva oferta de todo lo que podamos imaginar, elegir se hace sumamente difícil e incluso a veces, frustrante.

Y es que hay tanto donde elegir que a veces podemos bloquearnos. ¿Hasta qué punto hay que mirar y comparar? Con Internet, con cientos de proveedores, ¿es posible mirarlo todo, compararlo todo? Por otro lado está claro que, si queremos una boda personalizada y con mimo, no podemos escoger lo primero que veamos si no nos convence completamente.


Es un dilema para el que cada uno tiene su opinión particular. Y nunca hay que olvidar que el tiempo también es dinero (también tiene un precio, vamos). Mi consejo personal sería: "elige lo primero que te guste de verdad, que te encaje". Y una vez que hayas hecho esta elección... piensa que es la perfecta, y olvídate de lo demás.

En el vídeo que he mencionado (que podéis visualizar aquí) se trabaja la elección desde un punto de vista nuevo e interesante. El conferenciante habla en primer lugar sobre la libertad. La sociedad occidental cree que la felicidad es directamente proporcional a la libertad: si se otorga mayor libertad, habrá mayor bienestar general. Pero él apunta que no es así. Que no por cada vez mayores posibilidades de elección seremos cada vez más felices.


Un exceso de toma de decisiones puede bloquearnos. Paralizarnos. Y no sólo eso: el hecho de que haya demasiado donde elegir puede acarrear que nuestras expectativas sean demasiado altas. Inconscientemente pensamos: hay tanta variedad, que seguro que encuentro la opción perfecta. Pero ¿cuál es la opción perfecta? ¿Podemos determinarla entre doscientas opciones sin volvernos locos? Y así, en la práctica, aunque nos guste la opción elegida nos decepcionamos, porque no es tan "deslumbrante" como habíamos previsto al inicio.

¿No nos ocurre un poco de esto a todas la futuras novias, al principio? Decidir concienzudamente todos y cada uno de los aspectos de la boda puede llegar a ser sumamente estresante. NO se puede tardar un tiempo y energías infinitas en elegirlo todo. Podemos mirar, inspirarnos, comparar. Pero a la hora de la verdad (a la hora de adquirir algo, comprarlo) es más sano quedarnos con lo primero que nos guste realmente. Andar en una tienda y en otra, pedir presupuestos, comparar calidades, así un día y otro y para una cosa y para otra, nos llevaría primero a una sobresaturación, y segundo, a que nuestras expectativas no se vean del todo satisfechas porque "ya que te has esforzado tanto en buscar algo, tiene que ser perfecto, lo mejor". Y nada lo es.



En mi caso, y he mirado mucho, y he pateado virtualmente decenas de sitios, las decisiones importantes las he llevado a cabo de forma relativamente rápida y sin titubear. El vestido, en una tarde. Los zapatos y un accesorio para el pelo en otra tarde de compras. En cuanto a las invitaciones ya empezaba a titubear y a liarme, así que decidí encargar y pagar casi por impulso las primeras que me habían gustado de verdad. Las flores, las he contratado en la primera floristería a la que fui a pedir presupuesto (me convencieron sus condiciones y su forma de trabajar así que ¿para qué mirar más?) Y respecto a la música, igualmente hemos contratado a los primeros con los que hemos contactado, por el mismo motivo.

Para el restaurante, visitamos tres sitios distintos (después de haber descartado otros tantos cercanos porque no nos gustaban) y debo decir que nos liamos bastante. Cualquiera de los tres habría estado bien y comparar pros y contras de cada uno para decidirnos nos supuso un auténtico dolor de cabeza (además de desavenencias familiares). Al final hicimos caso a nuestro instinto y fuimos al primero que habíamos visto. En su momento nos gustó, correspondía a nuestras expectativas ¿por qué darle más vueltas?


No quiero dar aquí la impresión de que decido lo primero que encuentro y no dudo de nada, porque bien sabe mi novio y futuro marido lo que le he mareado con la boda y las veces que he cambiado de idea. En mi caso, antes de tomar cualquier decisión, necesito una fase "tormenta de ideas" interna en la que todo es posible y todo hay que evaluar. Pero a la hora de la verdad (a la hora de contratar, a la hora de comprar) me considero una persona decidida y que (hasta ahora) no ha mirado atrás: mis alianzas son las más bonitas del mundo, al igual que mi libro de firmas, mis complementos, mi tarta de bodas e incluso la figurita que pondremos arriba :)

Lo más difícil de una boda, la decisión más trascendental, es la de elegir al compañero que te acompaña al altar. Una vez que esto está hecho ¿no debe ser todo lo demás infinitamente más sencillo?

5 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo!! yo no sirvo para tirarme días y días mirando cosas...vimos 2 restaurantes, el que más nos gustó fue el primero y a la semana siguiente ya lo teníamos reservado...mi vestido lo compré en la primera tienda donde fui a probarme (eso sí, después de mirar millones de modelos por internet), me probé varios y el que más me gustó me lo quedé...creo que cuando eliges algo, lo eliges porque en realidad te gusta y te ha llamado la atención...no hace falta mirar en mil sitios si generalmente, al final, lo primero que te ha gustado es lo que se te queda en la cabeza y ya no encuentras nada que te guste más...(por lo menos es lo que me pasa a mi jeje). FELIZ VIERNES!!!

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  2. ¡Exactamente Bego! Al final, siempre volvemos a lo primero que vimos. Yo tengo una experiencia similar con los vestidos: vi miles por Internet, me probé como unos 10 en dos tiendas distintas... ¡y elegí el primero! No nos volvamos locas, es imposible elegir lo mejor entre cientos de miles de opciones. Fatiga y al final deja una sensación de desencanto...

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  3. Yo soy más de grises... Hay cosas cuya decisión ha ido rápida, y otras que se han hecho eternas.
    La casa que hemos alquilado, por ejemplo, había mirado tantas veces las fotos en la web, que me hubiera resultado decepcionante que no fuera lo que había imaginado. Cuando fuimos a verla, supe (nada más entrar por la puerta de la finca, que no de la casa) que era NUESTRA casa. Y lo mismo pasó con la empresa de catering: pregunté, me ofertaron, me pareció perfecto y cerramos el trato.
    Otra cosa fueron las invitaciones, que nos costó mucho encontrar ya que nos gustaban estilos diferentes. Cuando dimos con una que nos gustó a los dos, no miramos más. Hay cosas de mi “traje de novia” que también he mirado mucho, y lo mismo ha pasado con las alianzas, pero disfruté enormemente de ir de joyería en joyería, de preguntar, de informarme (que si interior confort, oro expandido, oro poroso, bla-bla-bla…), de probarme diferentes tipos de alianzas, incluidas las que no tenía en mente en un principio.
    Creo que dentro de lo que un@ quiere, hay que elegir, y para poder elegir hacen falta opciones.
    Ayer, sin ir más lejos, elegí una “capa” de pelito, para no helarme de frío el día de la boda. Busqué, busqué y busqué… no encontré exactamente lo que quería, pero sí algo que se aproxima. La he comprado “on-line”, osada de mí, así que espero que cumpla mis expectativas.

    Besos :-)

    M.

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  4. Evidentemente, para elegir hacen falta opciones, y para estar satisfecho que esa opción que existe TE GUSTE. Pero el vídeo texto de lo que habla es: imagina que quieres esa estola o capa de pelo y en la misma tienda tienes 30 para elegir, algunas muy parecidas. Y a luego miras en otras tres páginas distintas, y ves precios y calidades diferentes ¿Con cuál te quedas? ¿Hay que comparar tooodas las opciones?. Si le das muchas vueltas, acabarás por volverte loca y al final, la que te lleves, no la vas a ver perfecta porque pensarás "si hubiera elegido una de las otras cien..."

    Ay, qué especial va a ser tu boda; y es que además me recuerda mucho a cosas que a mí me gustan (yo también quería estola de pelo, por cierto, pero para abril es exagerado)...

    Para mí las invitaciones fueron un punto dificilísimo, menos mal que ya están en casa, y hoy empiezo a entregarlas!

    Feliz finde y un besazo!

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  5. Para quien le interese: algunos links en castellano donde se habla de "la paradoja de la elección":

    http://www.baquia.com/posts/la-paradoja-de-la-eleccion-o-cuando-mas-es-menos

    http://www.emezeta.com/articulos/la-paradoja-de-la-eleccion#axzz1jWKYJVM8

    http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-por-que-mas-es-menos/664349/

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