Y por fin... Autodisciplina. Día 10.

Por fin, por fin

por fin.

Estamos a diecisiete de enero y siento que necesito acabar con esto. Hoy no ha sido un día muy productivo. No, no lo ha sido, estoy nerviosa, me cuesta concentrarme, he dedicado mucho más tiempo del que debería a bloguear, buscar mil cosas en Internet, suscribirme a un par de newsletters nuevas (¡!). Sería más provechoso que ahora mismo, y a esta hora, me dedicase por completo a mi trabajo, para recuperar el tiempo perdido.

Pero sin embargo, me ocuparé de mi autodisciplina. Porque hoy es el día 10. Y por tanto, el último día. Y por una vez en mucho tiempo me apetece y necesito TERMINAR algo. Poner un punto y final.

via

Ahora es el momento de examinar la última creencia ¡después de tantas...! Y esta creencia es la que sustenta el pesimismo, el catastrofismo, o como lo queramos llamar y dice así: "algo terrible pasará".

En principio, el miedo a que suceda algo malo es una estrategia de prevención. Ante una situación nueva, nuestra mente nos pone sobre la mesa todas las experiencias negativas que podrían ocurrirnos, y esto nos hace no ser temerarios. Pero muy a menudo, nuestra voz inconsciente elige una de estas creencias negativas y empieza a acosarnos con ella. Lo que en principio era un inconveniente evaluado racionalmente (ejemplo, si conduces puedes tener un accidente, ten precaución), al final se convierte en un bombardeo continuo e incesante de amenazas y miedos irracionales, que nos llevará finalmente a tal estado de ansiedad que sentiremos deseos de abandonar nuestra tarea.

Si para más inri, contamos con alguna experiencia desastrosa en nuestro pasado, nuestro inconsciente la utilizará en nuestra contra y nos paralizaremos aún más: "¿Qué, vas a dar esa conferencia? ¿No recuerdas lo que te pasó en el instituto cuando tuviste que defender tu trabajo en público? Te pusiste nervioso, te salió un gallito en la voz, los demás se rieron de ti y tú te sentiste fatal durante un mes. Esa conferencia va a ser un desastre, ¿quieres repetir esa experiencia de nuevo?". Desde luego, con qué razón dicen que a veces nuestro peor enemigo somos nosotros mismos.

via

"Cada vez que tomas un paso hacia un objetivo, estás tomando un riesgo. Ya sea si compras bienes inmuebles, comienzas una dieta, o limpias el garaje, algo puede salir mal. Entonces para ahorrarte la posibilidad de una catástrofe, tu voz interior pone demasiado énfasis en los peligros implicados en el riesgo.Lamentablemente, sin embargo, escuchar esta pesimista y excesivamente cautelosa voz te dejará sin el entusiasmo y la autodisciplina necesaria para llevar a cabo tus deseos. Sé honesto contigo mismo sobre si tu postergación está basada en una expectativa catastrófica o en una preocupación legítima"

Es decir, que los peligros verdaderos existen, como todos sabemos. Pero en el extremo de la cautela o el ser sanamente precavido, están los exagerados peligros que crea nuestra mente, que más de protegernos, nos INHIBEN.

La solución para frenar e ignorar estos peligros pasa, en parte, por utilizar nuestra racionalidad. Examinar si ese tremendo miedo que tenemos a hacer algo es lógico o no. Si ese hecho que prevemos como catastrófico tiene pocas posibilidades de producirse y si, en caso de que suceda, no será algo tan terrible, entonces podemos dejarlo a un lado y seguir adelante.

Preocupaciones amigos, las justas.



Tremendamente simple, pero cierto. via

Después de esta breve disertación sobre la necesidad de controlar nuestros miedos y preocupaciones insanas, vayamos a la estrategia de poder del día 10, que es un buen final para esta serie de artículos sobre autodisciplina. Esta estrategia tiene mucho de lo que hablé ayer, de la necesidad de actuar y hacer ALGO FÍSICO, palpable. Y consiste en crear una hoja de objetivos.

Todos tenemos sueños. Flotan sobre nuestras cabezas y nos hacen suspirar. Pensar en ellos ante un precioso atardecer o mirando la lluvia por la ventana, nos carga de energía y nos reconcilia con el mundo. El acto de soñar, en sí, es profundamente humano. Pero en realidad, pocos de estos sueños llegan a ser reales, y muchas veces nos preguntamos vagamente ¿por qué?

La respuesta es tremendamente simple, pero bastante profunda: porque no los convertimos en objetivos. No los pasamos al plano de lo real. No fijamos para ellos un plan de acción, ni visualizamos correctamente todas sus implicaciones y dificultades. Nos limitamos a degustarlos en nuestra mente de vez en cuando como si fueran caramelos. Ay si yo fuera... Si yo tuviera... Ojalá algún día... Me encantaría que mi vida...

via

A mí me encanta soñar. Me gusta el hecho de pasar horas, pensando en proyectos descabellados, mirando al techo, o a las estrellas en una noche sin luna. Me gusta soñar con cosas imposibles y utópicas porque siento que me elevo por momentos. Soñar por soñar, pone dulzura y romanticismo a mi vida. Pero hay otras cosas, las que de verdad quisiera para mi vida, que directamente no me atrevo o no me propongo sacarlas de su estatus de "sueños" y pasarlas a proyectos reales y presentes. Esto es lo que me da pena.

"Los sueños nunca se hacen la realidad hasta que primero se transforman en objetivos concretos; entonces y sólo entonces los objetivos tendrán la oportunidad de volverse realidad".

Y para que estos objetivos se vuelvan realidad necesitamos un plan de acción. Cuanto más conciso, detallado y específico, mejor. A este plan diseñado, el autor le denomina "hoja de objetivos" y debería constar de tres componentes:

1) Una descripción específica y detallada del objetivo. Por ejemplo, quiero perder 15 kilos en seis meses; o quiero escribir cien páginas de un libro en tres meses o quiero aprender a hablar inglés hasta un nivel medio-alto en un año. Concreción y positividad.

2) El segundo componente me ha hecho pensar, y creo que pocas veces se habla de él en otros manuales de autodisciplina, y es una descripción de la razón por la que queremos alcanzar el objetivo. Pregúntate por qué y con qué finalidad quieres perder peso, escribir una tesis o desarrollar una nueva habilidad. "Escribir tu propósito también te ayudará a estar seguro de que el objetivo que elegiste es realmente tu sueño y no una idea de alguien más de lo que deberías hacer. Tener un propósito escrito para tu objetivo es una parte importante del proceso de autodisciplina porque esto te da una motivación perdurable."

3) Establecer una lista de pasos para alcanzar el objetivo, cuanto más concretos y detallados mejor. En principio, no hace falta ordenar o dar a estos pasos un plazo de tiempo, simplemente listarlos, y desglosar los pasos más complicados en pasos más pequeños para que sean menos intimidantes.

En principio, no reviste mayor complicación ¿verdad? El ejercicio de hoy consiste precisamente en hacer esta hoja de objetivos, de forma simple y con alegría, teniendo en cuenta que la hoja siempre se puede corregir y rediseñar, y al inicio no es momento de agobiarnos.

El mero hecho de hacer esta planificación conscientemente y por escrito ya es un gran paso, y una oportunidad de facilitarnos la tarea que no nos podemos perder.

"Los objetivos son los sueños con fecha límite"

Una vez establecida esta hoja de objetivos, el libro nos sugiere una lista de preguntas que nos ayudarán a clarificar si realmente queremos perseguir ese sueño o no. Porque esta es, en último término, la gran pregunta de todas: ¿hacemos algo por nosotros o porque la sociedad, o los demás, nos dicen o insinúan que es lo que deberíamos hacer?

Estas cuestiones de vital importancia, tanto que pueden llevarnos a desestimar un objetivo que arrastrábamos desde años o meses atrás, son las siguientes:

* ¿Este objetivo merece el tiempo y el esfuerzo?
* ¿Las recompensas merecen los riesgos?
* ¿Mi vida diaria, cómo será afectada?
* ¿Es algo agradable?
* ¿Cuál es la desventaja de perseguir y lograr este objetivo? (Interesante pregunta... y nada trivial)
* ¿Cómo va a ser afectada mi familia, mis amigos y mi carrera por mi búsqueda y logro de este objetivo?

Se trata de reflexionar con nuestra cabeza y nuestro corazón. A veces nuestros sentimientos, que se expresan muy claramente en nuestro cuerpo, son más veraces y sinceros que las razones que podemos tener sobreaprendidas y que no nos atrevemos a rebatir.

Hoy ya es demasiado tarde para hacer mi hoja de objetivos. Pero sin duda, mañana por la mañana será una de las primeras cosas que haga.

*****************************

Y con esto... dos cosas

1. ¡¡Doy por terminada con éxito mi operación autodisciplina!! Aunque al libro aún le quedan unas cuantas páginas y algunas cosas más por explicar. Pero como tengo pensado hacer un post de vez en cuando sobre estas cuestiones, lo dejaré para entonces.

2. Ahora mismo voy a aplicar lo aprendido y a hacerme EL REGALO QUE ME PROMETÍ. Que es pedir un libro que hace tiempo que quiero leer. Creo que me lo he ganado, y vosotras, si me habéis seguido con estos larguísimos post y estos ejercicios de instrospección tan tremento, ¡por supuesto que también!

¡Hasta la próxima y feliz día en vuestro camino hacia el éxito!

via