Autodisciplina. Día 7.

Los días anteriores he hablado maravillas de los cambios que se estaban produciendo en mí y lo disciplinada que me estoy volviendo. Hoy... me he levantado tarde, estoy dispersa, cansada, sin ganas de hacer nada de provecho... Encima Internet se me cuelga cada dos por tres, y yo lo necesito para trabajar, con lo cual mi nivel de distraimiento e interrupción de tareas está alcanzando límites insospechados...

La verdad que a mí me sorprende este cambio de ánimo, este cambio de actitud, esta cierta pereza que vuelve a mí otra vez, oh no... Pero supongo que hoy no es más que un pequeño mal día que todos sufrimos de vez en cuando. Y, como dice la creencia negativa que examinaré hoy, "NO DEBO SER PERFECTA"



Sí, precisamente el capítulo de hoy está dedicado a esta creencia, que es la que alimenta el miedo a la mediocridad (o su contrario, el perfeccionismo) del que hablé ampliamente en este post, por lo que no me detendré mucho en ella.

El perfeccionismo es un generador de ansiedad. Y además, nos impide pasar a la acción. Cada vez que nos decimos "debo ser perfecto" o "debo hacer esto perfectamente", nos estamos cargando una pesada mochila a nuestras espaldas.

Hay personas que dicen que está bien soñar con el perfeccionismo. Que el perseguir un imposible, nos hará superarnos y dar lo mejor de nosotros. Pero es tan fácil pasar del lado positivo de la visión de la perfección al negativo, que quizás es mejor no alimentar estos pensamientos.

El creer que debemos ser infalibles o que todo hemos de hacerlo perfectamente, es más un obstáculo que un refuerzo. Y lo cierto es que "la realidad de lograr algo es más satisfactoria que el sueño de hacerlo perfectamente". ¿Qué prefieres, tener una relación real con sus pros y sus contras, o soñar eternamente con una relación ideal (o sea, imposible) como la que ves en las películas? La respuesta obvia es preferir la realidad. Pero me temo que para muchas personas, es preferible una fantasía indolora, que vivir día a día una relación tal y como es.

Cuando analizamos a personas que han tenido éxito o suerte en la vida, más que reconocer en ellos una perfección o talento innatos, solemos encontrarnos con otra cualidad básica: la perseverancia. Es mucho más importante la capacidad de trabajar y esforzarse que el talento o inteligencia en sí. Ya sea para sacarse un título universitario, fundar una empresa, o tener éxito en las relaciones sociales. Sin la constancia, el talento no es nada, se esfuma sin dejar huella.

Graba en tu mente la siguiente afirmación:

"El perfeccionismo debilita la perseverancia. Y la perseverancia produce más logros que el talento, la inteligencia, o la suerte. En efecto, el camino al éxito está en la perseverancia."

El autor propone para educar nuestro subconsciente en la idea de que "no hay nada de malo si algo se hace imperfectamente", realizar durante unos días una tarea de forma mediocre. Aún estoy pensando de qué modo puedo llevar a cabo esta tarea...

Dejando este tema a un lado, la segunda parte del capítulo consiste en una herramienta positiva para estimular nuestra autodisciplina. Ayer hablaba de la visualización. Hoy esa herramienta es establecer un SISTEMA DE RECOMPENSAS.

Las pequeñas y las grandes recompensas, facilitan la consecución de nuestros objetivos porque identificamos el finalizar las tareas propuestas con una sensación agradable. Muchas veces podemos sentir reparo hacia premiarnos a nosotros mismos, porque podemos pensar que no lo merecemos, que es nuestro deber hacer las cosas y similares. En realidad,  y pensadlo sin caer en creencias absurdas, no hay nada de malo en concederse pequeños o grandes caprichos una vez que hemos cumplido con nuestras obligaciones o tareas. Cobramos por nuestro trabajo y no nos parece algo escandaloso. Nos dan un regalo y decimos gracias, nos hacen un favor y tenemos un detalle, o una persona nos dice algo bonito y le damos un beso o un abrazo. No hay motivo para no tratarnos a nosotros de la misma forma ¿no creéis?

En cuanto a los castigos o a reprendernos a nosotros mismos, el autor deja claro que nos desmotivan y no funcionan. Yo soy una experta en el arte de autocastigarme, así que ya puedo ir cambiando hábitos. Ante nuestros errores (por ejemplo, yo hoy he tenido un día poco provechoso y un tanto caótico), es mejor utilizar palabras comprensivas y tranquilizadoras (todos somos humanos, tenemos derecho a equivocarnos, mañana será otro día), mejor si van acompañadas de una sonrisa para dar la señal a nuestro subconsciente de que no estamos enfadados.

En palabras del autor: "necesitas la motivación psicológica que sólo las recompensas tangibles pueden proporcionarte. Una exitosa autodisciplina requiere que aprendas y sistemáticamente uses los beneficios de las recompensas. Cree en mí, las recompensas son los motivadores psicológicos más fáciles y más eficaces disponibles para que comiences y te mantengas enmovimiento hasta que completes tus proyectos"

Se describen tres tipos de recompensas:

1. Los elogios personales, que consisten en decirnos mensajes cortos de aliento hacia nosotros mismos cuando terminemos una tarea pendiente (tipo "¡bien hecho!" "¡así se hace!" "¡Enhorabuena!")

2. Los pactos, en los que se especifica una recompensa específica para haber realizado una tarea muy concreta. Por ejemplo:

 *Si hoy escribo dos páginas de mi informe, me daré la recompensa de comprarme ese vestido de ASOS que llevo visitando por Internet durante días.

 *Si hoy trabajo ininterrumpidamente durante treinta minutos, me daré el derecho de ver treinta minutos de televisión basura, porque me lo habré ganado.

 *Por cada habitación que limpie en profundidad y ordene de casa, meteré 5 euros en esta hucha, para destinarlos a un viaje posterior (estoy pensando seriamente en incorporar esta última afirmación en mi vida de pareja; sería mucho más agradable limpiar el piso si eso implica que en unos meses nos daremos el gustazo de irnos de viaje).

*Si aguanto una semana sin comprar absolutamente nada de ropa y complementos, me iré a comer con mi pareja a la semana siguiente a mi restaurante favorito.

Los pactos escritos son mucho más fuertes psicológicamente que los verbales, y cuanto más concretos, mejor. Reflexiono y me doy cuenta que muchas veces he querido recompensarme por las tareas hechas, pero no me ha dado resultado. Bien porque las tareas eran demasiado exageradas y difíciles, y no llegaba a cumplirlas (con el consiguiente desánimo que eso provoca) o porque me he hecho esta proposición en mi mente, no por escrito, y no la he llevado a cabo. Voy a intentar realmente esta semana proponerme pequeños placeres para pequeñas tareas, y luego os contaré qué tal.

3. El tercer tipo de recompensa son los pasos graduales, que se refieren a las recompensas conque podemos obsequiarnos tras finalizar ciertas etapas de nuestro proyecto. Por ejemplo, el primer mes acudiendo al gimnasio; el primer capítulo de nuestra tesis; la puesta en marcha de nuestro proyecto empresarial; o la finalización de x artículos en nuestro blog. Se basa en la idea de que un gran sueño o proyecto no se consigue de golpe, sino paso a paso. Y cada uno de estos pequeños pasos debe de ser celebrado y reconocido, para no perder la motivación y el impulso.

"Muchas personas cometen el error de aplazar las recompensas hasta que tomen los pasos más grandes, visibles, y difíciles de su proyecto.Este abordaje es contraproducente porque pasa por alto los beneficios psicológicos de tener un sistema de recompensa sólido que funcione durante todo el proyecto entero."



Como en días anteriores, ahora llega el momento de los ejercicios. En este caso, el ejercicio es muy fácil y muy divertido, lo digo porque ahora mismo acabo de hacerlo. Se trata de hacer una lista de premios o recompensas que esté basado en nuestros placeres personales, en lo que más nos gusta.

Como puede ocurrir que no nos pongamos premios al finalizar nuestra tarea porque no se nos ocurre nada en el momento, la utilidad de esta lista es servirnos de inspiración.

Es importante especificar que estas recompensas tienen que ser cosas divertidas y placenteras, aunque te parezcan frívolas, vanidosas o insanas, así que podemos dar rienda suelta a nuestro rebelde y divertido Hyde, para que nos diga qué es lo que desea hacer, cuáles son sus caprichillos.

Simplemente coge lápiz y papel AHORA y haz tu lista de recompensas, poniendo un número al lado de cada tarea que anotes. Veréis, al principio yo me he quedado un poco en blanco. Supongo que como todos, pienso que puede ser superficial darnos caprichos o había olvidado momentáneamente qué es lo que me dá placer. Pero en cuanto he empezado a escribir... me he vuelto loca, literalmente, y he apuntado todas las cosas extravagantes y placenteras que me gusta hacer, o que me encantaría hacer. Realmente ha sido un rato muy divertido el que he pasado imaginando mis "premos".

Por si os quedáis en blanco, os doy unas ideas de mi lista, algunas son cosas muy sencillas y otras son fantasías un poco descabelladas :-)

1. Ir a mi cafetería favorita y pedir un café con una tarta.
2. Pasarme una mañana de sábado viendo el canal Divinity en el sofá
3. Salir a tomar una cervecita con mi marido por la noche
4. Pasarme toda una tarde leyendo una novela chik-lit
5. Poner música y bailar.
6. Cenar con mi marido en casa ternera con salsa roquetfort y un vinito.
7. Quedar toda una tarde con una amiga para tomar café.
8. Hacer un crucero.
9. "Bloggear" sin remordimientos durante dos horas.
10. Hacer un maratón de pelis un sábado por la tarde-noche.
11. Comprame algo de ropa.
12. Salir a cualquier bar y pedirme un cóctel exótico
13. Que me traigan la cena hecha a casa
14. Hacer algo muy erótico con mi pareja... ;-)
[...]

En mi lista tengo hasta cuarenta cosas, pero eso no significa que no vaya a crecer. Lo ideal es dejar esta lista a mano, y cada vez que se nos ocurra una recompensa, anotarla. Así, nunca podremos poner excusa de no saber con qué vamos a premiarnos por finalizar un trabajo pendiente.

Una última recomendación a la hora de hacer la lista, ¡no te tomes este ejercicio como un rollo o una obligación, hazlo divertido! Pon música, tírate en el sofá o la cama, deja volar tu imaginación, no pienses mucho las respuestas "¡Estas hablando de recompensas aquí, entonces haz que sea divertido hacer la lista! Genera muchos placeres irresistibles. Cada recompensa en tu lista será una poderosa herramienta para tus negociaciones con Hyde"

¿Que pensáis, creéis que las recompensas concretas nos pueden ayudar a cumplir nuestras metas y, además, hacernos la vida más fácil? Como os he dicho, yo voy a incorporarlas desde este momento a mi rutina, y ya os contaré...