lunes, 12 de marzo de 2012

Tras la primera prueba del vestido de novia

Toda boda empieza y acaba por un vestido de novia.


Cymbeline

Un buen día te piden en matrimonio, o lo decidís entre ambos, de cualquier manera acabas diciendo "nos casamos". Y aunque a partir de ese momento comienza una vorágine de cosas que mirar, decidir y preparar, en su cabecita y desde el primer momento, cada novia, deja un hueco muy especial para su vestido.

 Parece que nunca es suficiente el tiempo dedicado a ver vestidos y sus tipologías en Internet, en catálogos y en revistas. Incluso cuando ya has elegido el tuyo, y te lo has probado, no puedes resistir la tentación de abrir uno de esos hermosos catálogos y seguir comparando, soñando cómo quedarían esos vestidos hermosos en ti. Y si pasas por delante de un escaparate, la parada es obligada. Si vas con tu novio, te pregunta: "¿pero no tienes ya el vestido? ¿por qué sigues mirando..?" No entiende que esto se ha convertido en una pequeña adicción...



Sientes que eres "más novia que nunca" cuando ya tienes tu vestido. Hasta ese momento, te sientes como una "aprendiz de novia", pero cuando empiezas la dinámica de las pruebas de peinado, maquillaje y vestido, es cuando te sitúas mentalmente con más claridad en tu día B.

Y te imaginas ese día, que empieza, precisamente, mientras te arreglas. Todos los vídeos y los reportajes fotográficos empiezan con esas instantáneas: la de la novia con su vestido. Y después de todo el día, de todos los besos, y de todas las emociones, supongo que sientes que la boda acaba cuando, en la intimidad de tu habitación, te quitas un vestido que sabes que no te vas a volver a poner nunca más para una ocasión similar. Puede haber un reportaje post-boda, o puedes probarte el vestido en casa cuando sientas nostalgia. Pero ya no es lo mismo.

Así pues, el vestido de novia es algo que define ese día y los anteriores. Toda boda empieza y acaba con un vestido de novia...

Y yo, en la primera prueba del vestido (una vez que ya lo he elegido), he sentido un remolino de emociones muy diferentes, y que no esperaba. Desde que lo elegí, allá a mediados de septiembre, hasta la semana pasada, no me había vuelto a ver con el que será mi vestido. Cuando lo tuve probado en mí, me pregunté una vez más ¿es realmente este mi vestido? ¿no habrá algún otro vestido en otra parte que me quede mejor?

vestido de Cymbeline. Uno de mis favoritos

Esta última es una pregunta trampa. Por supuesto que, de los millones de vestidos de novia que se han creado, habrá cientos que se ajusten a mí, y muchos que seguramente me queden mejor que el vestido que yo he elegido .Pero naturalmente, no puedo recorrerme todas las tiendas del mundo, ni bucear entre todas las colecciones (todas sabemos que hay vestidos maravillosos que ya están descatalogados). Así que debo tener la tranquilidad de que, de los que me he probado, el mío es el que más me hizo sentir una novia. Si incluso aquélla vez tuve un ligero escalofrío cuando me vi con el vestido y el velo puesto. Sí, en ese momento pensé "este es mi vestido". Así que ahora no puedo tener dudas...

(Y por otro lado, el vestido empieza y acaba una boda, pero desde luego no hace la boda en su totalidad, y mucho menos influye en el matrimonio, así que hay que concederle su importancia relativa; es vital ir muy guapas y favorecidas, no lo es "llevar el mejor vestido de novia del mundo")



El resultado de la prueba fue confuso. Yo pensé que el vestido me quedaría completamente entallado y hecho a mi cuerpo y no fue así. Supongo que, aparte de que he adelgazado un poquito, en todas las tiendas de novia lo piden un poco mayor que el que corresponde a tus medidas (hacen bien, hay que curarse en salud). Y por otro lado, tuve que reestructurar completamente la parte de abajo de mi vestido. No me veía en absoluto con ella, no hacía más que decir "lo quiero más cerrado, no tan abierto" y la mujer de la tienda decía "pues todas las novias del mundo lo que quieren es más vuelo, más abertura; pero si tú no te ves así... pues lo cerramos".



Y después de dos horas de retoques al vestido (esto más subido, esto más ajustado, esto más suelto, esto lo quiero diferente), cuando todo él estaba revestido de alfileres de arriba abajo, por fin conseguí verme como yo quería... No fue tarea fácil, pero el resultado final fue satisfactorio.


Miguel Crespí


Salí de la tienda relativamente contenta, sabiendo que aunque había que hacer un arreglo importante, era lo que yo quería. Pero cuando llegué a casa y vi las fotos... tuve mi segunda decepción. ¿Ese es el vestido que tan bien me quedaba, según decían todos? ¿Y así estoy yo, tan blanca? (Estoy absolutamente decidida a darme rayos UVA desde esta semana, no me gusta el contraste de mi piel tan pálida con el blanco del vestido). ¿Y ese es mi aspecto...?

Huelga decir que iba sin maquillar, sin peinar... Y que las fotos que se sacan dentro de un probador de novias no tienen la mejor luz del mundo, ni tú estás en una pose especial, subida en esa tarima y rodeada de espejos. Así que supongo que el resultado final tiene que ser mucho más halagüeño... Y que las fotos de mi reportaje superarán con mucho a aquéllas en el probador (¡por dios, tiene que ser así!)

En fin, que tengo la segunda prueba del vestido en un mes. Espero que para entonces sea mucho más "mi vestido", que me vea más morenita, más guapa, más favorecida... y en definitiva, más segura de mí como novia.

7 comentarios:

  1. Yo tuve el viernes la prueba del vestido...pero me pasa lo contrario que a ti..en la tienda me veía muy rara..sobre todo con la parte de abajo del vestido, porque no estoy acostumbrada a llevar faldas...y menos de ese tipo jeje
    Pero al ver las fotos me veo muy bien...aunque también me estoy dando cuenta de que tienes razón...obviamente es importante estar y sentirse guapa ese día...pero creo que es más importante estar y sentirse feliz...y eso no sólo te lo da el vestido no?? gracias por tus posts!!!!

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  2. Pues sí, Bego, ¡te ocurrió lo contrario que a mí! ;) Y con las faldas parece que tenemos un problema, precisamente porque no estamos acostumbradas a vernos de esa forma...

    Y claro que el vestido es importante... pero la felicidad la dan muuchas otras cosas. Besitos!

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  3. en un mes porque ya es tu boda no?ya verás como te verás preciosa en tu día con vestido ajustado a tus necesidades,un vestido para ti.
    Con lo de mis vestidos....jajaj a nadie le gustan?jajajjaa a mi no me suele gustar mucho la pedrería, pero los encajes si, de todas formas es lo que te dices cuando vas a probártelo o no te gusta o es otro el vestido de tu vida...
    Espero sentir ese escalofrío con los vestidos que se lleven en el 2050 jajajajajajaj

    un besazooo

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  4. Dos cosas me vienen a la mente tras leer tu entrada de hoy...

    La primera: la lejanía desde la que lo leo. Me explico, hace un mes estaba en el mismo punto que tú, pero es increíble la distancia que mi mente ha tomado ante el tema "bodas". Te he leído y es como si hubiera pasado mucho tiempo desde mi boda (por dios! que sólo han pasado 16 días!!), y he sentido que "ya no va conmigo" :-O La verdad es que son sensaciones curiosas, estas que experimento ahora... Siento que ya he subido de nivel, respecto a la boda, y que mis miras son otras ahora. ¡Qué cosas! ¿verdad?

    Lo segundo, tiene mucho más que ver con tu post de hoy. No sé si habrás leído mi experiencia y sensaciones tras la primera prueba... Pensé: "dios mío!! Me he equivocado al diseñármelo yo, me he equivocado con la tela, me he equivocado con todo :-( No me vi nada favorecida (de hecho me vi horrible y con 20 quilos más :-(), ni sentí de lejos lo que esperaba sentir. Llegué a casa algo "chof", y esa noche me quedé dormida pasadas las 4:30 de la mañana, dándole vueltas a la cabeza. Llegué a la conclusión de que debía tener paciencia, y darle tiempo a la prenda para coger forma. La prueba de fuego real, sería la segunda prueba. Afortunadamente todo fue diferente ese día. La prenda parecía otra, y experimenté lo que quería, a pesar de que aún faltaba mucho para que la parte de arriba estuviera "perfecta". Me imaginé el conjunto, y supe que me sentiría "guapa", que es lo que necesitaba para brillar por dentro el día de mi boda. Independientemente de como te vean los demás, lo más importante es cómo ese vestido hace que te sientas tu: guapa, segura, preciosa en un día tan especial. Con todo eso en el bolsillo, tienes más de la mitad del camino recorrido. El maquillaje, el peinado y -sobre todo- la felicidad del momento harán el resto... Y de repente llega el día, y te peinas y maquillas, te vistes y estás -y te sientes- PRECIOSA. Y tu día se pone en marcha, y llegas junto al hombre al que AMAS, con la gente que os quiere, y desaparece el vestido, te olvidas de tu peinado y hasta de retocarte el maquillaje durante el día (recuerdo que sólo me retoqué los labios en el coche, camino de la Masía tras salir del Ayuntamiento. El resto, es un flotar constante en el que te olvidas de todo lo superfluo), porque la ESENCIA de ese día radica en cosas bien diferentes...

    Te hablo de la experiencia propia, que tal vez en tu caso sea diferente, ya me/nos contarás. Sea como sea, merece la pena ser vivido y SENTIDO :-)

    Estarás preciosa, incluso con tu piel blanca ;-) y será un día inolvidable, ya lo verás :-) Piensa en el conjunto, y no en las piezas sueltas :-)

    Un beso enorme,

    M.

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  5. M., pero qué comentario tan precioso!! Me has hecho sonreír... y me quedo pensando "dentro de un año, por ejemplo ¿tendrá alguna relevancia el resultado de esta prueba?"

    Tienes toda la razón, hay que pensar en el conjunto; qué más dá que no sea el vestido, peinado, maquillaje más perfecto del mundo, al final lo que es la novia es un conjunto, y en este conjunto la alegría y la ilusión, el brillo de los ojos, son cosas muy importantes.

    Me acuerdo perfectamente de tu experiencia de la primera prueba :) Voy a relajarme, y a darle una oportunidad a la segunda prueba, que será en cuatro semanas.

    Respecto a la distancia con el tema de las bodas... Sinceramente, me parece fenomenal. Si estuvieras sintiendo nostalgia, o pensando "esto pudo haber sido de esta manera y no de otra", no estarías disfrutando de esa NUEVA ETAPA tan apasionante que es ¡¡el inicio del matrimonio!! Hay que centrarse en cosas nuevas, nuevos proyectos... éso es lo sano. Eso sí, como te dije en el foro, quédate por aquí por lo menos hasta que yo me case ¡y pueda necesitar tus consejos! ;)

    Un besazo!!

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  6. ¡Qué miedo me ha dado leer tu entrada! Yo voy a mi primera prueba en diez días,y no hago nada más que darle vueltas a la cabeza. ¿Cómo me veré? Es que ya... ¡ni me acuerdo del vestido casi, desde septiembre que me lo compré! Además, los últimos cuatro meses han sido muy complicados para mí, no he podido pensar en la boda ni organizar absolutamente nada hasta esta semana, y me han entrado los nervios y agobios, claro.

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  7. Bueno, tú tranquila, para cada persona la prueba del vestido es un mundo. A lo mejor tú te ves guapísima y mejor de lo que recordabas en septiembre, ¿por qué no? :)

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